El proceso de pensar, definido como la actividad intelectual que nos permite formar ideas y representaciones de la realidad en nuestra mente, es una habilidad innata que todos los seres humanos practicamos desde que tenemos uso de razón. Sin embargo, el pensar de manera efectiva y profunda es una habilidad que debe cultivarse y desarrollarse a lo largo de la vida, y es aquí donde los educadores desempeñan un papel fundamental.
Sonia López Delgado y José Manuel Martín Benenzuela, dos expertos en pedagogía, han dedicado su labor a guiar a educadores en la tarea de fomentar el pensamiento crítico entre sus estudiantes. Su enfoque se centra en ayudar a los jóvenes a observar con atención y expresar sus pensamientos de manera efectiva, convirtiéndolos en observadores activos del mundo que los rodea.
La meta es que los estudiantes adquieran habilidades de pensamiento de alta calidad, capaces de profundizar y analizar con agudeza.
En este contexto, la Consejería de Educación y Universidades de Canarias (España) ha lanzado una iniciativa a través de su Plan Canario de Formación del Profesorado no Universitario (2015-2018).
Uno de los recursos educativos que ha compartido en YouTube se titula «Enseñar a pensar: introducción a las rutinas y destrezas de pensamiento en el aula». Este video, con una duración de 4 minutos y 21 segundos, ofrece una visión inicial de las estrategias y técnicas que los docentes pueden emplear para fomentar el pensamiento crítico en sus estudiantes.
La importancia de enseñar a pensar radica en equipar a las generaciones futuras con la capacidad de analizar información de manera crítica, resolver problemas de manera efectiva y tomar decisiones informadas. Es una habilidad esencial en un mundo en constante cambio y evolución, donde la información fluye a un ritmo vertiginoso.
Para profundizar en este fascinante enfoque pedagógico, es esencial explorar las opiniones y perspectivas de expertos como David Perkins y Robert Swartz. Sus investigaciones y contribuciones en el campo del pensamiento crítico y las destrezas de pensamiento proporcionan una base sólida para la implementación de estas estrategias en el aula.
Este artículo nos invita a reflexionar sobre la importancia de enseñar a pensar y a explorar cómo podemos nutrir las mentes jóvenes para que se conviertan en pensadores críticos y analíticos. La educación del futuro dependerá en gran medida de nuestra capacidad para cultivar estas habilidades en las aulas de hoy.