Cada generación tiene grandes retos a vencer, en el ámbito laboral algunas tuvieron que adecuarse al uso de otro idioma, otros a implementar la tecnología, varios más a trabajar con personas de otras partes del mundo, entre otras. Hoy en día, es común escuchar que tanto los padres de familia, reclutadores, así como muchos maestros coinciden en la falta de compromiso de las nuevas generaciones. Sin embargo, no toda la responsabilidad es de los jóvenes, ya que hemos olvidado un aspecto medular en la vida de cualquier persona, la motivación, misma que impulsa a la realización de muchas de las tareas y contribuye al logro de objetivos.
Si ya se destina tiempo y esfuerzo a lograr algunas otras competencias, sería importante reflexionar y considerar el hacer un espacio para desarrollar estrategias que permitan fomentar la motivación.
Hay una gran cantidad de estudiantes que, teniendo la capacidad para obtener el máximo provecho de las clases, se enfocan exclusivamente en aprobar y su esfuerzo es realmente mínimo. Por otro lado, algunos otros alumnos con capacidades inferiores, explotan al máximo sus habilidades y aptitudes, de tal manera que su iniciativa los lleva a profundizar sobre los temas de la clase, logrando resultados sorprendentes, siendo la motivación la variable que marca la diferencia.
Sin lugar a duda, la mayoría de las personas queremos que la motivación sea el motor para lograr muchas cosas y hacerla nuestra aliada. No obstante, son muy pocos los que son capaces de enfocarla y sacar provecho de ella.
La motivación es el resultado de muchos factores, algunos relacionados con la persona misma y otros con todo lo que le rodea. En el área académica influye en los procesos cognitivos que determina el rendimiento académico. Los docentes de manera continua conviven con la motivación de los alumnos, no obstante, es conveniente que no se utilice únicamente para terminar un proyecto o una tarea, sino más bien, para un aprendizaje continuo. Sin lugar a duda, la motivación por si misma no logra que el aprendizaje se dé, pero sí es uno de los grandes pilares.
Un alumno a nivel universitario, al haber elegido su carrera ya está motivado, por lo que el maestro a través de clases significativas, atractivas y retadoras ayuda a conservarla y aumentarla. Los docentes solemos planear las sesiones ignorando la curiosidad y el interés, ya que se desconoce la importancia de fomentarlas y se carece de estrategias que las favorezcan. Asimismo, es importante considerar que hoy en día, los jóvenes pueden obtener la información de manera muy sencilla. Por lo que las clases excesivamente teóricas matan la motivación de los alumnos. Lo que todo estudiante realmente quiere, es que el docente comparta sus experiencias, les hable sobre la realidad y que el conocimiento que están adquiriendo sea aplicable
Sin embargo, es primordial señalar que la motivación es una elección propia, por lo que todos podemos decidir estar o no motivados. Es esencial señalar que a cada quien nos corresponde el reflexionar sobre la importancia y el impacto que puede tener el adecuado manejo de ésta en nuestras vidas, con la que podemos generar un cambio contagiando a los demás.
M. Ed. Elvira Zorrero Lara, Guadalajara – México. |