Cuatro signos y tres habilidades que manifiestan una alta inteligencia emocional docente

Los profesores aprendemos en la formación inicial docente el uso óptimo de todas nuestras capacidades y la adquisición de “nuevas competencias personales, sociales y profesionales para poder conseguir un desempeño efectivo y afrontar los continuos cambios” que se nos irán imponiendo en desarrollo de nuestra tarea docente en el aula. “Sin embargo, en muchos casos, las herramientas que utilizamos para lograr estos objetivos no son las más adecuadas y solo conducen a la frustración, la ansiedad o al estrés, que nos hace comportarnos de una manera inadecuada tanto con nosotros como con los demás, creando un círculo vicioso que por desgracia transmitimos a nuestros hijos y alumnos”. Y quizá (no en todos los casos), sea la poca atención que prestamos a la dimensión emocional tantos en nosotros, como en los estudiantes y padres de familia. Los profesores tenemos que ser excelente gestores del corazón y la cabeza, el pensamiento y el sentimiento, porque “la inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón” (George Sand).

La profesora Begoña Ibarrola, siguiendo la propuesta de David Goleman, que necesitamos conocer, estudiar y reconocer que “todos tenemos dos mentes: una que piensa y otra que siente, pero ¿acaso razón y emoción se oponen? Ahora sabemos que no, que son dos formas fundamentales de conocimiento que interactúan para construir nuestra vida mental. Ambas mentes tienen que ser atendidas en toda situación de la vida, no debe haber predominio ni oposición, y en todo momento se debe buscar su equilibrio, ya que los sentimientos son indispensables para la toma racional de decisiones, porque nos orientan en la dirección adecuada para sacar el mejor provecho a las posibilidades que nos ofrece la fría lógica. Por lo tanto, ambos componentes de la mente aportan recursos sinérgicos: el uno sin el otro resulta incompletos e ineficaces”.

Artículo recomendado: DANIEL GOLEMAN: LOS QUE DIRIGEN DEBEN TENER INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA QUE SE REPRODUZCA A PARTIR DE SU EJEMPLO

Quienes estamos en la primera línea del proceso educativo enseñanza – aprendizaje, debemos tender a ser profesores emocionalmente inteligentes, comenzando por darnos un tiempo para revisar continuadamente nuestro interior y prestar atención a lo que pensamos, sentimos y experimentamos con respecto a nuestra tarea docente. Tenemos que saber activar siempre nuestras las emociones positivas de optimismo, compasión y la conexión con las emociones de los otros. “Cuando las emociones se orientan en una dirección positiva como el entusiasmo por compartir una tarea común, la creatividad, el optimismo, el funcionamiento del grupo puede alcanzar cotas muy elevadas. Sin embargo, cuando se inclina en la dirección del resentimiento, el miedo o la ansiedad, encamina al grupo hacia su desintegración”, lo que evidencia que no se tiene que buscar solo calidad educativa, sino también satisfacción por la tarea realizada. cf DIRIGIR Y EDUCAR CON INTELIGENCIA EMOCIONAL

INTELIGENCIA EMOCIONAL CON DANIEL GOLEMAN (02´ 58”)

Entendemos que la Inteligencia Emocional (IE), popularizada por David Goleman, “es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. […] Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta. […] Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta”. ¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

Según Goleman hay cuatro signos que denotan una adecuada IE:

  1. PENSAR EN SUS REACCIONES: “la IE puede marcar la diferencia entre distintas reacciones: la buena sería tratar de no tomárselo como algo personal, y la mala sería dejarse llevar por el enfado y terminar faltando el respeto a su interlocutor”.
  2. VER LAS SITUACIONES COMO UN DESAFÍO: “Si somos capaces de reconocer las emociones negativas en nosotros mismos y de ver las situaciones difíciles como un reto —centrándonos en las emociones positivas y perseverando— lo más probable es que tengamos una alta IE”.
  3. MODIFICAR SUS EMOCIONES: “Las personas emocionalmente inteligentes saben que necesitan regular el nivel de activación de sus emociones de forma apropiada. Por esta razón, se ha evidenciado que una adecuada IE está relacionada con niveles más bajos de ansiedad”.
  4. PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO: Es ser capaz de extender estas habilidades más allá del propio funcionamiento personal, La IE es particularmente importante en la tarea docente, para la atención y gestión de las emociones propias y de los estudiantes, padres de familia y su entorno. cf cf 4 SIGNOS DE QUE TU INTELIGENCIA EMOCIONAL ES ALTA

Aunque a veces escuchemos que son pocos saben cómo detectar la inteligencia emocional, ni en sí mismos ni en los demás, es importante encontrar a cómo trabajar y desarrollar nuestra propia inteligencia emocional, pues más que el cumplimiento de un currículo o planificación de los ministerios y secretarias de educación, necesitamos cuidar nuestra salud emocional, pues “cuando practicamos Inteligencia Emocional, podemos ver las situaciones desde una perspectiva objetiva”. […] Y nos hará mucho bien trabajar nuestra Inteligencia Emocional comenzando “en el reconocimiento de las emociones, dar un nombre a lo que sentimos. Una vez identificadas, pasaremos a buscar de dónde provienen: en qué momentos sentimos esa emoción, qué situación o personas la generan, qué pensamientos produce, etc.”. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO CLAVE PARA UNA MEJOR CALIDAD DE TU VIDA COTIDIANA… Y LABORAL

Este aspecto de la dimensión psicológica humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en las estrategias de adaptación en nuestro medio educativo (ya sea en la familia o en la escuela); porque es la inteligencia emocional, -como lo indicamos al inicio-, aquella capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar nuestras emociones. Tener Inteligencia Emocional (IE) puede significar la diferencia entre comportarse de una manera socialmente aceptable y estar fuera de lugar en cualquier situación laboral, y en especial en el ambiente educativo, tan susceptible la necesidad de emociones positivas para aprender. Es decir, que una buena salud emocional de profesor, y en general de los educadores, puede marcar la diferencia entre un buen o un mal desempeño en nuestros roles educativos de profesores o padres de familia.

Artículo muy recomendado:  BEGOÑA IBARROLA: LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL DOCENTE

Goleman nos dice que lo que realmente marca la diferencia, entre una tarea realizada con emoción de una cumplida por obligación, es su influencia de la inteligencia emocional, “es decir, la habilidad para identificar y monitorear sus emociones personales y de los demás”, Son características que hacen que una persona se destaque al realizar una tarea con afecto y pasión. Y – aunque no sean excluyentes- estas serían las características esenciales para que las personas logren sus objetivos de desarrollo y tengan éxito a nivel profesional:

  1. Autoconciencia emocional
  2. Autocontrol emocsional
  3. Adaptabilidad
  4. Orientación al logro
  5. Visión positiva
  6. Empatía
  7. Conciencia organizacional
  8. Influencia
  9. Orientación y tutoría
  10. Manejo de conflictos
  11. Trabajo en equipo
  12. Liderazgo inspirador

El profesor Goleman, en declaraciones a Cecilia Barría para BBC News Mundo, deja muy claro y establecido que, de las doce características señaladas, cuatro son las fundamentales, sabiendo que la inteligencia emocional no se puede reducir con un enfoque en una o dos características, dejando de lado la complejidad del concepto. Es bueno saber que, si los profesores tienen confianza en sus recursos personales, en los conocimientos técnicos y en su inteligencia emocional incrementarán las posibilidades de éxito en su tarea docente, pue será él mismo quien encontrará cómo debe querer, aplicar y hacer su tarea docente; como dijo Goethe: “No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”.

Y estas serían las habilidades más poderosas (sin dejar de lado otras también importantes en determinados contextos) que hacen que un educador desarrolle un alto nivel de inteligencia emocional:

  • ORIENTARSE AL LOGRO

Entendida como la capacidad de seguir esforzándome para conseguir los objetivos a pesar de los obstáculos y contratiempos, en medio de esta pandemia, la educación a distancia, el manejo de las TIC, la incertidumbre sanitaria, los situaciones y vivencias nuevas en el hogar, la atención 24/7, … es una habilidad muy importante.

Esa decisión de enfocar todos los esfuerzos hacia la mayor eficiencia en el proceso de enseñar a aprender, implica desarrollar la capacidad de resiliencia o adaptación frente a condiciones adversas y una perspectiva positiva frente a las circunstancias para seguir avanzando” hacia la meta de lograr el objetivo del proceso enseñanza – aprendizaje.

“Una de las maneras de desarrollar esta habilidad, dice nuestra fuente, es recordarse constantemente la satisfacción que vas a sentir cuando cumplas tus objetivos. Ese pensamiento es una fuerza que te ayuda a seguir avanzando. Y esforzarse por cumplir o superar un estándar de excelencia, tomando de buena manera los comentarios que otras personas hacen sobre tu trabajo”.

  • EMPATÍA

La empatía se relaciona con la capacidad de sintonizarse con las necesidades y sentimientos de las personas con las que tienes que interactuar. estudiantes, padres de familia, colegas, personal administrativo y de apoyo.

“Se trata de prestar atención a las otras personas y tomarse el tiempo para entender qué están tratando de decir y cómo se sienten. Por eso es clave la capacidad de escuchar y hacer preguntas. Y aunque la empatía es una habilidad que toma tiempo desarrollar, una práctica que puede servir es “ponerse en los zapatos de la otra persona de una manera profunda”.

Artículo relacionado: DANIEL GOLEMAN: EL EJEMPLO DE LOS ADULTOS ES LA MANERA MÁS EFICIENTE DE ENSEÑAR EMPATÍA EN ESTE TIEMPO DE PANDEMIA

  • INFLUENCIA

Goleman se refiere básicamente a la capacidad de “transmitir tu argumento a las personas clave de una manera convincente, especialmente a aquellas personas cuyas decisiones te pueden ayudar a conseguir tus metas”. El juego de roles es una buena técnica para desarrollar esta característica, y la mejor manera de mejorar esta habilidad es trabajando con un instructor o un compañero de confianza. “Aunque pueda parecer incómodo al principio, se trata de ejercitarse tratando de convencer a otra persona. Esta práctica permite prepararse para cuando llegue un momento real en que deba aplicarse el poder de convencimiento”.

Con fines únicamente educativos y de formación permanente, hemos adaptado las declaraciones del profesor Goleman publicada por BBC, a la tarea docente, esperando les sea útil para mejorar su rendimiento y satisfacción laboral educativa. Permítanos sugerirles la lectura completa en este enlace: LAS 3 PODEROSAS HABILIDADES QUE MANEJAN LAS PERSONAS CON ALTA “INTELIGENCIA EMOCIONAL” EN EL TRABAJO (Y CUÁL ES LA TRAMPA MÁS COMÚN QUE DEBEN EVITAR)

Cuando invertimos en una juventud emocionalmente saludable, creamos hombres y mujeres más responsables, maduros y con confianza en sí mismos que podrán llegar mucho más lejos en su vida personal y mejorando la sociedad” (David Bejarano).

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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