La innovación es una actividad esencial para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje y constituye una base para el diseño y desarrollo curricular. Mejorar las acciones formativas y sentar las bases para la transformación continua requiere del profesorado una actitud y una práctica generadora de nuevo conocimiento didáctico y profesional. Las innovaciones realizadas en la última década han incidido en la actualización de los diseños y en los procesos curriculares desempeñados en los escenarios formativos, constatándose que existe una estrecha relación entre la cultura innovadora de las aulas y el desarrollo curricular.
La mejora de las prácticas docentes depende de la cultura que se genera en las aulas. Por ello, si convertimos cada aula en un ecosistema de reflexión y mejora continua del proceso de enseñanza-aprendizaje, contribuimos a reforzar las bases para innovar en el diseño y desarrollo curricular.
La innovación es una actividad que legitima las mejoras y la construcción de fecundos y permanentes avances del pensamiento y las prácticas educativas.
Las innovaciones en el aula son tan variadas como intensas y tienen como principales protagonistas al profesorado y a equipos de trabajo, que desarrollan unas prácticas formativas de naturaleza colaborativa. Entre estas innovaciones destacan el análisis de las interacciones en la clase, la construcción del sistema metodológico del profesorado y las nuevas programaciones curriculares, así como los procesos más pertinentes para que el profesorado avance en el conocimiento y formación de sus competencias y de los estudiantes, conscientes del papel creativo de las prácticas formativas y de la necesaria implicación de los actores en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este tema lo podrá amplar en el siguiente enlace: La Innovación en el aula: referente para el diseño y desarrollo curricular.
En una encuesta en la que han participado más de 220 profesores que realizan innovación educativa se les preguntó sobre las características que debería tener una innovación docente.
Los resultados fueron:
- El 85% respondió que debe perseguir la eficacia en los resultados del aprendizaje.
- El 78% que debe ser un cambio sostenible y transferible
- El 75% que debía ser un cambio intencionado y anticipatorio a necesidades y problemas y que se hace con propósito de mejora.
- El 67% que debe utilizar metodologías que aumenten la participación activa del alumnado.
- 59 % que requiere seguimiento y evaluación.
Los resultados son bastante curiosos y alentadores, entre todas las características, se puede construir una buena definición de innovación educativa ¿por qué? pues, porque en esa definición hay características propias de la innovación (aplicada a cualquier sector) y propias de la innovación educativa (que son exclusivas del nuestro).
La primera y cuarta características claramente definen sobre qué debe actuar la innovación educativa; el mensaje es: da igual en qué innoves, pero que mejore la eficacia del aprendizaje y/o que sirva para que el alumnado sea más participativo. En este caso, estas características son propias e identificativas del sector educativo.
El resto de características se refieren a la innovación; ésta debe ser sostenible, trasferible, suponer un cambio anticipatorio a necesidades, planificado, con seguimiento y evaluación de los resultados.
Trabajar de forma conjunta con estas características es un buen planteamiento. Es cierto que la palabra “cambio” está relacionada con la innovación educativa, pero como hemos visto no es suficiente; además de ser un cambio debe cumplir otras características. La encuesta mostrada se encuentra publicada en el siguiente enlace: Características de la Innovación Educativa.
Educadores innovadores para estudiantes innovadores
“Educadores innovadores para estudiantes innovadores” es una de las máximas que George Couros establece en su libro “The Innovator’s Mindset”, uno de los grandes docentes que se están planteando que los cambios acontecidos en el siglo XXI requieren una educación centrada en el alumno. Este docente canadiense hace un llamamiento a los profesores para que “fuercen” a los alumnos a hacerse preguntas, a explorar por sí mismos y tener autonomía. Y establece ocho características que deben tener un aula innovadora. Desde los primeros años de escolarización, se pueden realizar actividades y juegos que se encaminen a conseguir esta forma de aprender. Es, sin duda, la semilla que si se cuida germinará en los estudiantes formados e inquietos del futuro. Un reto apasionante, que debe involucrar a toda la comunidad educativa.
Estas son las ocho características. La pregunta es ¿cómo podemos aplicarlas a nuestro centro infantil? Gestores y educadores tienen sin duda un desafío cuyos resultados pueden ser muy gratificantes. ¿Te animas?
8 características que debe tener un aula innovadora, por George Couros (Aulas innovadoras: un modelo que revoluciona la educación.)
- Fomentar que los estudiantes piensen por sí mismos. Los juegos de experimentación son claves para despertar la curiosidad. En los primeros años, cuanto más experimenten, más desarrollarán la curiosidad, la base para hacerse preguntas y profundizar en el aprendizaje.
- Los estudiantes deben decidir solos. Es un aprendizaje basado en la fortaleza, para ello, es fundamental fomentar la autonomía de los niños. Establecer unas normas claras, dejar que los niños hagan las cosas por sí mismos, brindándoles ayuda cuando sea necesario y pedir colaboración a las familias para que apoyen este tipo de acciones es muy positivo para el desarrollo de los niños, ya que aprenden de una forma segura y confiada.
- Dar tiempo al estudiante para que reflexione. Como las actividades no pueden durar mucho tiempo, se pueden programar varias actividades temáticas, para aprender sobre un mismo tema. Lo más importante, es que les demos a los niños recursos para que ellos poco a poco vayan haciéndose sus propias preguntas.
- Fomentar la innovación. No estar cerrados a la tecnología, sino usarla para nuestro beneficio. La tecnología permite que podamos incorporar actividades al área que vamos a trabajar. Existe una gran cantidad de material en las redes que podemos utilizar como apoyo en el aula.
- Tener pensamiento crítico. En estas edades se pueden establecer actividades destinadas a hacerse preguntas. Pueden incluso hacerse al aire libre, utilizando los recursos que tenemos a mano. Fomentar la inteligencia emocional, establecer un protocolo sobre conflictos y unas normas claras… todo ello ayuda a formarse poco a poco un pensamiento crítico y que se conviertan en jóvenes con valores positivos.
- Establecer desafíos y permitir que los niños encuentren soluciones a los problemas que se le plantean. Experimentar, experimentar y experimentar. Es la base de la resolución de problemas.
- Autoevaluacion. Aunque al principio no será posible, es importante que poco a poco los estudiantes puedan evaluarse a sí mismos para entender mejor lo aprendido y conocer sus errores. Haciéndose preguntas sobre lo que saben y donde lo han aprendido. Ofrecerles recursos para que vean si algo funciona o no… Es el camino para que ellos vayan tomando consciencia de sí mismos.
- Aprendizaje conectado. Se trata de que el aula sea un lugar de aprendizaje común. Se pueden establecer puntualmente actividades con otros docentes y/o aulas. Cuando participan juntos niños de varias edades el conocimiento fluye en las dos direcciones. Pruébalo, ¡el resultado merece la pena!
Esperamos que el siguiente material que compartimos con fines educativos, sea de utilidad para la comunidad docente.
ENLACE DE LECTURA:
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DESCARGA: LA INNOVACIÓN EN EL AULA: REFERENTE PARA EL DISEÑO Y DESARROLLO CURRICULAR