Nunca es tarde para estudiar. Esa es la frase que durante muchos años mantuvo en su memoria Francisco Carranza Chavarría, un adulto mayor de 87 años de edad, vecino de San Ramón y agricultor de toda una vida. Nunca perdió la fe. La esperanza de que algún día sacaría su bachillerato, lo motivaba mientras labraba la tierra que por años le ayudó a llevar el pan a la mesa de su casa.
Los obstáculos mentales y sociales los rompió un día hace mucho y, según cuenta, se decidió a estudiar en el Colegio Nocturno Julián Volio.
Si bien aún le falta un año para obtener su bachillerato, motivo que le hace encender su mirada de una forma especial, ya ganó el décimo y, a diferencia de algunos muchachos, él espera con ansias el curso lectivo del 2017.
Conozca una historia, digna de compartir:
Cuéntenos de usted, don Francisco…
Toda la vida he sido agricultor en Llano Brenes de San Ramón, ahí me crié y sembré maíz, frijoles, café, lo que se pudiera. Ahora me vine para San Ramón y siembro poquitos de los mismos productos, para, en los ratos libres, pasar entretenido.
¿Cuándo empezó a hacer realidad ese gran sueño… tener el bachillerato?
Hace cuatro años empecé a estudiar en el Colegio Julián Volio Llorente. Ahora me queda más cerca para poder ir todos los días, antes no se podía por el transporte.
Decidí ir para prepararme un poquito más, porque cada día se necesita saber más y nunca es tarde para estudiar, ahora aprovecho más el estudio. Tengo muchos compañeros muy jóvenes y me ayudan mucho.
¿Cuál es la materia que más le gusta y la más difícil?
La materia más fácil ha sido Ciencias y Estudios Sociales, y la más difícil es el Inglés.
¿Cómo se siente al saber que pronto cumplirá su meta?
Tengo muchas ganas de sacar el bachillerato, espero en Dios lograr esta meta, y estoy muy contento y ansioso de graduarme. Luego quiero hacerme como una oficina y tener una computadora para aprender.
¿Qué mensaje les da a los jóvenes?
Les digo a todas las personas que aprovechen el tiempo y estudien, siempre hay que aprender cada día más, cada día que pasa se aprende mucho y hay que aprovechar los días en cosas para educarse.
Su primordial tarea es estudiar todos los días, pero en los ratos libres es común verlo trabajando en la agricultura, o con la guitarra cantando o dándose una vuelta por el centro de la ciudad.
Sin lugar a dudas, un caso lleno de superación, que demuestra que nunca es tarde para cumplir los sueños.
Este contenido ha sido publicado originalmente por La Prensa Libre (Costa Rica) en la siguiente dirección: laprensalibre.cr
