La violencia escolar ya no es una excepción. Cada vez más docentes enfrentan agresiones dentro del aula, pero sus denuncias suelen quedar en nada por falta de pruebas. Ante la pérdida de autoridad y el desamparo institucional, instalar cámaras se plantea como una posible medida de protección
Los docentes, como primeros garantes del cuidado escolar, deben conocer a fondo las leyes de omisión de auxilio y los protocolos de emergencias para proteger tanto a sus estudiantes como su propia responsabilidad profesional. Actuar con prontitud y según la normativa puede marcar la diferencia entre salvar vidas y enfrentar graves sanciones legales.