Entre las nuevas tendencias está la práctica de las pausas cerebrales, momentos dentro del salón de clase en los que los alumnos detienen su tarea y cambian a una actividad diferente, preferentemente física, que les permite recobrar el aliento para seguir con el aprendizaje. En distintos estudios se ha visto que este tipo de pausas ayudan a los niños a maximizar su concentración, liberar la creatividad y mejorar la comprensión.
Se trata de ejercicios simples como secuencias de movimiento o pequeños juegos como “Simón dice” que se realizan entre actividades para que el cerebro pueda descansar antes de volver a una tarea. Estirar los músculos o bailar una canción son también útiles, pues se ha comprobado que la actividad física es muy importante.
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A continuación compartimos con fines educativos la publicación del portal Elige Educar (Chile) en donde Camila Londoño explica en que consisten las Pautas Mentales y que tipo de ejercicios se deben realizar en clases. Esperamos que la información les sea de utilidad.
15 pausas cerebrales y prácticas de atención para implementar en el aula
¿Qué son las pausas cerebrales? ¿Cómo son las prácticas de atención? Esta profesora ofrece una explicación y comparte algunas actividades simples y efectivas para llevar esto a las salas de clase.
Las prácticas de atención y las pausas cerebrales son necesarias para impactar positivamente los estados emocionales y por ende, la forma como se aprende. Estas actividades, según Lori Desautels (profesora del Colegio de Educación en la Butler University), reenfocan los circuitos neuronales y generan una mayor actividad en la corteza prefrontal, lugar donde se da la resolución de problemas y la regulación emocional. ¿Cuáles son las pausas cerebrales y las prácticas de atención?
Las pausas cerebrales, según lo explica Lori en un artículo de Edutopia, son periodos de tiempo corto en el cual cambiamos la rutina de la información entrante que llega a través de caminos predecibles y tediosos.
“Nuestros cerebros están conectados para la novedad”, explica la profesora. “Sabemos esto porque prestamos atención a cada estímulo en nuestro entorno que se siente amenazante o fuera de lo común. Esto siempre ha sido una gran ventaja. De hecho, nuestra supervivencia como especie dependía de este aspecto del desarrollo cerebral”. Esto significa que cuando le damos un descanso al cerebro, se refresca el pensamiento, lo que ayuda a descubrir otra solución a un problema o ver una situación de una manera diferente. En pocos minutos el cerebro se aleja del aprendizaje, la memorización y la resolución de problemas, y esas pausas en realidad ayudan a incubar y procesar nueva información.
Las prácticas de atención, son ejercicios mentales para silenciar los miles de pensamientos que nos distraen a lo largo del día.
Lori explica que, cuando nuestra mente está “callada” y enfocada, podemos estar mucho más presentes a través de cosas tan simples como los sonidos o los sabores. “La investigación muestra repetidamente que calmar nuestras mentes enciende nuestro sistema nervioso parasimpático, reduciendo la frecuencia cardíaca y la presión arterial, al tiempo que mejoramos las estrategias que nos permite afrontar de manera efectiva los desafíos cotidianos. Nuestro pensamiento mejora y nuestras emociones comienzan a regularse para que podamos abordar una experiencia a través de opciones variables”, explica la profesora.
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Actividades para hacer pausas cerebrales:
1. La bolsa de basura
Lori tiene una bolsa con objetos domésticos como marcadores, papel, abrelatas, cordones de zapatos y otros elementos que podrían encontrarse en una bolsa con basura. El objetivo de esta bolsa es elegir cualquier objeto y pedirle a los estudiantes que piensen en dos formas de reinventar este objeto para otros usos. Pueden escribir o dibujar sus respuestas. Una vez que los estudiantes han dibujado o escrito estos, pueden caminar por la habitación durante un minuto compartiendo y comparando sus iniciativas.
2. Línea
En una hoja en blanco o sobre la pizarra, dibuja una línea zigzagueante. Dale a tus estudiantes un minuto para que se paren y con la mano que menos usan, transformen la línea en un dibujo o diseño.
3. Opuestos
El movimiento es crucial en el aprendizaje. Permite que tus estudiantes se pongan de pie y pestañeen con el ojo derecho mientras chasquean los dedos de su mano izquierda. Luego deben repetir esto con el ojo izquierdo y la mano derecha. Otra opción es que los estudiantes se enfrenten entre sí y golpeen el pie derecho una vez, el pie izquierdo dos veces y el pie derecho tres veces, aumentando la velocidad con la que alternan el golpe sobre el piso.
4. Alfabeto simbólico
Los estudiantes tendrán que cantar el alfabeto con nombres u objetos, y no con letras.
5. Lenguajes
Enseña a tus estudiantes lenguaje de señas, o inventa un idioma hablado. En parejas, los estudiantes se pueden turnar para hablar o interpretar este nuevo idioma durante 30 segundos cada uno.
6. Matemática
Dale a tus estudiantes tres instrucciones en secuencia. Entre compañeros, tendrán que realizar estas instrucciones en 30 segundos. Por ejemplo: cuenta por dos hasta 20, luego cuenta por tres hasta 50, y finalmente, por siete hasta 80. Cuando uno termina, es el turno de otro estudiante.
7. Imágenes invisibles
Haz que uno de tus alumnos dibuje en el aire mientras una pareja adivina qué está dibujando. Pueden hacer varios grupos. Podrías darles categorías como alimentos, lugares, etc.
8. Historias
Un estudiante o profesor comienza una historia por un minuto, ya sea de forma individual o con un compañero. Luego, los estudiantes deben completarla o continuarla con un final absurdo y divertido.
Prácticas de atención. La idea es con 60 o 90 segundos y después llegar a cinco minutos:
1. Respiración
Usa la respiración como un punto de enfoque. Pídele a tus alumnos que pongan una mano cerca de su nariz (sin tocarla) y una mano sobre su vientre. A medida que respiran, haz que sientan cómo se les expande el estómago. Mientras exhalan, pueden sentir el aire cálido sobre su mano. Los estudiantes deben enfocarse en esta respiración sólo un minuto. Explícales que está bien cuando los pensamientos llegan a la mente sin invitación y diles que exhalen ese pensamiento.
2. Colores
Pide a tus estudiantes que piensen en los colores mientras se enfocan en la respiración. Deben inhalar un color verde oscuro y exhalar un gris. Dile a tus estudiantes que imaginen los colores como remolinos vivos con cada inhalación. Si un estudiante está reduciendo la intensidad después de un momento de enojo, el color rojo es un gran color para exhalar.
3. Movimiento
Para los niños más pequeños: pídeles que se pongan de pie y, mientras inhalan, que levanten un brazo o una pierna y los agiten mientras exhalan, hasta volver a la posición original. Para los más jóvenes que comienzan estas prácticas de atención plena, es bueno incluir inhalaciones y exhalaciones con cualquier tipo de movimiento.
4. La respiración profunda
La idea es inhalar en cuatro tiempos. Se aguantan cuatro segundos y se exhala lentamente en cuatro tiempos. Se puede aumentar la retención del aire en unos pocos segundos, una vez que los estudiantes encuentran el ritmo del ejercicio.
5. Respiración energizante
Se deben hacer “jadeos”, tal como la hace un perro con la boca abierta y la lengua afuera por 30 segundos. Se continúa otros 30 segundos con la boca cerrada mientras se respira brevemente con una mano sobre el vientre. Normalmente se hacen tres respiraciones de estas durante un segundo. Después de un minuto completo, los estudiantes regresan a cuatro inhalaciones y exhalaciones profundas regulares.
6. Sonido
El uso del sonido es muy poderoso para lograr una respuesta tranquila. En las tres aulas donde esta profesora hace clase, utilizan palos de lluvia, campanas y música. Hay muchos sitios web que ofrecen música para la atención plena, la relajación y la visualización. Uno de sus sitios preferidos es este:
7. Ascenso y caída
Al inhalar y exhalar a través de la nariz, los estudiantes se pueden tender en el suelo y poner un objeto sobre el estómago. La idea es observar el ascenso y la caída de este objeto para mejorar la atención.
Cuando los estudiantes logran concentrarse y poner atención a sus emociones, sensaciones y decisiones, entonces existe una gran oportunidad: la oportunidad de cambiar esos pensamientos poco útiles para orientarlos de otra manera en el proceso de aprendizaje. “Cuando captamos esta conciencia, ¡vemos y sentimos la diferencia!”, concluye Lori.
Este contenido ha sido publicado originalmente por ELIGE EDUCAR en la siguiente dirección: eligeeducar.cl
ENLACE DE LECTURA: PAUSAS ACTIVAS ESCOLARES COMO ESTRATEGIA PEDAGÓGICA