«Escribe con cifras los siguientes números«, le pidieron al niño en un ejercicio escolar. Y sus respuestas fueron estas:
– Diez: 11
– Noventa y ocho: 99
– Ochenta y uno: 82
– Sesenta y seis: 67
– Treinta: 31
Es decir que el niño interpretó «los siguientes números» como las cifras sucesivas inmediatas, en vez de las cantidades exactas que aparecían escritas con letras.
El profesor, por consiguiente, trazó una enorme «X» sobre las respuestas del estudiante con un bolígrafo rojo.
Este sencillo ejercicio y su corrección dieron lugar a una extensa controversia.
La polémica se instaló en torno a la interpretación que hizo el niño del enunciado escrito por su profesor.
La enorme «X» que estampó el educador no deja dudas de que, para él, la respuesta era equivocada. Pero una importante cantidad de personas que se sumaron al debate consideran que lo que hizo el pequeño, cuando menos, no puede considerarse incorrecto.
Varios alegaron que un escolar de 7 años desconoce muchas reglas gramaticales y no consigue diferenciar adjetivos explicativos de demostrativos o interpretar en contexto.
[La polémica llegó a la] Real Academia Española (RAE) para intervenir en el debate.
La entidad consagrada al buen uso y unidad de la lengua española no se hizo esperar.
[Respondió]:
«Tal como está redactado el ejerc., la interpretación natural es que se escriban en cifra los núms. que se citan a continuación», sentenció la RAE, aclarando que su posición fue tomada «desde la perspectiva puramente lingüística«.
Pero la controversia sólo se acrecentó, pues aparecieron usuarios [de twitter] pidiendo «más empatía» a la Real Academia Española.
Después de todo, decían, el chico apenas tiene 7 años y es muy posible que no tenga idea de qué es la «perspectiva puramente lingüistica».
«Me ha costado entenderlo. Brutal el pensamiento tan divergente que tiene», escribió uno de los que inicialmente no entendía la controversia.
Entre los miles de reacciones, la anécdota del estudiante de siete años recordó a un usuario al dibujo infantil de un elefante devorado por una boa al que todos los adultos veían como un sombrero.
Ese es el célebre inicio de «El principito», de Antoine de Saint-Exupéry.
El relato de una persona que dejó de dibujar muy joven porque los adultos no entendían sus obras y un niño que «tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas».
“Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día. ¡Qué horror y qué tristeza, la mirada del niño que perdimos!” (Ernesto Sabato)
La publicación de BBC Mundo, la puede encontrar en CÓMO LA RESPUESTA DE UN NIÑO DE 7 AÑOS EN UN EJERCICIO DE CLASE PROVOCÓ TAL DISCUSIÓN QUE HASTA LA RAE TOMÓ PARTIDO.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF