Las ventajas que tienen las audiencias de los miércoles cuando se celebran a cubierto es que se puede ver al Papa muy de cerca. Tanto, que en ocasiones los guardaespaldas deben emplearse para poner a cada uno en su sitio.
Esta semana Francisco reflexionó sobre la esperanza y la muerte con preguntas como estas:
FRANCISCO
«¿De verdad hay vida después de la muerte? ¿Podré volver a ver y abrazar a las personas que amé? Esta pregunta me la hizo una señora hace pocos días en una audiencia. ¿Volveré a ver a los míos?”.
Francisco recordó que estas preguntas eran típicas de las primeras comunidades cristianas, sobre todo al ver pasar la muerte de cerca.
El Papa dijo que aunque todos resucitaremos, es necesario aprender a caminar hacia la muerte; a esperar su llegada, porque para el cristiano, la muerte es la puerta hacia la vida.
FRANCISCO
«Aprender a vivir a la espera de encontrar la vida. Y cuando una mujer se da cuenta de que está embarazada, cada día aprende a vivir en la espera de ver la mirada del niño que vendrá. ¿Y nosotros? Debemos aprender de estas esperas humanas y vivir a la espera de mirar al Señor, de encontrar al Señor”.
El Papa señaló que hay personas que saben esperar y personas que no están acostumbradas a esperar porque siempre han tenido todo al alcance de la mano.
FRANCISCO
«Solo un pobre sabe esperar. Quien está lleno de sí mismo y de sus posesiones no sabe poner la propia fe en ningún otro que no sea él mismo”.
Francisco concluyó la audiencia recordando que el 2 de febrero se celebra el día dedicado a la vida consagrada. A las 17.30 de la tarde celebrará una misa en la basílica de San Pedro con cientos de religiosos y religiosas.
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