Para muchos expertos, la importancia de fomentar la inteligencia emocional desde los primeros años de vida es algo sobre lo que no se puede discutir. Consideran que es esencial que se implemente también en los proyectos educativos para que este aprendizaje forme parte del currículo académico y personal de cada ser humano.
Así lo apunta Alicia Roldán, profesora de Infantil del Colegio Europeo de Madrid, al recalcar que la importancia de la inteligencia emocional es inmensa en un mundo cada vez más amplio, variado y cambiante. «Y es que, no solo conseguirá que los niños, desde sus primeros años de vida, logren gestionar sus emociones de una forma más afectiva, sino que también mejorará sus relacionales interpersonales y, a su vez, su rendimiento académico. Por supuesto, aunque la inteligencia emocional debe trabajarse desde casa y en el entorno familiar, si nos centramos en las aulas, no podemos dejar de lado que aquí los docentes juegan un papel fundamental, ya que serán ellos quienes ejerzan de guía principal en el desarrollo emocional de sus alumnos».
Pero, ¿qué es realmente la inteligencia emocional y por qué es tan importante dentro de un sistema educativo? Alicia Roldán explica que el psicólogo y periodista estadounidense Daniel Goleman, que se dio a conocer en todo el mundo por su libro Inteligencia Emocional publicado en 1995, se refiere a esta como la capacidad de reconocer, comprender y manejar nuestras propias emociones, así como las de los demás. De este modo, en el ámbito académico, esto se traduce en la capacidad de los estudiantes para afrontar el estrés, resolver conflictos de manera efectiva y fortalecer su autoestima.
«Por ello -insiste-, incluir la inteligencia emocional en un proyecto educativo es esencial, ya que esta conseguirá grandes beneficios como, por ejemplo, mejorar el rendimiento académico, ya que, al aprender a manejar sus emociones, pueden concentrarse mejor y enfrentarse a los desafíos escolares de forma más efectiva. Además, también fomenta las relaciones interpersonales de una forma saludable, ya que la capacidad de reconocer y gestionar emociones, tanto propias como ajenas, ayuda a reducir la agresividad y problemas tan presentes como el acoso escolar. Por otro lado, la inteligencia emocional también ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que comprender y gestionar las emociones permite a los alumnos afrontar los desafíos académicos, sin que afecte a su bienestar mental. Cabe destacar que también promueve la toma de decisiones de forma responsable y efectiva, ya que aquellas personas que poseen una inteligencia emocional desarrollada pueden tomar decisiones basadas en la reflexión y la coherencia y no dejarse llevar por impulsos momentáneos».
Por todo ello, esta docente asegura que el papel de los docentes es esencial en el aprendizaje y desarrollo de este tipo de inteligencia, ya que los profesores no solo son responsables de impartir conocimientos académicos, sino que también son un modelo de comportamiento para sus alumnos. «Su actitud y forma de manejar las situaciones en el aula influirán directamente en la forma en la que lo estudiantes desarrollen sus propias habilidades emocionales»,.
Así pues, de cara a fomentar la inteligencia emocional día a día en el colegio, «los profesores deberán tener en cuenta muchos aspectos como, por ejemplo, crear un ambiente seguro y empático donde los niños y niñas se sientan cómodos expresando sus emociones sin miedo a ser juzgados. Sin duda, la empatía y la escucha activa son claves para generar confianza en los alumnos y permitirles desarrollar su inteligencia emocional de forma efectiva».
Otro de los aspectos importantes que destaca es que la educación emocional no es una asignatura independiente, sino un elemento transversal y fundamental en todas y cada una de las materias. «De este modo -advierte- los profesores pueden incorporar ejercicios de reflexión emocional, dinámicas de resolución de conflictos y debates en su planificación diaria. Es muy importante que sean los propios profesores quienes demuestren habilidades de inteligencia emocional en su comportamiento y esto se puede conseguir manejando el estrés, resolviendo conflictos de forma pacífica o demostrando empatía hacia sus alumnos ante cualquier situación que atraviesen. Además, es muy esencial que, de forma constante, se hable de forma natural y se enseñe a los estudiantes la importancia de expresar sus sentimientos y necesidades de forma clara, ya que esto será una herramienta fundamental en su desarrollo personal y emocional. Para ello, el uso de un lenguaje positivo o estrategias para gestionar la frustración o el enfado sin recurrir a la violencia verbal o física será imprescindible».
Añade que es esencial tener en cuenta que si se trabaja en la inteligencia emocional desde la infancia, los niños que desarrollen estas habilidades serán adultos con una capacidad mucho mayor para enfrentar los desafíos que se les pongan en el camino, tanto a nivel personal como profesional, algo que además contribuirá a conseguir una sociedad mucho más responsable emocionalmente y más comprometida con el bienestar general.
«Por ello, fomentar la inteligencia emocional en los colegios no es una alternativa, sino una necesidad. En un mundo cada vez más complejo, acelerado y con infinitos estímulos, los niños y adolescentes necesitan herramientas que les permitan gestionar sus emociones y les ayude a enfrentarse a cualquier situación con confianza y seguridad y en todo este camino y aprendizaje, el papel de los docentes será crucial», concluye esta docente.
Así deben fomentar los docentes la educación emocional
Los docentes deben fomentar la educación emocional en el aula de diversas maneras, como:
Creando un ambiente seguro y empático: Es fundamental establecer un espacio donde los niños se sientan cómodos para expresar sus emociones sin miedo a ser juzgados. Este ambiente promueve la confianza y permite a los estudiantes desarrollar su inteligencia emocional de manera efectiva.
Implementando ejercicios de reflexión emocional y dinámicas de resolución de conflictos: Estas actividades deben incorporarse en la planificación diaria de las clases. A través de estas dinámicas, los estudiantes aprenden a manejar sus emociones y a resolver desafíos interpersonales de manera pacífica y constructiva.
Demostrando habilidades de inteligencia emocional: Los profesores deben ejemplificar el manejo adecuado de emociones a través de su comportamiento. Esto incluye manejar el estrés, resolver conflictos de forma pacífica y mostrar empatía hacia los alumnos en diversas situaciones.
Enseñanza de la expresión de sentimientos y necesidades: Es crucial que los docentes enseñen a los estudiantes a expresar sus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa. Utilizar un lenguaje positivo y estrategias para gestionar la frustración sin recurrir a la violencia verbal o física son prácticas esenciales.
Integración transversal en todas las materias: La educación emocional no debe tratarse como una asignatura independiente, sino como un elemento fundamental integrado en todas las áreas del conocimiento. Esto permite que el aprendizaje emocional se entrelace con otros aprendizajes académicos, reforzando así su importancia y aplicabilidad.
Estas estrategias subrayan que fomentar la inteligencia emocional en los colegios no es solo una opción, sino una necesidad en la formación de individuos capaces de enfrentar desafíos personales y profesionales de manera efectiva y emocionalmente saludable.
Guías a descargar:
Cada guía está diseñada para abordar aspectos específicos de la educación emocional y el aprendizaje socioemocional, adaptándose a distintos contextos educativos y necesidades de desarrollo emocional y social.
Guía de gestión de emociones en el aula (Guía gestion emociones en el aula.pdf): Esta guía está diseñada para el Máster de Profesorado en Educación Secundaria, Formación Profesional, Bachillerato e Idiomas. Se enfoca en la gestión de emociones en el aula, desarrollo de la inteligencia emocional y habilidades sociales. Abarca metodologías para que los profesores desarrollen estas competencias en diferentes niveles educativos, evaluando y entrenando habilidades sociales para mejorar la comunicación y resolver conflictos.
Guía breve de educación emocional (DOC2-educ-emo.pdf): Dirigida a familiares y educadores, esta guía ofrece un marco conceptual sobre la inteligencia emocional y su educación, discutiendo teorías modernas y cómo se implementa a través de diferentes etapas educativas. Proporciona estrategias prácticas para familias y profesores, enfocándose en el desarrollo de competencias emocionales, la educación en valores, y cómo estas habilidades afectan al bienestar y el aprendizaje.
Guía de aprendizaje socioemocional (articles-342763_recurso_pdf.pdf): Esta guía expone la importancia del aprendizaje socioemocional, especialmente en respuesta a los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19. Trata sobre cómo los currículos deben integrar el aprendizaje socioemocional para apoyar el bienestar emocional y social de los estudiantes, detallando estrategias y actividades específicas que pueden ser implementadas en el aula y otros espacios escolares.
Guía para trabajar las emociones en el aula (Guia_emociones.pdf): Desarrollada por el CEIP Villa de Guadarrama, esta guía ofrece un enfoque práctico para trabajar diversas emociones en el aula, como inseguridad, vergüenza, amistad, alegría, tristeza, empatía, entre otras. Propone actividades específicas y proyectos educativos diseñados para ayudar a los estudiantes a identificar, conceptualizar, controlar y expresar sus emociones de manera adecuada y socialmente aceptable
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
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