“Las evaluaciones en línea ofrecen métodos nuevos y atractivos que podemos implementar en nuestras clases para que los alumnos demuestren su aprendizaje”.
La COVID-19 provocó el cierre de escuelas y universidades en todo el mundo, las cuales se vieron prácticamente forzadas a adoptar un modelo de aprendizaje remoto. Los maestros tuvieron poco tiempo para adaptarse al aprendizaje en línea y continuar las clases desde casa. Aunque la tecnología ha evolucionado rápidamente facilitándonos hacer varias cosas de nuestro día a día, el cambio a una educación en línea no ha ocurrido de manera fluida como quisiéramos. En este artículo discutiremos los desafíos de la evaluación para el aprendizaje y cómo implementarla en un ambiente en línea.
Las evaluaciones son usadas para determinar el conocimiento de los estudiantes y su dominio en un tema, así como también para identificar áreas de mejora. Las evaluaciones se agrupan típicamente en dos categorías generales:
- Las evaluaciones formativas son revisiones informales sobre el conocimiento o desempeño de los estudiantes a lo largo del curso. Sirven para ajustar la instrucción y los procesos educativos con el fin de alcanzar los objetivos de aprendizaje, dando a los estudiantes la oportunidad de demostrar lo aprendido. La retroalimentación del maestro sirve para que los aprendices tengan la oportunidad de hacer cambios o mejoras en ciertas áreas.
- Las evaluaciones sumativas son más formales y son usadas como puntos de chequeo al final del año o del curso para evaluar cuánto del contenido los estudiantes aprendieron en general. Estas evaluaciones cubren todo lo que los estudiantes han estudiado durante el año o el curso. Se pueden proveer comentarios de retroalimentación, pero los aprendices pueden no tener otra oportunidad para hacer los cambios.
Ambas evaluaciones, formativa y sumativa pueden ser usadas en cursos presenciales o en línea. Para este último, existen formatos más atractivos que podemos utilizar para evaluar de forma innovadora dando oportunidad a los estudiantes para que se desempeñen, apliquen el contenido que han aprendido, y que realmente demuestren su conocimiento en formas que no son posibles con una prueba tradicional de opción múltiple.
Artículo relacionado:
Las herramientas de autor tales como iSpring Suite Max permiten a diseñadores instruccionales y profesionales en educación crear cursos online y evaluaciones en cuestión de minutos. A través de plantillas preconstruidas y métodos de evaluación es fácil personalizar cursos con contenido de tu elección. A continuación, te presento 5 prácticas para evaluar el aprendizaje en línea.
5 prácticas para evaluar el aprendizaje en línea
1. Cuestionarios en línea
Una característica única de los cuestionarios en línea es que, el orden de las preguntas y las opciones de respuestas se pueden presentar de forma aleatoria, para que los estudiantes no reciban el mismo cuestionario. Cualquier cuestionario usado en una clase tradicional puede ser fácilmente adaptado en un cuestionario en línea. Las actividades de calificar los cuestionarios y comparar el desempeño de los estudiantes son muy fáciles de hacer, ya que se llevan a cabo de forma automática por el sistema. También se pueden incluir preguntas de “práctica sin puntaje” así como agregar comentarios personalizados para cada pregunta u opción de respuesta. Algunos tipos de preguntas son: opción múltiple, rellenar el espacio en blanco, correlación y secuencias, entre otros.
A continuación, un ejemplo, cuando selecciona una respuesta incorrecta, aparece un mensaje de retroalimentación donde muestra el procedimiento correcto que debe seguir para determinar la dosis correcta.
2. Preguntas tipo ensayo
Las preguntas de tipo ensayo dan a los estudiantes la oportunidad de demostrar un dominio más profundo de un tema, crear respuestas únicas bien pensadas, así como escribir reflexiones personales. Esta participación requiere de ellos un grado más alto de pensamiento que otro tipo de preguntas. Este tipo de evaluación cualitativa es posible en el aprendizaje en línea con el uso de campos de entrada de texto. Las respuestas no pueden ser calificadas por la herramienta de autor o el sistema de gestión de aprendizaje, así que los instructores deben calificarlas manualmente. En la Imagen 2 podemos ver el siguiente ejemplo:
Artículo relacionado:
3. Actividades de arrastrar y soltar
Este formato es particular del aprendizaje en línea. Da a los estudiantes un método práctico para demostrar su conocimiento. En este tipo de evaluación, se le pide a los aprendices que clasifiquen elementos en categorías, arrastrándolos a través de la pantalla y soltándolos en un lugar indicado. Esto se puede realizar con imágenes o texto. Es una manera excelente de evaluar cómo los estudiantes manejarían escenarios de la vida real, fuera del curso.
Las herramientas de autor típicamente proveen plantillas que te permiten crear evaluaciones de arrastrar y soltar sin requerir código. Simplemente necesitas subir tus imágenes, introducir tu texto, y definir cuáles objetos son arrastrados y a dónde. En la imagen 3 podemos ver el siguiente ejemplo:
4. Simulaciones de diálogo
Las simulaciones de diálogo permiten a los aprendices practicar conversaciones. Los personajes en el escenario pueden incluir clientes, compañeros de trabajo, entre otros. El desempeño de los aprendices puede ser calificado basado en cuán exitosamente ellos pueden navegar la conversación y llegar al resultado ideal. Este tipo de evaluación provee un espacio seguro para practicar antes de intentar estas conversaciones en la vida real.
Una herramienta de diálogo simulado usualmente funciona de la siguiente manera: primero necesitas subir tu personaje(s) y fondos o elegirlos de la librería de contenido, luego introducir el diálogo y los comentarios de retroalimentación que los aprendices recibirán por sus respuestas correctas e incorrectas. En la imagen 4 podemos encontrar el siguiente ejemplo:
Artículo relacionado:
5. Encuestas en línea
Las encuestas son evaluaciones formativas maravillosas, permiten a los instructores modificar la instrucción basada en los comentarios de los aprendices. Durante las presentaciones en vivo en línea, las encuestas son una manera rápida y efectiva de dividir la clase y mantener la atención de la audiencia. Este tipo de evaluación informal permite capturar comentarios de los estudiantes instantáneamente. Típicamente son usadas para registrar reacciones. Las encuestas pueden ofrecer información sobre lo que los aprendices piensan o por qué toman ciertas decisiones.
Si realizas conferencias en línea, puedes incorporar herramientas para conducir encuestas. Existen plataformas especializadas en línea que permiten crear, enviar, y analizar encuestas. También puedes crear una encuesta con herramientas de autor de eLearning, por ejemplo, crear una escala Likert que ayudará a los aprendices a reflejar mejor su opinión sobre una oración. En la imagen 5 podrás ver un ejemplo:
En Resumen
La evaluación es una práctica necesaria en el proceso de aprendizaje ya que muestra si los aprendices han ganado o no dominio del contenido y si los objetivos educativos se han cumplido. Las evaluaciones en línea ofrecen métodos nuevos y atractivos que podemos implementar en nuestras clases, tales como encuestas en tiempo real, interacciones de arrastrar y soltar, simulaciones de diálogos con ramificaciones que permiten a los aprendices navegar múltiples caminos a través de una conversación, etc.
Con el uso de herramientas de autor rápidas, la creación de cuestionarios en línea puede hacerse en cuestión de minutos simplemente subiendo y pegando el contenido. La actividad de calificar se realiza de manera sencilla, ahorrando horas de calificaciones manuales para la mayoría de los tipos de evaluaciones. Con las opciones que te presento en este artículo, te invito a cumplir el reto de implementar métodos de evaluación innovadoras que hacen posible el aprendizaje en línea.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Fundación Telefónica en la siguiente dirección: educared.fundaciontelefonica.com.pe
Claves para una evaluación en línea sencilla y efectiva
La evaluación es habitualmente una de las mayores preocupaciones de las y los docentes y esto se ha acentuado en estos tiempos de crisis donde hay que enfrentarse a nuevas situaciones bajo presión, y además lidiar con antiguos problemas que no podemos resolver de la noche a la mañana. En este contexto, ¿cómo podemos plantear una evaluación en línea sencilla y efectiva?
Nati Cabrera, directora del máster en Evaluación y Gestión de la Calidad de la Educación Superior, y Maite Fernández, profesora lectora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, han sido las protagonistas del tercer webinar del ciclo Docencia no presencial de emergencia. Ambas además focalizan su investigación en el campo de la evaluación educativa (Cabrera en el grupo Edul@b de la UOC, y Fernández en el grupo Learning, Media & Social Interactions de la UB).
Ahora es más importante que nunca evaluar al estudiantado en sintonía con la realidad en la que nos encontramos y para que aprendan a ser personas críticas y a afrontar los grandes retos de la sociedad actual. Es en este sentido que las expertas de la UOC nos proponen seis aspectos clave para lograr una una evaluación en línea efectiva, aplicables a todos los niveles educativos, y nos plantean algunas preguntas que nos podemos hacer como profesoras y profesores para reflexionar sobre cada uno de ellos.
1. Evaluar para aprender
Cuando tenemos que enseñar a distancia por primera vez nos preocupan muchos elementos que parecen difíciles de conseguir: la interacción, la motivación, el compromiso activo del estudiantado, etcétera. La propuesta es que concibamos la evaluación como el hilo conductor que nos ayude a mantener a nuestras y a nuestros alumnos motivados y comprometidos con aquello que queremos enseñar. No podemos equipar evaluar a calificar, ni podemos centrar la evaluación en la mera repetición de información (Allen, 2000; Brown y Glasner 2003). La evaluación debería ser formativa, continuada y competencial (De Ketele, 2006; Kaftan, Buch, y Haack, 2006), que de protagonismo a nuestra o nuestro estudiante y lo implique en su propio proceso de aprendizaje de manera que llegue a ser capaz de autorregularse, de pedir ayuda cuando la necesita y de integrar el feedback que vaya recibiendo durante el proceso.
- ¿La actividad de evaluación es interesante y estimulante para mis estudiantes?, ¿está conectada con su realidad?
- ¿Podemos dividir la actividad en distintas fases para poder tener evidencias de lo que van aprendiendo, poder dar feedback al estudiantado antes de evaluar el producto final y mejorar así su aprendizaje?
2. Concretar qué evaluamos
En el entorno virtual y en la actual situación de incertidumbre, es especialmente importante dejar claro a los y a las estudiantes, desde el inicio, qué vamos a evaluar. Procura que el aprendizaje que promueva la actividad de evaluación sea un aprendizaje situado y transferible, es decir, que conecte la vida académica y la real, que conecte el aula con la comunidad. Así, seguramente plantearás retos motivadores que estarán más cerca de tus estudiantes, despertarán su interés y será más fácil mantenerlo. Por supuesto, ten en cuenta el nivel educativo en el que trabajas!
Y una vez decidido qué vamos a evaluar y de haberlo compartido con el alumnado, hay que ser lo más ordenados y claros posible en nuestras exposiciones, ya sean orales, textuales o audiovisuales. Y no sólo vamos a informarles de ello: vamos a oír su voz, a darles la oportunidad de hacer preguntas o sugerencias, y de llegar a acuerdos sobre las actividades de evaluación propuestas. Hay que tener en cuenta, no obstante, que no podemos estar todo el día respondiendo sus mensajes, así que deberemos gestionar las expectativas del estudiantado estableciendo normas sobre cómo y cuándo se producirá interacción con el docente.
Podemos grabarnos en vídeo explicando las fases y tareas que van a tener que hacer y el feedback que pueden esperar, potenciando su motivación, y después crear un documento que el estudiante pueda siempre recuperar, incluso trabajar sobre él. Los foros también pueden ser una buena opción para que los y las estudiantes aporten su visión.
- ¿Qué aprendizajes son factibles y los más recomendables en este escenario en el que tendremos, por fuerza, que hacer renuncias? ¿Los podemos concretar en resultados de aprendizaje, es decir, teniendo en cuenta la perspectiva del estudiantado?
- ¿Hemos pensado estrategias y espacios de diálogo para compartir la información sobre la evaluación con el alumnado e implicarlo en las decisiones relativas al contenido y la evaluación?
3. ¿Con qué criterios evaluamos?
¿Qué criterios determinan que un estudiante avanza en el aprendizaje mejor o peor? Ha llegado el momento de identificar aquellos criterios con los que vamos a evaluar a nuestras y a nuestros estudiantes de manera continua a lo largo del proceso. Y no solo esto, ¡sino que vamos a explicarlos y compartirlos!. El alumnado debe saber desde el principio con qué criterios se les va a evaluar, y tiene que poder hacerlos suyos, de tal manera que sea capaz de aplicarlos, desarrollando así su juicio evaluativo (Tai, Ajjawi, Boud, Dawson, y Panadero, 2018). Eso hará el proceso evaluativo más transparente, a la vez que compartido.
- ¿Tenemos claros los criterios de evaluación para las actividades propuestas? ¿Estos criterios de evaluación son lo suficientemente explícitos y comprensibles para el estudiantado?
- ¿Hemos elaborado algún documento o instrumento para sistematizar estos criterios y compartirlos con el estudiantado?
4. Visualizar el proceso de evaluación
El estudiantado debe saber cuándo comienza y acaba la actividad, y en qué momentos podrá esperar el feedback y será informada sobre la calificación final. El entorno virtual permite hacer esta planificación de la propuesta evaluativa muy visible y accesible para estas y estos estudiantes en todo momento. Además es importante hacer recordatorios cuando empieza el cierre de cada una de las actividades a partir, por ejemplo, de un foro que nos permitirá asegurar un segundo canal de comunicación – lo que favorecerá la presencia docente, clave en la educación a distancia -.
Finalmente es importante, por un lado, hacer un cálculo aproximado de las horas que el estudiantado va a necesitar para acabar la tarea y informarle al respecto. Y, por otro lado, plantear opciones para flexibilizar la evaluación, si es necesario.
- ¿Hemos previsto el tiempo necesario dentro del calendario académico para evaluar estas actividades, corregirlas, darles feedback, etcétera?
- ¿La planificación de la evaluación va a permitir hacer un seguimiento de todo el proceso de evaluación, no solo del final?
5. Estrategias y herramientas de evaluación en línea
Para este webinar se ha propuesto clasificar las estrategias de evaluación en tres tipos: aquellas que validan la asimilación de contenidos (cuestionarios de respuesta automatizada, listas de verificación, etcétera), las que potencian el desarrollo competencial a través de retos (resolución de problemas, elaboración de proyectos, etcétera.) y las que pueden aumentar la motivación y el compromiso del alumnado (basadas en la gamificación). No existen estrategias buenas o malas sino en sintonía o no con lo que queremos evaluar, con los objetivos y con las competencias a desarrollar. En este sentido, es recomendable la variedad de estas estrategias de evaluación y asegurarnos, una vez más, que el número de actividades es asumible.
Concretamente, y para el segundo tipo de estrategias basadas en retos, es interesante usar plantillas en línea para ayudar a que el estudiantado pueda enfocar la actividad y al docente a proporcionar un seguimiento al respecto. Para su evaluación tener un instrumento tipo rúbrica en la que se dejen claros los criterios de evaluación es importante para reducir su subjetividad. Finalmente recordemos que seria bueno dividir este proceso de evaluación en fases para poder proveer un feedback (Carless y Boud, 2018) durante el proceso y no solo al finalizar la actividad. De esta manera aumentará la implicación de las y los alumnos con la tarea, y así mejorará su aprendizaje.
En momentos como este los juegos a través de estrategias de gamificación ayudan no solo a desarrollar mejor las capacidades del estudiantado, sino a aumentar su compromiso y motivación disminuyendo así los casos de abandono, una de las principales limitaciones en un entorno en línea. Hay distintas herramientas en línea como Kahoot o Socrative que van a ayudarnos a promover el diálogo y el debate con el estudiantado de forma divertida y a la vez que recogemos evidencias de su aprendizaje.
- ¿Nuestra institución educativa dispone ya de un entorno virtual o de herramientas que como profesoras y profesores podemos utilizar? Cuanto menos tiempo necesitemos, tanto alumnado como profesorado, para aprender a usar nuevas herramientas, mejor.
- ¿La estrategia que hemos elegido nos permite recoger aquellas evidencias necesarias para evaluar lo que queremos evaluar?
6. Dejar que los estudiantes sean los protagonistas
En la medida de lo posible, tenemos que dejar que el alumnado sea también evaluador. La evaluación en línea puede facilitar mecanismos para la autoevaluación y la coevaluación (Huisman, Saab, Van den Broek y Van Driel, 2019), que son también grandes aliados en casos de ratios muy altas. Para hacerlo, es fundamental que los criterios de evaluación sean muy claros, que el rol de nuestras y nuestros estudiantes como evaluadores sea también uno de los elementos evaluados, y tener claro que, al final, la responsabilidad sobre la evaluación del estudiantado será nuestra, de las y de los docentes únicamente.
Si eso no es posible, hay que intentar al menos crear espacios donde los y las estudiantes puedan discutir sobre su aprendizaje, poner en común sus competencias, y así potenciar su interacción social.
En definitiva, y en este último punto clave para una planificación de la evaluación sencilla i efectiva, vamos a reflexionar sobre la posibilidad de que nuestras y nuestros propios alumnos sean también evaluadores de su propio proceso de evaluación en algún momento del semestre. Si hacemos que esto ocurra contribuiremos a una mayor apropiación de los criterios de evaluación y, por lo tanto, a un aprendizaje mucho más significativo.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Universitat Oberta de Catalunya en la siguiente dirección: epce.blogs.uoc.edu