“El presente”, un tierno corto para hablar de emociones, empatía e inclusión

Esta emotiva historia nos muestra a un niño que no se despega del televisor por estar embelesado con un videojuego, su madre llega con una caja y le insiste en que abra el regalo. Finalmente él accede y se emociona cuando ve a un perrito, sin embargo le hace falta su pata izquierda y el niño lo rechaza.
Ante el rechazo del niño el perrito solo sonríe e intenta jugar con una pelota, finalmente el pequeño reflexiona y decide salir a jugar con él, ahí vemos que también le falta una parte de su pierna izquierda, lo que convierte El Presente en un cortometraje profundamente emotivo y reflexivo. Nos deja una enseñanza de superación, vitalidad y positivismo.

Fue dirigido por el estudiante de animación Jacob Frey, este fue su último proyecto de universidad y hasta el momento ha ganado 77 premios y ha aparecido en más 180 festivales de cine. Fue basado en el cómic Perfeição de Fabio Coala.

¿Cuál es el argumento del cortometraje?

El argumento de The Present no puede ser más sencillo –a la vez que cotidiano para muchas familias– pero no por ello, menos creativo ni original.

Al principio, tenemos a un niño hundido en su sofá con el ceño fruncido. Lo único que hace en todo el día es jugar a los videojuegos, no parece muy alegre, no parece que su vida sea muy entretenida. Sin embargo, el buen observador percibirá algunas cosas más.

Conforme avanzan los segundos, no tardaremos en darnos cuenta de algunos pequeños detalles: cortinas bajas, poca luz y cierta apatía en nuestro joven protagonista. Entonces entra en escena la mamá del chico, quien trae consigo un obsequio dentro de un cajita de cartón.

Se trata de un regalo muy especial: ¡Un perrito!

«Lo esencial es invisible a los ojos»

Algo que vamos a descubrir en cuando veamos al perrito es que padece una minusvalía. Le falta una patita. El niño se da cuenta este detalle al momento. Al comienzo reacciona con extrañeza y cierta incomodidad. Decide no prestarle atención, opta por ignorar al cachorro.

Sin embargo, el pequeño cachorro nos encandila al instante por su carácter, por su actitud positiva. No importa su minusvalía, para el perro, esa patita faltante no le supone obstáculo alguno para correr, para jugar a la pelota, para desafiar a la vida misma.

A lo largo del cortometraje, lo veremos caer y levantarse con total normalidad. Ese afán de superación, esa vitalidad desbordante y ese positivismo es lo que acabará sacando al niño de su aislamiento, de su zona de confort.

Aprenderemos, por ejemplo, cómo en un momento dado, todos nosotros podemos ser capaces de asumir situaciones contradictorias, de aceptar aquello que nos ocurre y poner en marcha una actitud resiliente.

Este cortometraje tiene una clara inspiración en «El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry pero eso no resta su originalidad. Al contrario, la potencia.

Más allá de la apariencia, más allá de nuestra forma, nuestro tamaño, nuestra naturaleza o aspecto físico, están las esencias.

Así, más allá de esa cara simpática y ese cuerpo menudo donde falta una patita, hay un auténtico héroe que lucha por superarse a sí mismo cada día y que ahora desea por encima de todo, ganarse el corazón de un niño.

Desde nuestro espacio te invitamos a ver el cortometraje con tus hijos y sobre todo, a ver el final del mismo. Es ahí donde se nos esconde el mejor detalle, ese que sin duda nos arrancará alguna lágrima y más de una buena reflexión.

Este contenido ha sido publicado originalmente por ERES MAMÁ en la siguiente dirección: eresmama.com



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comentarios 2
  1. para mí es maravilloso! la empatía y la resiliencia, van con todos! y cuando ésto se logra, se avanza en positivo y proactivo, no importan las diferencias, sí en cada uno de nosotros, las vivimos en equidad, porque así, no habrá divisiones, sino Unión. Aunque no tuviéramos una discapacidad física, en realidad, todos somos distintos, y es una riqueza, porque no vemos a las personas con lástima, sino, que los acogemos! por otro lado, es maravilloso, sacar a ése chico del encierro, y ser una persona capaz de compartir y aprender de ese cachorro, y así, disfrutar la vida, de verdad. sólo tenemos el presente. gracias a esta publicación y a todo lo que nos comparte, Feliz y hermosa navidad!

  2. Sinceramente, no creo que este corto trabaje la empatía ni la integración. Al contrario, sin pretenderlo, tiene un mensaje segregacionista: los cojos con los cojos, los disapacitados con los discapacitados. Empático e inclusivo habría sido si el niño con dos piernas acogiera al perro al que le falta una, o al revés, si el perro con cuatro patas hubiera hecho salir al niño al que le falta una pierna. Eso hubiera sido empatía, ponerse en el luegar del otro. Si eres igual que el otro, no te pones en su lugar.

    Decididamente, este corto, y otros del estilo (tipo ratón en venta) lo que fomentan (insisto, sin pretenderlo y seguramente de forma inconsciente) es el mensaje de que aquellos que son diferentes sólo pueden entenderse con los que también son diferentes.

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