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Tengo alumnos con problemas con la memoria funcional ¿Qué puedo hacer?

La memoria funcional implica tener en mente la información necesaria para completar una tarea. Los problemas con la memoria funcional pueden afectar a los niños dentro y fuera de la escuela. Pero los padres pueden ayudar, al enseñar a los niños estrategias que mejoren la memoria funcional. Cuando los niños tienen problemas para seguir instrucciones, a menudo es una señal de que tienen problemas con la memoria funcional. Dividir las tareas en pasos más pequeños puede ayudar. Las instrucciones con muchos pasos son difíciles de seguir para los niños que tienen problemas con la  memoria funcional. En su lugar, intente enfocarse en una sola tarea a la vez: “Nos estamos preparando para cenar pronto. Es hora de guardar tus juguetes. Cuando termines, avísame y te diré qué hacer a continuación”.

Cuando los niños intentan abordar demasiadas cosas a la vez, el resultado suele ser un trabajo descuidado que crea ansiedad. Algo como escribir un ensayo requiere una gran cantidad de memoria funcional. Recordar información importante. Producir y organizar ideas. Utilizar la ortografía y  gramática correctas. Intentar hacerlo todo a la vez puede resultar abrumador.

En su lugar, ayude a su hijo a dividir la tarea en partes manejables. Por ejemplo, producir las ideas. Luego, escribir un esquema. Luego, escribir un borrador… y así sucesivamente. Hacer una cosa a la vez hará que las tareas sean menos estresantes y más productivas.

Las rutinas son muy útiles para los niños que tienen problemas con la memoria funcional. Cuando los niños adquieren el hábito de hacer una tarea, ya no es necesaria tanta memoria funcional. Encuentre un patrón que funcione y apéguese a él. No espere que los niños adquieran la rutina de inmediato. Hacer recordatorios y elogiar los esfuerzos de su hijo lo ayudará a seguir la rutina hasta que la haya asimilado.

Las herramientas como las listas de tareas y los recordatorios también facilitan a los niños recordar la información importante. Ayude a su hijo a encontrar herramientas que funcionen (un recordatorio en su teléfono o un planificador de tareas que realmente vaya a utilizar), e incorpórelas a la rutina.

Algunos niños que tienen problemas con la memoria funcional se pueden beneficiar de la medicación. Si su hijo tiene TDAH o problemas del funcionamiento ejecutivo, podría ser útil contactar a un profesional clínico. Con o sin medicación, la mejor manera de ayudar es apoyar a los niños a crear estrategias que les funcionen.

La memoria funcional es una habilidad que nos permite utilizar la información. Nos ayuda a aprender y a ejecutar tareas básicas. La mayoría de los niños que piensan y aprenden de manera diferente tienen problemas con esta función esencial. Esto es especialmente cierto en los que tienen dificultades del funcionamiento ejecutivo y TDAH.

Esto es lo que necesita saber sobre esta habilidad clave y cómo afecta el aprendizaje.

Qué es la memoria funcional

La memoria funcional es una de las funciones ejecutivas del cerebro. Es la habilidad de retener nueva información para cambiarla y utilizarla de alguna manera. Nos permite retener información sin perder la pista de lo que estamos haciendo.

Los niños necesitan esta habilidad para desempeñarse bien en la escuela. Considere esta situación: El maestro de matemáticas de su hijo pide a la clase que sumen 21 más 13 mentalmente y luego le resten 6.

La memoria funcional permite que su hijo retenga y visualice los números que el maestro mencionó. También le permite recordar la suma de 21 más 13 de manera que pueda restarle 6.

Su hijo puede que no recuerde esos números en la siguiente clase o diez minutos más tarde. Y eso está bien. La memoria funcional ha hecho su labor a corto plazo y le ha permitido realizar la tarea en cuestión.

Cómo funciona la memoria funcional

La memoria funcional es como una nota adhesiva temporal en nuestro cerebro. Retiene nueva información para que el cerebro trabaje con ella brevemente y la conecte con otra información. La atención juega un papel importante en este proceso.

Por ejemplo, el cerebro podría organizar los eventos en secuencia. O bien clasificar diferentes tipos de objetos en categorías. En la clase de matemáticas la memoria funcional puede permitir que los niños “visualicen” los números que el maestro menciona como símbolos.




Problemas con la memoria funcional

Una memoria funcional limitada dificulta que los niños usen la información que obtienen en la escuela. En la clase de matemáticas su hijo podría recordar los números que el maestro pidió que sumaran: 21 más 13, pero puede que no recuerde qué tenía que hacer con ellos, o no retener el resultado de la suma: 34 para poder restarle 6.

También puede que le sea difícil seguir instrucciones prácticas. El maestro puede que le diga a su hijo que se quite sus botas para la nieve, pero que primero cuelgue su abrigo. Su hijo puede que sólo haga una de las dos tareas u olvide cuál tenía que hacer primero.

También podría ocurrir que la información que su hijo tiene que recordar no tenga mucho sentido. Debido a sus problemas con la memoria funcional, su cerebro no la almacena adecuadamente. Si los niños aprenden información de manera desarticulada, tendrán problemas para usarla posteriormente.




Cómo puede ayudar

Si usted piensa que su hijo pudiera tener problemas con la memoria funcional, es importante averiguar si ese es realmente el caso. Puede parecer que tiene dificultad para retener información cuando en realidad tiene dificultad para prestar atención. Digamos que la información nunca fue canalizada en el sistema de almacenaje del cerebro.

Una evaluación completa puede determinar por qué su hijo está teniendo problemas. Si resulta que la memoria funcional es el motivo, existen otros pasos a seguir para ver el panorama completo.

Usted entonces querrá saber si tiene otros problemas con las funciones ejecutivas que están relacionados con el TDAH.

Usted también puede colaborar con la escuela para desarrollar estrategias que ayuden a su hijo a lidiar con el problema. Esto podría incluir escribir notas breves para tener en cuenta fragmentos de información que puedan ser difíciles de recordar, así como tareas que tiene que hacer. También puede incluir dividir esas tareas en pasos más pequeños para hacerlas más manejables.




Conozca los límites del alumno o de su hijo

Si usted le ha dado a su hijo lo que parece ser una serie de instrucciones razonables, pero él continúa desviándose del objetivo, es una señal de que ha llegado al límite de su memoria funcional. Notar cuándo, y con qué frecuencia, su hijo comienza a desconectarse de lo que estaba haciendo, lo ayudará a tener una idea más clara de la capacidad de su hijo para retener información. Una vez que usted sepa cuáles son estos límites, podrá usar esta información como guía para darle instrucciones más efectivas.

Por ejemplo, si usted nota que a su hijo le cuesta seguir las instrucciones de varios pasos, intente dividir las tareas en pasos más pequeños y más manejables.

  • No le dé una serie de instrucciones, como por ejemplo: “Ve a recoger tus juguetes, luego mete la bici en el garaje, lávate las manos y avísale a tu hermana que ya es hora de cenar”.
  •  intente enfocarse en una instrucción a la vez: “Estamos a punto de cenar. Es hora de recoger tus juguetes. Cuando hayas terminado, avísame y te diré qué más hacer”.




Divida las tareas en partes

Las tareas escolares que parecen simples en la superficie, en realidad pueden requerir mucha memoria funcional. Cuando los niños tratan de hacer muchas cosas a la vez, por lo general el resultado es un trabajo descuidado (o incompleto) que causa ansiedad. Analizar a detalle las tareas los ayudará a usted y a su hijo a dividirlas en partes más manejables.

Por ejemplo, cuando los niños escriben un ensayo, utilizan su memoria funcional para recordar información importante, producir y organizar ideas, utilizar la ortografía y gramática correctas, e incluso para asegurarse de que su escritura sea legible. Tratar de pensar en todo esto al mismo tiempo puede saturar el bloc de notas mental de su hijo. En su lugar, anímelo a abordar una tarea a la vez:

  • Crear y escribir las ideas principales.
  • Examinar la información y formular una hipótesis.
  • Definir la estructura.
  • Hacer un borrador (sin preocuparse por la ortografía o la puntuación).
  • Editar y pulir.

Dividir las tareas o sesiones de estudio en partes más manejables ayudará a su hijo a evitar la sobrecarga cognitiva y le permitirá trabajar con más efectividad y desarrollar buenos hábitos de estudio.




Cree rutinas

Ayudar a los niños a adoptar rutinas es esencial para el desarrollo de la memoria funcional. “Las rutinas son la meta”, dice Linda Hecker, MEd, quien es especialista líder en educación en el Landmark College Institute for Research and Training. “Cuando podemos automatizar una tarea, ya no se requiere memoria funcional para realizarla. Tener que recordar qué es lo que sigue a continuación ocupa un espaciocognitivo, y eso no es necesario”. Estos son algunos consejos para crear rutinas:

  • Sea consistente: Las rutinas deberían ser simplemente eso: rutinarias. Encuentre un patrón que funcione y sígalo.
  • Sea paciente: Desarrollar hábitos efectivos requiere tiempo, y a veces hay distracciones. No espere que los niños sigan la rutina de manera inmediata. Hacer recordatorios y elogiar a su hijo por el esfuerzo de mantenerse encaminado lo ayudarán a mantener la rutina hasta que la haya asimilado.
  • Use indicaciones verbales y visuales: Ayude a sus hijos a asimilar las rutinas al incorporar apoyos verbales y visuales.
    • Por ejemplo, indicaciones visuales podrían ser hacer un dibujo sobre cómo se estructura un ensayo o anotar los pasos de un problema matemático, o colocar notas adhesivas como recordatorios en distintos lugares de la casa.
    • Las indicaciones verbales pueden incluir que su hijo diga en voz alta cada paso de una tarea antes de hacerla. “Paso 3: Guardar mi tarea en mi mochila para mañana”. O escribir una canción o rima que lo ayude a retener información más complicada en su memoria a largo plazo, como las fórmulas matemáticas comunes o los nombres de los 50 estados del país.




Delegar

No todo necesita ser recordado. Herramientas como listas de tareas, organizadores y recordatorios liberan un “espacio de trabajo” esencial y facilitan a los niños recordar información importante. “Delegarle a otras herramientas las tareas organizativas le quita presión a la memoria funcional”, explica Hecker. “Yo les digo a mis estudiantes que escriban todo: tareas, ideas, cualquier cosa que quieran recordar más tarde”.

Pero recuerde, las herramientas de organización solo funcionan si se usan. Ayude a su hijo a encontrar las herramientas que funcionen para él, y haga que las herramientas formen parte de su rutina.

“Los niños suelen creer que podrán recordar la información más adelante, así que no la escriben”, dice Matthew Cruger, PhD, neuropsicólogo del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute. “Después, cuando no logran acordarse de todas las cosas que necesitan para terminar su tarea, se sienten frustrados y avergonzados”.

Pero al día siguiente vuelve a ocurrir lo mismo otra vez. Están seguros de que pueden recordar lo que necesitan hacer, hasta que no pueden.

Ayude a su hijo a adquirir el hábito de escribir la información importante: tareas, fechas de los viajes escolares, una idea brillante para construir el mejor robot de la historia (de manera inmediata, incluso si cree que podrá recordarlo después).




Medicamentos

“Los medicamentos que mejoran la atención pueden ayudar con la memoria funcional”, explica el Dr. Cruger. Los medicamentos para el TDAH no tratan los problemas con la memoria funcional, pero reducen la distracción y elevan el nivel de atención, lo cual facilita a los niños acceder a su memoria funcional. Pero el Dr. Cruger apunta: “Sigue siendo fundamental proporcionar una indicación clara e instrucciones manejables”.

Los juegos

Los investigadores están analizando si algunos métodos, como el entrenamiento cerebral, pueden mejorar las capacidades de memoria funcional. A medida que la investigación se amplíe, podremos aprender más sobre la efectividad de estas estrategias, pero por el momento no están claros los beneficios a largo plazo. Los juegos de computadora, las aplicaciones y los juegos de memoria se pueden utilizar junto con otras estrategias, pero también es importante apegarse a los apoyos establecidos.




Conclusión

Por el momento, la mejor manera de ayudar a los niños que tienen problemas con la memoria funcional es enfocarse en crear y practicar estrategias de afrontamiento saludables y efectivas. Crear rutinas, utilizar herramientas y ofrecer apoyo como padres ayuda a los niños a desarrollar estrategias a las que podrán recurrir por el resto de sus vidas.

Este contenido ha sido publicado originalmente por childmind.org y understood.org

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ENLACE DE LECTURA: MEMORIA Y DIFICULTADES DE APRENDIZAJE

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