Como educadores, es importante reflexionar sobre el buen uso de los recursos tecnológicos en nuestra comunicación de los saberes, y la conexión entre los agentes del proceso educativo. La nueva tecnología didáctica pedagógica mejora la experiencia de aprendizaje con los recursos digitales con la Inteligencia Artificial (IA), la robótica o la realidad virtual. A nivel docente cada día se nos ofrecen más Apps para transmitir nuestras lecciones de forma mucho más realista, consiguiendo involucrar más a los estudiantes en su educación, dándoles más autonomía para encontrar su propia ruta de aprendizaje, desarrollar más sus habilidades digitales y sobre todo orientarlos en la formación ética del uso de la TIC. El desarrollador de software Bill Gates nos recuerda que «La tecnología es solo una herramienta. Para conseguir que los niños trabajen juntos y motivarles, el profesor es lo más importante».
Consideramos que esta publicación podría ser importante en nuestro desempeño docente, al ponernos sobre aviso que las redes sociales, tan usadas por nosotros y nuestros estudiantes, interrumpen repetidamente nuestra atención, que es “bombardeada” por distractores y que puede convertimos en la peor versión de nosotros según Tristan Harris y Randy Fernando, especialistas en ética de la tecnología, y que la han denominado a este fenómeno “degradación humana”, concepto que ha ganado popularidad en Silicon Valley y que indica cómo la tecnología sobrepasa las capacidades del ser humano, y tendremos como resultad que los estudiantes podrán superar las diferentes pruebas académicas sin ningún tipo de complejidad.
LA DEGRADACIÓN HUMANA CAUSADA POR LA TECNOLOGÍA (01´ 47”)
Randima (Randy) Fernando cofundador, con el científico Tristan Harris, del Center for Humane Technology (CHT, Centro para la Tecnología Humana), ofreció una entrevista a Lucía Blasco para BBC News Mundo sobre cómo «revertir la degradación humana» (human downgrading) y «realinear la tecnología con nuestra humanidad», y saber sobre la importancia de la “economía de la atención”. Este diálogo, que compartimos en parte, en la Web del Maestro CMF, por motivos únicamente educativos y de formación permanente, lo encuentra completo en el enlace que indicamos al final de esta publicación. Recordemos que «Es importante recordar que el software educativo, como los libros de texto, es solo una herramienta en el proceso de aprendizaje. Ninguno puede ser un sustituto para profesores bien entrenados, liderazgo y para la implicación de los padres». (Keith Krueger).
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LUCÍA BLASCO: ¿Cómo surgió tu interés en la economía de la atención y por qué te parece importante?
RANDIMA FERNANDO: “Mis padres me enseñaron mindfulness (meditación basada en atención plena) y tecnología desde muy pequeño, así que yo seguí esa trayectoria. […] ayudé a fundar una organización llamada Mindful Schools para enseñar mindfulness en las escuelas. Hice eso durante un tiempo hasta que me topé con Tristan [Harris]. Los dos estábamos muy interesados en la atención plena (midfulness). Comenzamos a darnos cuenta de que estábamos en contra de cómo la economía de la atención compite constantemente para entrenar nuestras mentes de forma distinta. La economía de la atención es una adversaria de la atención plena.
A las empresas les resulta muy fácil configurar perfiles sobre nosotros en base a la información que compartimos en las redes sociales, y comparten esa información con los anunciantes. Este modelo de negocio hace que nuestra atención se vuelva vital y además no se fundamenta en nuestros intereses, sino en los de los anunciantes. Decidimos que lo mejor era crear una organización para gestionar el interés creciente en el tema (sobre todo desde que en 2017 Harris habló sobre ello en un programa de la televisión nacional) y tratar de abordar el problema. […]”
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LUCÍA BLASCO: Para abordar el problema ustedes proponen «revertir la degradación humana». ¿Qué significa eso?
RANDIMA FERNANDO: “Gran parte del trabajo que hacemos tiene que ver con la mente, con las adicciones y con cómo combatirlas; con la meditación y con el bienestar emocional. También con la democracia y la polarización, con la tergiversación de la verdad. Todos esos temas están interrelacionados y vinculados a la «degradación humana» (human downgrading). […] a medida que hemos ido mejorando y actualizando nuestras máquinas, hemos degradado a los seres humanos. Y debería haber sido al revés. […] Durante mucho tiempo, nos entusiasmamos mucho ante todas las mejoras tecnológicas, pero invertimos tanto esfuerzo y energía en el avance de la tecnología —que tanto nos ha beneficiado por décadas— que no prestamos suficiente atención a los cambios que se estaban produciendo en nuestro cerebro. En un momento dado nos hicimos vulnerables a ella porque la tecnología puede usarse para aprovecharse de nuestras debilidades”.
LUCÍA BLASCO: ¿Qué ha cambiado en los últimos años para que este tema se haya puesto sobre la mesa dentro y fuera de Silicon Valley?
RANDIMA FERNANDO: “[…] Vamos siendo conscientes de cómo las notificaciones tratan de «secuestrar» nuestra atención. Si los diseñadores lo usan a su favor pueden hacer que pasemos más tiempo en su producto, atraer nuestra atención para que nos fijemos en ciertos elementos […] Y ya no sabemos qué es real y qué no. Los deepfakes (videos con personas aparentemente reales modificados con inteligencia artificial) son un buen ejemplo de ello. La mente humana es limitada. Es maravillosa en muchos aspectos, pero tiene puntos débiles. Ahora que sabemos que la tecnología ha cruzado esa barrera, […] las fuerzas del mercado han seguido usando las nuevas tecnologías a su favor para incrementar las ventas. A los analistas les fascina buscar nuevas maneras de usar la tecnología a su favor y transformar esas tendencias en dinero. Pero quienes piensan en los beneficios no están teniendo en cuenta las consecuencias. Eso está pasando en todo el mundo y a todos los niveles. Analistas, diseñadores de productos y gobiernos están compitiendo entre sí. Y al final termina siendo un arma muy peligrosa. Pero cada vez hay más reacciones en contra”.
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LUCÍA BLASCO: Lo dibujas como un sistema perverso. ¿Se pudo predecir de alguna forma?
RANDIMA FERNANDO: “[…] Una parte importante del problema es que quienes tratan de encontrar soluciones no suelen ser los mismos que quienes crean el problema. Hay gente muy competente alarmando sobre el uso de la tecnología desde hace tiempo, pero quienes trabajan en los avances tecnológicos tienen otros incentivos y no les interesa aminorar la velocidad porque a menudo significa un perjuicio para ellos del que puede aprovecharse su competencia. […] A eso se suma que la «degradación humana» es cíclica.
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LUCÍA BLASCO: ¿A qué te refieres con que es cíclica?
RANDIMA FERNANDO: “Cuando nuestra atención se interrumpe repetidamente, nos distraemos más. Nos convertimos en la peor versión de nosotros mismos. La tecnología nos cambia. Y eso ocurre constantemente y cada vez más porque las redes sociales facilitan ese proceso. […] Al final del ciclo, la tecnología termina cambiándonos y, efectivamente, degradándonos. Y cuando nos hemos degradado, somos más vulnerables en el ciclo siguiente porque cuando estamos más distraídos es más fácil que ocurra un nuevo ciclo. Termina siendo una carrera [de las empresas] por llegar hasta el fondo de nuestro tallo cerebral que saca lo peor de nosotros mismos y que cada vez incluye menos pausa, menos reflexión y menos meditación porque estamos ocupados reaccionando todo el tiempo”.
LUCÍA BLASCO: Es fácil sentirnos impotentes ante esta situación… ¿qué podemos hacer?
RANDIMA FERNANDO: “¡Sin duda lo es! Es una parte tan importante de la economía… ¡Mueve billones de dólares! Pero podemos actuar en dos niveles: en primer lugar personal y en segundo, colectivo. El primer paso empieza realmente por educarnos al respecto. […] como limitar las notificaciones, usar menos las plataformas digitales, cambiar lo que mostramos en ellas y nuestras interacciones en línea. Básicamente, entender cómo estamos siendo manipulados y actuar en consecuencia. Además, está el plano colectivo. […] Cuando nos unimos es cuando podemos provocar un cambio real. Esto es muy importante porque la «degradación humana» nos está cambiando como sociedad. […] Tenemos que cambiar las condiciones del juego. La tecnología que divide a la sociedad no es tecnología «humana» porque es dañina para los seres humanos”.
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LUCÍA BLASCO: ¿Hasta qué punto dirías que estamos abriendo el camino hacia una tecnología más «humana»?
RANDIMA FERNANDO: “Para ser honesto, me sorprende favorablemente lo lejos que hemos llegado porque en un punto pensé que nos quedaríamos eternamente atascados en definir el problema. […] Por suerte, cada vez más personas se están dando cuenta de cómo la información que comparten en las redes se favorece la economía de la atención. Eso es muy importante. Una de las cosas más maravillosas de que haya tanta gente preocupada sobre este tema es que realmente podemos hacer fuerza para abordarlo. Cada vez más empresas y países están tomando medidas y yo veo oportunidades para el cambio a corto y medio plazo. Ahora tenemos que seguir propagando el mensaje para que la tecnología sea cada vez más humana y nos permita conectar mejor, difundir la verdad y sacar la mejor versión de nosotros mismos”.
La entrevista completa, y que le sugerimos leer, la encuentra usted en este enlace: «LA DEGRADACIÓN HUMANA CAUSADA POR LA TECNOLOGÍA HA SOBREPASADO ALGUNOS LÍMITES IMPORTANTES»
“Es terrible lo que esta sociedad hace a los niños al exponerlos sin control a la tecnología y con ella, a las redes sociales.” (Gustavo Copelmayer)
NOTA DE REDACCIÓN: Las propuestas, ideas y opiniones expresadas en esta entrevista, no son necesariamente las de la Web del Maestro CMF, y no comprometen en modo alguno sus políticas de formación permanente y revalorización de la tarea docente. Sugerimos a nuestros lectores conocer la identidad de la fuente o de su autor, para tener mayores elementos de juicio y la pertinencia que ayude a su reflexión desde su realidad educativa.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF