El diccionario de la Real Academia Española define la evaluación como la “acción y efecto de evaluar”, o sea, de “estimar, apreciar, señalar el valor de algo”, y de inmediato lo vincula con el mundo escolar y educativo. Probablemente porque nuestras primeras experiencias formales con el proceso de ser evaluados provienen justamente de allí, de la escuela y la academia.
Definido así, en abstracto, la evaluación es la acción de juzgar o medir un procedimiento, o sea, de indicar qué tan bien o qué tan mal ha salido, o qué tanto se aproximó al objetivo que inicialmente nos habíamos planteado.
En el ámbito educativo, tiene que ver con la adquisición de una serie determinada y concreta de conocimientos, prácticas y saberes, pero en otros ámbitos puede tener que ver con el desempeño profesional de un equipo, con la fabricación de un producto o cualquier otra actividad mensurable, evaluable.
La evaluación educativa es un proceso continuo y personalizado dentro del sistema de enseñanza-aprendizaje cuyo objetivo es conocer la evolución de cada estudiante para, si es necesario, adoptar medidas de refuerzo o de compensación para garantizar que se alcanzan los objetivos educativos definidos para su nivel. Es, por tanto, una herramienta de gran utilidad para tomar decisiones pedagógicas para mejorar el desempeño de un estudiante.
Según los expertos en educación, la evaluación es útil tanto para los docentes como para los alumnos:
- Para los maestros porque tienen la oportunidad de comunicar a los estudiantes cuáles son los objetivos y expectativas de aprendizaje y les permite comprobar la eficacia de los métodos de enseñanza utilizados.
- En el caso de los alumnos, la evaluación puede servir como motivación positiva para lograr un reconocimiento a su esfuerzo a través de las calificaciones y les obliga a revisar materias de estudio anteriores consolidando el aprendizaje y aclarando ideas.
La importancia de realizar una evaluación en educación
La importancia de la evaluación va más allá del seguimiento escolar de los propios estudiantes. Se trata de un instrumento de seguimiento y valoración de los resultados obtenidos por los escolares para, al mismo tiempo, poder determinar si los procedimientos y metodologías educativas elegidas están siendo los adecuados. Además, aunque al pensar en evaluación educativa normalmente pensamos en exámenes, la normativa vigente extiende el proceso de evaluación a los distintos ámbitos y agentes de la actividad educativa, es decir: también incluye a los docentes, a los centros, a la idoneidad de los currículos e, incluso, la actividad de las administraciones educativas.
La evaluación es un recurso para asegurar unos niveles de formación común y garantizar que se reúnen una serie de capacidades, competencias y conocimientos concretos para avanzar dentro de los niveles del sistema educativo, logrando los títulos homologados correspondientes.
Sistemas de evaluación habituales
Decimos que la evolución es un proceso porque no se limita a un acto puntual, como puede ser un examen, sino que los docentes se encargan de recoger información sobre la evolución de un alumno en distintos momentos y a través de diversas tareas. Es la manera de obtener una visión más clara y completa del proceso de aprendizaje de cada estudiante y así tomar las decisiones más acertadas para impulsar su desempeño.
El currículo de cada materia o asignatura debe contener no sólo los objetivos, los contenidos o la metodología didáctica que se aplicará en el aula, también los criterios de evaluación del grado de adquisición de competencias y logro de objetivos, adaptados a cada etapa educativa.
Los maestros serán los encargados de realizar esa observación continuada que requiere el proceso de evaluación y, según los objetivos que se pretendan evaluar, recurrirán al tipo de prueba que mejor se ajuste.
A la hora de realizar la evaluación distinguimos varios sistemas o técnicas que se utilizan de forma complementaria:
- Observación
- Pruebas
- Revisión de tareas
- Entrevistas
Observación
Dentro de la observación en los cursos de Primaria, los maestros cuentan, por ejemplo, con instrumentos como las listas de control (que permiten registrar ausencias o conductas en clase) o realizar escalas de estimación para detectar la frecuencia con la que se realizan determinadas tareas o conductas. Es importante que el docente observe la evolución de cada niño, su actitud en el aula, la relación con los demás, sus progresos en las diferentes materias, sus dificultades… Esto permitirá detectar posibles problemas de aprendizaje y adoptar las medidas necesarias.
Pruebas
Entre los tipos de pruebas que pueden utilizarse para la evaluación del aprendizaje están, por ejemplo:
-
- Las pruebas de ensayo o de respuesta libre y abierta. El maestro plantea al alumno una cuestión y este la desarrollará con total libertad.
- Las pruebas de respuesta limitada. Pueden ser textos en los que hay que rellenar huecos, preguntas con respuesta múltiple o de elección (verdadero/falso).
- Las pruebas prácticas, mapas conceptuales, de ordenar una serie de elementos en serie…
Revisión de tareas
La revisión de tareas permite ver cómo es el trabajo diario de cada estudiante, su implicación, el tiempo que requiere para realizar las diferentes tareas y proyectos, si es constante… Es una evaluación continua y, por lo tanto—a diferencia de los exámenes—no dependerá de si el alumno tiene un mal día o de si no ha sido capaz de abordar esa prueba.
Realización de entrevistas
Por último, las entrevistas con las familias de cada alumno proporcionan información sobre su entorno más próximo, si tiene algún problema grave familiar, su adaptación a la escuela.. Deben realizarse de forma regular, especialmente si hay problemas de aprendizaje o conducta.
Para realizar la evaluación, los docentes combinan estas técnicas y recogen información sobre el comportamiento y desempeño de los alumnos que más tarde analizan y comparan con los objetivos marcados para determinar la calificación correspondiente.
Características de la evaluación
La evaluación se caracteriza por lo siguiente:
- Consiste en el cotejo de los resultados obtenidos en un proceso (productivo, educativo o de cualquier otra naturaleza) contra los resultados establecidos inicialmente.
- Para dicho cotejo emplea diferentes herramientas o procedimientos de medición, dependiendo de la naturaleza del asunto, que permiten obtener información respecto al desempeño evaluado.
En general, contempla tres propósitos fundamentales:
- Recopilar información respecto al proceso evaluado.
- Analizar la información obtenida para obtener conclusiones.
- Definir así los logros alcanzados y los no alcanzados, para poder así retroalimentar el proceso.
¿Para qué sirve la evaluación?
Como hemos dicho antes, la evaluación tiene el propósito fundamental de someter a juicio y valoración un proceso determinado.
Esto quiere decir que no sólo debe juzgar si las metas iniciales se cumplieron, y en qué medida, sino también obtener información respecto a cuáles fueron los tropiezos, cuáles las fallas inesperadas, cuáles las predecibles y, en general, cuáles fueron las características del proceso que pueden posteriormente modificarse: corregirse, mejorarse, repensarse, etc. La evaluación es, ante todo, un mecanismo de retroalimentación o feedback.
Instrumentos de evaluación
Se llama instrumentos a las distintas herramientas reales y concretas, que permiten obtener información referente al proceso evaluado. Pueden ser de distinto tipo y naturaleza, como por ejemplo:
- Cuestionarios.
- Fichas de indagación.
- Fichas gráficas.
- Reflexiones personales y/o autoevaluaciones.
- Formularios.
- Dinámicas de contraste de experiencias.
- Supervisión u observación externa.
- Revisión entre pares.
Tipos de evaluación educativa
La evaluación educativa es aquella que permite recabar información sobre los diferentes elementos del proceso educativo: el alumnado, los materiales de estudio, el docente, las instalaciones, etc. Especialmente conocidas (y a veces temidas) son las que evalúan el desempeño del alumno, o sea, que permiten juzgar qué tanto o qué tan bien ha aprendido un alumno de una temática y en un período de tiempo determinado.
Dicha evaluación puede ser de tres tipos, dependiendo de la dinámica evaluativa:
- Autoevaluación, cuando el propio alumno debe juzgar su desempeño y su conocimiento adquirido del tema.
- Heteroevaluación, cuando el juicio respecto al aprendizaje del alumno proviene de un tercero (comúnmente el profesor que imparte la materia).
- Coevaluación, cuando la evaluación es recíproca entre dos o más alumnos, ocupando el lugar del evaluado y el evaluador.
Importancia de la evaluación educativa
La evaluación educativa es una herramienta fundamental para el proceso escolar, cuya adecuada utilización provee la información necesaria para optimizar el proceso, mejorando cada vez más en la formación de las generaciones venideras. En ese sentido, la evaluación educativa ofrece resultados fundamentales en dos ámbitos distintos:
- El diagnóstico o inicial, que sirve para comprender el punto de partida de los sujetos que atraviesan el proceso educativo. Este ámbito brinda información sobre la etapa educativa anterior, de haberla, o sobre el nivel académico básico en distintas etapas de la vida ciudadana.
- El formativo o procesual, que sirve para comprender qué tan fructífero fue el proceso educativo: qué tan idóneos son sus mecanismos, qué tan convenientes sus herramientas y, en conclusión, de qué manera estamos pensando la educación, y por lo tanto, de qué nuevos modos podemos repensarla.
Este contenido ha sido publicado originalmente por UNIR y CONCEPTO
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