“…es un poco como construir graneros públicos; acumular reservas para defendernos del invierno del espíritu que, por muchos indicios, a pesar mío, veo venir…”. (MARGUERITE YOURCENAR Memorias de Adriano)
Toda la pasión y emoción que tiene un niño por aprender desde que nace en la mayoría de los casos cuando comienza a ir a la escuela disminuyen y muchas veces desaparecen. Allí inicia su desconexión emocional con todo lo que tiene que ver con aprender.
El Sistema Escuela carece de lo que yo nombro como el Efecto Diversión (ED). El niño, a medida que avanza en el colegio, se divierte cada vez menos, se apaga su curiosidad, su motivación y su apetito por aprender. Con el pasar de los años la relación con la escuela se vuelve alejada, aburrida, estresante, despersonalizada. Obligación y competencia son los grandes “apagadores” de toda emoción.
CURIOSIDAD, MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE (02´ 35”)
Generalmente los estudiantes no captan el valor formativo del aprendizaje; ellos están orientados hacia el aprendizaje como un inevitable y obligado instrumento para la vida; aprender “para hacer” y no “para ser”. Se estudia exactamente lo imprescindible, de memoria, para superar las pruebas y exámenes y así satisfacer a los padres, a toda la familia, cumplir con la sociedad y recibir el tan esperado premio (vacaciones, dinero, viaje, carro, moto, etc.)
Solo motivaciones extrínsecas. ¿Y las intrínsecas? ¿Las que tienen que ver con el verdadero ser que tiene dentro de sí ese estudiante con sus sueños, pasiones, visiones, fantasías?
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Es muy importante que los Educadores logremos comprender cómo los niños aprenden, por qué aprenden y qué desean aprender, para así junto a ellos facilitarles el camino para hacerlo. Animándoles a estudiar no sólo porque hay que hacerlo para conseguir un buen trabajo, sino también para enriquecer sus espíritus, sus almas. Para ello el aprendizaje debe ser interesante y emocionante: debe resaltar todo lo maravilloso y amplio que implica el conocimiento.
El conocimiento visto como un lujo, como verdadera calidad de vida, como verdadera belleza. Debe ser un placer enseñar y un placer aprender. Así lograremos nuestra primera “conexión” con el estudiante: compartir una misma visión, un mismo motivo en cada encuentro. Un encuentro placentero.
NOTA DE REDACCIÓN: Este artículo es propiedad intelectual del libro del profesor Mario Schiavelli, que puede Usted descargar (gracias a la geneosidad de su autor). Nosostros hemos separado textos y sobresaltado en negritas algunas frases del original. Les sugerimos, si desean, acceder al libro origibal (e Book) lo pueden hacer en el siguiente enlace ENSEÑAR SIN ENSEÑAR. MANUAL PARA EL NUEVO EDUCADOR,
“No hay materias difíciles, hay estudiantes desatentos.”
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF
Autor: Mario Schiavelli, de nacionalidad Italiana. |
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