Como educadores, sabemos por propia experiencia cómo es así que “los niños son curiosos por naturaleza, y en su mayoría tienen la habilidad para formular preguntas, conjeturas e hipótesis que inicialmente surgen de la admiración y del modo para analizar lo que llama su atención o les causa admiración. Pese a esto, la realidad demuestra que hay algún “por qué” nuestros mayores no nos respondieron, que avivó nuestra curiosidad y que nos han proporcionado aprendizajes valiosos, ya sea observando, recopilando información, formulando otras preguntas, buscando otras personas a quienes preguntar, entrando al internet, yendo a la biblioteca, buscando un diccionario, un libro, una enciclopedia y usando el pensamiento lógico para llegar a una conclusión”. CÓMO ESTIMULAR EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO Y EL RAZONAMIENTO EN LOS NIÑOS.
Desde nuestra formación inicial docente -no pocos de nosotros- aprendimos que “en educación la última palabra todavía no está dicha”, y que la curiosidad entendida como la intención de descubrir algo que uno no conoce, como esa “búsqueda curiosa” de respuestas, es una forma de aprendizaje natural, y que tiene dos aspectos, uno positivo, que conduce al saber, y otro negativo, que conduce al chisme, comadreo, cotilleo, fisgoneo, … En Psicología “suele ser entendida como una conducta natural que es compartida por el ser humano con otras muchas especies, y que pone en juego procesos probablemente instintivos relacionados con la motivación hacia la novedad y la apertura a la experiencia”. (José Manuel Garrido, Psicopedia). Nosotros, en esta oportunidad, solo la tomamos como esa actitud “indispensable al pensamiento científico, y siempre en la base de toda pregunta que se hace un erudito o un hombre talentoso”, y que naturalmente desarrollan los niños. A esa curiosidad por saber las respuestas del mundo circundante. “Es por eso que, al niño pequeño, desde la más temprana infancia, hay que enseñarle a ser curioso desde el punto de vista positivo, y tratar de evitar la curiosidad no edificante, enseñarle las normas hasta donde es posible inquirir, y hacerle conocer la reglas que la sociedad impone al libre conocimiento. Claro está que para el niño lo anteriormente dicho no tiene significado, y él solo quiere saber más y más. Y es tarea del educador encauzar ese deseo de conocer hacia vías que le posibiliten cada vez un mayor desarrollo intelectual”. (cf EDUCAMOS: LA CURIOSIDAD)
La curiosidad positiva lleva a encontrar una respuesta al asombro, entendido como esa «impresión en el ánimo que alguien o algo causa a una persona, especialmente por alguna cualidad extraordinaria o por ser inesperado» (Cf Escuela de Clown), y que es el resultado del mejor y más importante descubrimiento para aprender. Considero que, sea cual sea haya sido nuestra niñez y juventud, la familia, el barrio, los primeros círculos amicales, la sociedad y la escuela, nos dieron los insumos para tejer el proceso de aprendizaje de nuestro conocimiento y llegar a construir nuestro pensamiento crítico. La curiosidad y el asombro se asocian llegar a adquirir aquella autonomía intelectual, tan necesaria desarrollar nuestras destrezas de orden superior. Incentivar y apoyar el desarrollo y consolidación del pensamiento crítico, sin minimizar ningún “asombro”, permitirá que nuestros alumnos tomen decisiones acertadas -según su edad- y resuelvan todo tipo de problemas, ayudados por una pedagogía que estimule “un pensamiento rico conceptualmente, coherentemente organizado y persistentemente exploratorio… cuyos rasgos pueden entenderse como aquellas metas a las que el pensamiento de este tipo siempre tiende a alcanzar y no como aquellas de las que nunca se desvía”. Cf EL PENSAMIENTO CRÍTICO EN ESTUDIANTES
¿QUÉ ES LA CURIOSIDAD? (01´ 51”)
El resultado de nuestros conocimientos y el proceso aprendizaje, se evidencia hoy en nuestra capacidad pedagógica para ayudar a aprender a aprender; para que nuestros estudiantes se conviertan en mejores solucionadores de problemas, e incluso aumenten sus coeficientes intelectuales cuando se les muestran los principios de lógica, pruebas de hipótesis y otros métodos de razonamiento, y hay una exigencia de explicar con el propio pensamiento. “La ciencia puede ser simple y divertida, ya que en realidad cualquier escenario es bueno y puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje que se puede aprovechar. [Y hoy podemos contar con] apps y webs de ciencias [que] complementan información de una manera muy visual y de fácil acceso, permiten amplificar objetivos y plantear retos mediante propuestas de actividades de fácil ejecución, y fomentan el crecimiento intelectual aportando contenido de gran valor dentro del ámbito cultural científico”. Ibidem CÓMO ESTIMULAR …
La curiosidad es una actitud que se manifiesta con mayor intensidad en los primeros años de vida, y aunque se le asigna un significado un tanto indiferente y coloquial, la RAE lo define como el deseo de saber lo que llama la atención o parece importar, mientras que otros especialistas nos dicen que la curiosidad es la “tendencia a explorar, experimentar e indagar sobre algo que se considera nuevo, como un instinto natural ventajoso para la supervivencia, ya que empuja a buscar información en el medio y a interactuar con él y que facilita la creatividad. Es cualquier comportamiento inquisitivo natural que conlleve observar, examinar, indagar, averiguar, experimentar, preguntar, investigar, descubrir, inquirir, probar, escudriñar e interactuar con el mundo
que hay alrededor para conseguir más conocimiento. La curiosidad ha sido considerada como un impulso incontrolable (cuando se siente curiosidad por algo es porque se quiere conocer más sobre lo que llama la atención). Por eso se dice que la curiosidad es el inicio del conocimiento, puesto que precisamente esa necesidad de conocer es lo que ha llevado a la humanidad a desarrollar diferentes métodos de investigación para encontrar respuesta a las inquietudes”.
Como padres de familia y profesores, estamos llamados a contemplar -con mayor atención- cómo orientan y desarrollan esa capacidad nuestros niños y jóvenes, por “descubrir lo desconocido”, lo aún no manifestado y evidente, para trabajar y orientar esa cualidad innata -en casi todos-, como una singular fuente de investigación. Los niños yos desde sus primeros años de razonamiento “van construyendo teorías explicativas de la realidad de un modo similar al que utilizan los científicos. Por tanto, se debe propiciar en ellos una actitud de investigación que se funde en los criterios de relatividad y no sobre criterios dogmáticos. […] hay que ayudar a los niños a darse cuenta que ellos saben que también son constructores de teorías y que son estas teorías las que deben poner en juego para saber si sirven o si es necesario modificarlas para poder dar una explicación a la realidad que los circunda”. Cf LA FORMACIÓN CIENTÍFICA EN LOS PRIMEROS AÑOS DE ESCOLARIDAD
“La ciencia implica pasar de un problema científico a un problema social, de un interés individual a un interés colectivo, del pensamiento a la acción, del conocimiento enciclopédico a la comprensión. Una ciencia así es una ciencia educadora, que se dedica a problemas relevantes, por más que sean complejos y no tengan una sola solución, y esta se valora según las acciones que implique, sus posibilidades de éxito y sus consecuencias. Según Ávila et al. (2007), la ciencia está presente en la cotidianidad de los individuos, aunque en ocasiones no sea tan evidente como la tecnología. Cuéllar (2007) sostiene que es importante que el conocimiento producido en la escuela dé la capacidad al estudiante para comprender qué sucede en su entorno y le dé competencias para poder aplicar ese conocimiento escolar a las situaciones de la vida cotidiana”. Ibidem.
Según el profesor Lori Malaguzzi, quien hizo y puso en práctica una metodológica de aprendizaje desde su convencimiento de la importancia de la curiosidad en los niños en su proceso educativo, “que no deben ser subestimados y encasillados. Ellos necesitan expresarse, experimentar, y aprender por sí mismos, pues según él: Tienen “cien lenguajes”, pluralidad de códigos lingüísticos, no se quedan en lo que ven si no que ven más allá. Y Aura Ramírez nos recuerda que en alguna oportunidad habremos escuchado que los científicos son niños que nunca crecieron y cualquier rincón en la casa y fuera de ella es un sitio de exploración. cf LORIS MALAGUZZI: EL PROFESOR DEBE RENUNCIAR A TODAS SUS IDEAS PRECONCEBIDAS Y ACEPTAR AL NIÑO COMO UN CO-CONSTRUCTOR
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No pocos coincidiremos que por naturaleza los niños y jóvenes observan particularidades que para los mayores puede ser algo insignificante y sin mucha importancia, pero ellos suelen observar todo con una particular y personal atención y, justo esto fue lo que hizo que la curiosidad de un pequeño, de tan solo ocho años de edad, llamara la atención de un científico que, descubrió una interacción entre organismos. PERSPICAZ OBSERVACIÓN DE UN NIÑO PERMITIÓ DESCUBRIR UNA INTERESANTE INTERACCIÓN ENTRE HORMIGAS Y AVISPAS
El niño Hugo Deans, hijo de Andrew Deans, profesor de entomología de la Universidad de Pensilvania (USA) y director del Museo Entomológico Frost (Pensilvania) durante una tarde explorando en el jardín, se acercó a un tronco que parecía tener pequeñas semillas alrededor de un cúmulo de hormigas y le preguntó a su padre ¿qué hacían estas agallas alrededor de un nido de hormigas? Esto hizo que el entomólogo iniciara una investigación, “descubriendo que en realidad se trataba de agallas de avispa y lo que estaba observando era una interrelación planta-animal. […] De acuerdo con la investigación de Andrew Deans, las avispas usan a los robles como intermediarios para lograr la protección de las hormigas para sus crías. También menciona que las hormigas llevan a cabo un proceso muy similar a la mirmecocoria, que es la dispersión de semillas plantas (en este caso roble), por medio de estos insectos. A raíz de este proceso, las crías de las avispas, se ven beneficiadas; sabiendo que «en la mirmecocoria, las hormigas obtienen un poco de nutrición cuando se comen los elaiosomas, y las plantas consiguen que sus semillas se dispersen a un espacio libre de enemigos». Ibidem
Muy recomendada entrevista a Javier Turón:
Javier Tourón: No podemos coartar la curiosidad de los alumnos
“Andrew Deans, supo inmediatamente lo que eran: agallas de roble, o crecimientos de plantas provocados por insectos. De lo que no se dio cuenta enseguida era que estas en realidad eran agallas de avispa, por lo que se preguntó: ¿qué hacían las agallas alrededor del nido de las hormigas? Una investigación más profunda reveló que las agallas formaban parte de una intrincada relación entre hormigas, avispas y robles: las avispas utilizan los robles como intermediarios para conseguir la protección de las hormigas para sus crías. […] Los experimentos demostraron que las hormigas se sienten igualmente atraídas por los capuchones que, por los elaiosomas, y que tratan las agallas y las semillas de la misma manera, pero rechazan las agallas sin capuchón. El análisis químico de los capuchones revela que están llenos de ácidos grasos similares a los de los insectos muertos que constituyen la mayor parte de la dieta de las hormigas. […]. Ibidem
“Todavía no está claro cómo surgió este sistema, y qué parte evolucionó primero. Pero el equipo cree que fue esta interacción entre los robles y las hormigas la que condujo al surgimiento de plantas mirmecocorias como las sanguinarias. Estas especies constituyen solo una pequeña parte del reino vegetal, mientras que las agallas de los robles son abundantes, tanto que en su día se utilizaban como forraje para los animales. «Si estas agallas eran tan abundantes y evolucionaron esta táctica de crecimiento de esta tapa hace miles de años, eso podría haber sido un fuerte impulsor de la selección natural en las hormigas«, dijo el profesor Robert J. Warren II, profesor de biología de la SUNY de Buffalo. Cf OBSERVACIÓN DE NIÑO DE OCHO AÑOS LLEVA A DESCUBRIMIENTO SOBRE INTERACCIÓN ENTRE HORMIGAS Y AVISPAS
Artículo relacionado:
El método científico y sus etapas (desde la curiosidad infantil)
[…] Aunque se tiene, en algunos casos, bien documentada las interrelaciones que existen en diferentes tipos de organismos vegetales y animales, esta investigación, describe un tipo de mirmecocoria más compleja de las que se conocen. El estudio fue publicado en American Naturalist dónde el profesor describe la interacción que existe entre las hormigas, las avispas y robles. […] también se observó que las avispas interactúan con el roble para la producción de dichas agallas, de esta forma, las hormigas trasladan estas agallas (con las crías de avispas en ellas), a sus nidos y de esta forma, las larvas de las avispas quedan protegidas de los depredadores. Normalmente, las interacciones costo-beneficio, no suelen ser tan complejas como en este caso, lo que resulta, realmente fascinante”. Cf Citado HEAD TOPICS (14/09/2022)
Interesante reflexión de Michio Kaku:
Según una publicación del la Universidad de Chicago (USA) “estos resultados requieren la reconsideración de los supuestos establecidos en la investigación de hormigas y plantas, ya que la dispersión de semillas y agallas mediada por hormigas parece fuertemente convergente y las agallas pueden ser mucho más abundantes en los bosques caducifolios del este de América del Norte que las semillas de mirmecocoros”. LAS AGALLAS DEL ROBLE EXHIBEN DISPERSIÓN DE HORMIGAS CONVERGENTE CON SEMILLAS DE MIRMECOCOROS
La información de esta publicación la encontrará en este enlace: OAK GALLS EXHIBIT ANT DISPERSAL CONVERGENT WITH MYRMECOCHOROUS SEEDS
Aunque algunos piensan que es importante ayudar a nuestros estudiantes “a aprender, y en especial en materia de habilidades sociales, alfabetización y matemáticas”, respecto a los temas científicos aseguran sentirse muy vulnerables al no contar con ideas o herramientas cotidianas que les ayude; y “el caso del niño Hugo Deans, nos demuestra que la curiosidad es un buen camino para encontrarse con el camino al conocimiento científico, pues “cualquier escenario es bueno y puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje que se puede aprovechar. Así, con la llegada del buen tiempo, una colonia de hormigas, una tormenta de verano, las noches estrelladas… todo puede servir para enseñarle a nuestros [estudiantes] a pensar de manera más científica. ¿Cuáles son algunas de las mejores actividades y recursos de ciencia para niños? Algunas apps y webs de ciencias complementan información de una manera muy visual y de fácil acceso, permiten amplificar objetivos y plantear retos mediante propuestas de actividades de fácil ejecución, y fomentan el crecimiento intelectual aportando contenido de gran valor dentro del ámbito cultural científico”. Cf Cit CÓMO ESTIMULAR…
Ojalá que estos aportes nos ayuden a mejorar nuestra tarea docente, que logremos, por la curiosidad de nuestros estudiantes, un mejor clima de participación, entendimiento y el no tener el temor de aprender de las experiencias de otros. Según la opinión del profesor Pedro Morales Vallejo “nuestra imagen de lo que es ser profesor, es una imagen heredada; más o menos hacemos con nuestros alumnos, mejor o peor, lo que hemos aprendido de otros en nuestra propia experiencia como estudiantes. Incluso es posible que hagamos con ellos lo mismo que hemos criticado en nuestros profesores. [Son] imágenes o modelos mentales guardados en nuestro interior [que] servían en nuestro mundo aula del siglo XX”, pero -quizá ya no nos funcionan con la experiencia de la educación a distancia y la híbrida. “Además, deberíamos agregar que los docentes se enfrentan a grandes retos como la “distracción digital”, la “sobre-estimulación”, el mal de la “inmediatez”, el “exceso de contenidos” y una generación con grandes dificultades a la hora de almacenar datos enciclopédicos (¿para qué si todo está en Google?). Por lo tanto, continuar con modelos docentes anteriores no nos va a funcionar”. Cf ESTIMULAR LA MENTE, LOS APRENDIZAJES Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO: REFLEXIONES Y ALTERNATIVAS DESDE LA NEUROCIENCIA
“La curiosidad es la base misma de la educación, y si me dicen que la curiosidad mató al gato, digo solamente que el gato murió noblemente”. (Arnold Edinborough).
REDACCIÓN DE LA WEB DEL MAESTRO CMF