En el proceso de educación en los niños, se reconoce cada vez más la importancia de integrar el movimiento como una herramienta fundamental para el aprendizaje. La idea de que los niños deben aprender a través del movimiento va más allá de simplemente mantenerlos activos; implica reconocer y aprovechar la conexión innata entre el cuerpo y la mente en su desarrollo cognitivo.
Desde sus primeros años de vida, el profesor Pablo Del Pozo Moreno experimentó los invaluables beneficios del movimiento. A pesar de las advertencias médicas debido a su nacimiento prematuro, Pablo se sumergió en actividades deportivas, descubriendo que el movimiento no solo superaba las dificultades motoras, sino que también influía en aspectos sociales y emocionales. Ahora, con más de 10 años de experiencia en educación, el profesor comparte su conocimiento sobre la “neuromotricidad” y su impacto en el aprendizaje infantil.
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Pablo Del Pozo recuerda sus primeros encuentros con el movimiento como una vía para superar obstáculos. Su amor por correr, saltar y participar en diversas actividades deportivas no solo mejoró sus habilidades motrices, sino que también transformó aspectos sociales y su autoestima. Este despertar hacia la influencia del movimiento en la vida de las personas marcó el inicio de su viaje hacia la “Ciencia de la Actividad Física”.
La importancia de la neuromotricidad
Actualmente, como docente en preescolar, primaria y secundaria, Pablo destaca la relevancia de la “neuromotricidad”. En una entrevista exclusiva, revela que el movimiento no solo afecta el sistema cardíaco, sino que también desempeña un papel crucial en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso. “Las conexiones neuronales correctas facilitarán todos los demás aprendizajes”, explica.
Definiendo la neuromotricidad
Pablo comparte la definición de neuromotricidad como un proceso cerebral que involucra desde el impulso excitatorio de la neurona piramidal cortical hasta la contracción muscular. A diferencia de la psicomotricidad, que se centraba en tratar trastornos psiquiátricos, la neuromotricidad nace de la neurociencia como una herramienta para mejorar las conexiones nerviosas en todos los niños.
El movimiento como herramienta educativa
El profesor destaca que el movimiento es una herramienta que crea conexiones neuronales, fundamentales para el aprendizaje. Explica que, si bien el movimiento en sí mismo no garantiza el aprendizaje, un enfoque adecuado puede convertirlo en aliado del proceso educativo. La motivación, esencial para el aprendizaje, se ve favorecida por la actividad física, generando sustancias bioquímicas como la serotonina, endorfinas y dopamina.
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Desarrollo de habilidades a través del movimiento
Pablo sostiene que el movimiento principalmente desarrolla habilidades motrices, fundamentales desde el nacimiento. Los patrones motores básicos permiten la interacción con el entorno, influyendo en habilidades sociales, afectivas y emocionales. Evaluar estos patrones en la infancia es esencial para prevenir posibles problemas de aprendizaje en el futuro.
La base del aprendizaje: ¿Puede ser el movimiento la clave?
Referenciando a Sousa, Pablo argumenta que la acción motriz es esencial para el desarrollo cognitivo. Compares el sistema nervioso con los pilares de un edificio, destacando que el movimiento, al generar nuevas conexiones nerviosas, es crucial para crear un tejido neuronal fuerte y amplio, facilitando así el aprendizaje.
Todos los niños aprenden a través del movimiento
Enfático, Pablo afirma que todos los niños deben aprender a través del movimiento, independientemente de sus características físicas. Sugiere que la adaptación de actividades para abordar la diversidad motriz es esencial, y aboga por un cambio en la percepción del sistema educativo actual hacia la importancia del movimiento.
EE: ¿Qué pueden hacer los profesores para fomentar el aprendizaje a través del movimiento?
En un sistema educativo arraigado en prácticas anacrónicas, donde tanto profesores como alumnos han sido formados para permanecer estáticos, mirando hacia una pizarra y escuchando pasivamente al docente, la introducción del movimiento en las aulas regulares puede generar desafíos y disturbios. La formación previa del profesorado en el manejo de esta herramienta es esencial, ya que el movimiento, aunque poderoso, se convierte en efectivo solo cuando es dirigido por educadores capacitados. En situaciones en las que no sea posible acceder a programas de formación, se recomienda establecer señales previamente acordadas con los alumnos para restaurar la calma en caso de que el ambiente de trabajo se vuelva disruptivo o ruidoso, promoviendo así un retorno a un entorno de aprendizaje más sereno y productivo.
Formación del profesorado:
La introducción del movimiento en el aula requiere una formación adecuada del profesorado. Los educadores deben aprender a gestionar y dirigir el movimiento de manera efectiva para evitar posibles disturbios. Programas de formación que aborden las mejores prácticas y estrategias para la integración del movimiento en la enseñanza son esenciales. En ausencia de acceso a estos programas, establecer señales claras con los alumnos para restaurar la calma en caso de desorden puede ser una estrategia útil.
Reglas claras y establecidas:
Antes de implementar actividades que involucren movimiento, es imperativo establecer reglas claras y comprensibles. Los estudiantes deben comprender lo que se espera de ellos, qué comportamientos son aceptables y cuáles no. Esto no solo ayuda a mantener el orden durante la actividad, sino que también permite a los profesores abordar rápidamente cualquier comportamiento disruptivo.
Conocimiento profundo de los alumnos:
Para dirigir el movimiento de manera efectiva, los profesores deben conocer a fondo a sus alumnos. El conocimiento de los nombres y personalidades individuales facilita la identificación y corrección de comportamientos específicos. La atención personalizada permite a los educadores abordar las necesidades y preocupaciones de los estudiantes de manera más eficaz, contribuyendo así al éxito de las actividades que involucran movimiento.
Trabajo en la desinhibición:
El cambio de un entorno estático a uno más dinámico puede resultar desafiante para algunos estudiantes. Para superar la vergüenza o la resistencia al cambio, es crucial implementar actividades previas de desinhibición y construcción de confianza. Estas actividades pueden ayudar a crear un ambiente positivo y receptivo, preparando a los estudiantes para participar activamente en las lecciones que involucran movimiento.
Espacios amplios y flexibles:
Las aulas tradicionales pueden no ser adecuadas para actividades que requieran movimiento. Buscar y utilizar espacios amplios y flexibles puede mejorar la efectividad de estas prácticas. La capacidad de moverse libremente y la posibilidad de renovar el aire fresco contribuyen a un ambiente propicio para el aprendizaje activo.
Consejos para profesores que fomentan el movimiento en el aula
Finalmente, Pablo destaca la necesidad de una formación previa para los docentes que desean incorporar el movimiento en el aula. Proporciona consejos prácticos, como establecer señales para recuperar el control, establecer reglas claras, conocer a los alumnos, trabajar la desinhibición y buscar espacios amplios que permitan la libertad de movimiento.
Si buscas más información sobre este tema, le recomendamos leer el artículo completo en: ¿Por qué lo niños deberían aprender a través del movimiento? Un experto en neuromotricidad responde.
Juegos para estimular el movimiento corporal en niños:
Les presentamos los siguientes juegos que puedes utilizar para estimular el movimiento corporal en niños:
1. La silla musical:
Coloca sillas en círculo y pon música. Los niños deben caminar alrededor de las sillas mientras la música está en marcha. Cuando la música se detiene, deben encontrar una silla para sentarse. ¡Asegúrate de quitar una silla en cada ronda para que los niños se muevan más rápido!
2. Carrera de obstáculos:
Diseña un recorrido con obstáculos simples, como conos, aros y cuerdas. Los niños deben correr, saltar y gatear a través del recorrido lo más rápido posible.
3. Búsqueda del tesoro:
Crea una lista de objetos para que los niños los busquen en el área de juego. Puedes esconder juguetes pequeños, pelotas o incluso tarjetas con imágenes. Este juego no solo fomenta el movimiento, sino también la atención y la coordinación.
4. Bailarín de burbujas:
Llena el patio o el área de juego con burbujas y deja que los niños las persigan y las revienten. La actividad física se combina con la diversión de perseguir burbujas.
5. Carreras de sacos:
Organiza carreras clásicas de sacos de patatas. Los niños deben saltar dentro de los sacos y correr hacia la línea de meta. Esto no solo es divertido sino que también mejora la coordinación y el equilibrio.
6. Juego de paracaídas:
Si es posible, utiliza un paracaídas grande. Los niños pueden levantar y bajar el paracaídas, correr alrededor de él o incluso esconderse debajo mientras otros lo levantan. Esto promueve el trabajo en equipo y el movimiento.
7. El juego de la cuerda:
Divide a los niños en dos equipos y dale a cada equipo un extremo de una cuerda larga. Establece un objetivo o una línea en el suelo y que cada equipo tire de la cuerda tratando de arrastrar al otro equipo hacia su lado.
8. Carrera de globo y cuchara:
Dale a cada niño una cuchara y un globo. Los niños deben equilibrar el globo en la cuchara mientras corren hacia la línea de meta. Si el globo cae, deben volver al punto de inicio. Esto trabaja en el equilibrio y la coordinación.
Conclusión:
La entrevista con el profesor Pablo Del Pozo Moreno destaca la importancia del movimiento en el aprendizaje infantil, ofreciendo una perspectiva valiosa para la comunidad educativa. La neuromotricidad emerge como un campo prometedor que puede transformar la educación, brindando a los niños no solo conocimientos, sino también habilidades motoras y conexiones neuronales duraderas.
ENLACE DE LECTURA: JUEGOS PARA FOMENTAR EL MOVIMIENTO