Para todos los docentes es sabido que el inicio de una clase es uno de los momentos cruciales en el aula, pues marca la entrada a la experiencia que seguirá a esos primeros minutos. Comenzarla de forma adecuada puede marcar la diferencia entre una sesión fluida o una que vaya presentando dificultades, pues establece el clima y las expectativas para enfrentar las propuestas que el o la docente lleve al aula.
A pesar del impacto y relevancia que el inicio tiene para que los estudiantes se motiven con la clase y desarrollen una disposición positiva al aprendizaje, muchas veces este momento se vuelve monótono, previsible, dificultando el logro de un clima adecuado para el aprendizaje, y por tanto, afectando los otros dos momentos que le siguen y en consecuencia el logro del objetivo de la clase.
Entonces, el desafío para los docentes es proponer un inicio de clases que motive a los estudiantes, les disponga positivamente al aprendizaje a partir de expectativas claras, y favorezca el desarrollo de un clima adecuado para el logro del objetivo. Sin embargo, muchas veces ocurre que se acaban las ideas originales para iniciar la clase de manera diferente cada vez. Frente a esta falta de ideas para el inicio se puede recurrir a diversas fuentes, siendo las experiencias de otros docentes una excelente forma de aumentar nuestras posibilidades a la hora de planificar “el inicio”.
No quedarse siempre con la misma estructura, muchas veces sugerida en documentos oficiales a modo de ejemplo, y buscar recursos o estrategias que puedan generar un quiebre en la rutina de las clases, puede ayudar a generar expectativas y activar la curiosidad e interés de los estudiantes necesarias para el logro de los objetivos de aprendizaje propuestos para la clase.
Con ese propósito compartimos las siguientes 12 ideas con las que puede comenzar sus clases, las que puede emplear en forma alternada para evitar caer en la monotonía y así dar el impulso que sus estudiantes requieren para que logren, de manera fluida, los objetivos de aprendizaje que se proponen.
12 ideas con las que puede comenzar sus clases
El ciclo didáctico con que se desarrolla una clase se compone de los conocidos momentos inicio, desarrollo y cierre. Su implementación en el aula exige que el docente otorgue a cada momento el tiempo necesario, el énfasis adecuado y la relevancia que le corresponde según el propósito que poseen. A continuación les compartimos doce ideas que le ayudarán a un inicio de manera efectiva.
1. Con charlas de un minuto
Los estudiantes tendrán que dar charlas de 60 segundos sobre cualquier tema, desde temas seleccionados por ellos mismos que les apasionen o en los que tengan experiencia, hasta temas elegidos por el docente. La única regla es que no pueden dejar de hablar.
2. Con un juego en equipo
Lo mejor de esta actividad es que ofrece la oportunidad de ganar a estudiantes que puede que no destaquen en otras actividades que comparten con sus compañeros durante el resto del día. Si sonríe menos del 90% de tus estudiantes es porque lo estás haciendo mal.
3. Debatiendo sobre temas originales
Este juego entrena las cualidades como debatientes, tanto para defender temas, como para apoyar posturas contrarias. Elige temas superficiales como por ejemplo enfrentar a dos cantantes para determinar cuál es mejor, pero exige a tus estudiantes que defiendan su razonamiento con datos y de forma convincente.
4. Con un tweet inteligente
Los tweets son cortos, rápidos y van al grano. Encuentra uno sobre la materia que imparta que pueda compartir con sus alumnos.
5. En completo silencio
Invite a estar los primeros 10 minutos en completo silencio. Un ejercicio ideal para templar los nervios de los docentes.
6. Con meditación
Solamente si está familiarizado con esta técnica y puede hacerlo bien. En ese caso, puede ser de gran ayuda para su clase durante el curso.
7. Un fragmento de un podcast
Hay muchos podcasts que valen la pena. Puede ser bueno para acercarse a un tema o contenido y también es útil para modelar un posible debate posterior. Elige bien, solo tendrás tiempo para uno.
8. Con un vídeo de YouTube
Busca algo divertido, creativo, incluso insustancial. Si quieres relacionarlo a algo, elige un vídeo que se ajuste a ese propósito.
9. Empieza la clase leyendo
Un poema, un fragmento de un libro, de un cómic, de un artículo e incluso de un mensaje compartido en una red social. Despierta su curiosidad sobre distintos temas con esta buena costumbre.
10. Cuenta una historia personal
Cuéntales una historia de tu infancia o algo que te ocurrió el fin de semana. La humanización del profesor es positiva para los estudiantes.
11. Inicia la jornada con una imagen de Instagram
Encuentra una imagen interesante que se haya viralizado y compártela con ellos. Puede servir para iniciar un trabajo, un debate o una práctica. O simplemente para romper el hielo con algo con lo que están familiarizados los estudiantes. Todos están en Instagram.
12. Con la construcción de un relato conjunto
Escribe una frase para iniciar un relato (por ej.: “El verano me recuerda a …”) en varias hojas de papel que repartirás alrededor del aula. Explica a los alumnos cómo rotarán los papeles para que a todos les llegue. Deben leer los comentarios de sus compañeros antes de plasmar su frase o idea. Podrán construir juntos un relato a partir de las ideas de otros. Puede ser interesante y divertido.
10 técnicas para dar clases dinámicas
Rompe el hielo con las siguientes estrategias que te permitirán amenizar el ambiente en el salón de clases de una forma divertida.
Con estas técnicas para dar clases dinámicas podrás influenciar en la actitud de tus alumnos para que, de esta forma, estudiar deje de ser considerado un proceso tedioso.
1. Formula preguntas para estar atentos
Capta la atención de tus estudiantes con unas de las mejores técnicas para dar clases dinámicas: la formulación de preguntas.
Realizar rondas relámpagos de preguntas y respuestas de la clase hará que los alumnos estén atentos y podrás evaluar qué contenidos se entendieron y en cuáles debes dedicarle un poco más de tiempo. Una opción es ofrecer premios a quienes respondan de manera adecuada.
2. Haz que interactúen entre ellos
Una clase dinámica amerita de la participación de cada uno de los integrantes. Aunque comenzar las relaciones interpersonales pueda para algunos ser un reto.
Plantea la idea de realizar actividades grupales o en las que puedan conocerse mejor. Imagina el siguiente escenario: es el primer día en la escuela, poco se relacionan los alumnos y no hay interacción.
Como docente debes encargarte de hacer que la clase fluya con la participación activa de los estudiantes.
Realiza actividades donde los participantes puedan hablar y dar a conocer cuál es su nombre, así como preferencias personales relacionadas a un pasatiempo, género musical que más le guste o, incluso, qué área de estudio le atrae más.
3. Aplica pruebas y exámenes cortos
Una excelente estrategia para mantener a los estudiantes atentos y al día con los contenidos impartidos, es la aplicación de pruebas o exámenes cortos al inicio de cada clase con áreas relacionadas a encuentros anteriores.
Dentro de las técnicas para dar clases dinámicas esta, en especial, permite refrescar los conocimientos.
Y además, darse cuenta sobre las dudas e inquietudes que pueden quedar con respecto a un tema en específico.
4. Implementa la colaboración entre ellos
El trabajo en equipo da buenos resultados, por esto, otra de las técnicas para dar clases dinámicas exitosas puede ser el desarrollo de ejercicios que necesiten de la participación de todos los presentes para completar la tarea.
Trabajar en equipo de forma eficiente hace que la actividad que se desarrolla sea más fácil de realizar, al tiempo que se crean lazos de compañerismos positivos que permiten la resolución de conflictos.
5. Rompe con lo monótono y clásico del estudio
Quizá para algunos este punto pueda causarle algo de desconfianza pero, la verdad, no hay nada que temer.
Y es que, estamos acostumbrados a seguir un sistema educativo tradicional donde los alumnos permanecen en sus asientos y el docente se para en frente de todos a hablar y hablar de un tema.
La evolución educativa ha permitido ver cómo es posible aplicar otras técnicas para dar clases dinámicas y lograr alcanzar el objetivo planteado: que el estudiante alcance el aprendizaje.
La educación preescolar, primaria y secundaria, en donde se encuentra la mayor parte de los estudiantes que se encuentran en la niñez o la adolescencia requiere de la aplicación de técnicas que capten su atención y lo mantengan interesado.
Una excelente idea es la aplicación de juegos educativos donde el estudiante se divierta y aprenda en un solo momentos.
6. Usa las herramientas tecnológicas
Estamos en la era digital, donde las tecnologías juegan un papel protagónico en muchos aspectos de la vida de las personas.
En este sentido, un gran número de estudiantes tienen al alcance herramientas tecnológicas como dispositivos móviles o computadoras a las que se les puede dar una función educativa.
Podemos, por ejemplo, romper con la monotonía utilizando otro tipo de métodos que no sean las tradicionales clases orales o escribir en un pizarrón.
¿Cuáles herramientas fuera de lo clásico se pueden utilizar? Videos, audios, imágenes, presentaciones digitales, etc.
Invita a los niños a consultar este tipo de materiales o a realizar actividades evaluadas relacionadas a la producción de este tipo de contenido.
Ciertamente, algo que en los momentos es aceptado en especial con la generación de las nuevas modalidades de estudios donde, incluso, las clases virtuales ya son un hecho.
Entre las técnicas para dar clases dinámicas las estrategias del m-learning o aprendizaje a través de los dispositivos móviles es una de las más innovadoras.
7. Promociona el debate de manera continua
El debate es una de las mejores técnicas para dar clases dinámicas. Aplicándola se logran varios objetivos, por ejemplo:
-
- Comprobar el nivel de los conocimientos.
- El participante pone en práctica el razonamiento para exponer y defender su punto.
- Permite trabajar la expresión corporal y la oratoria, y por ende mejorar el discurso.
8. Fomenta la creación de proyectos independientes
Muchas veces debemos proponer a nuestros alumnos la ideas de crear proyectos a través de propuestas independientes.
Realmente, esto ayudará a que se sientan motivados al darle participación y protagonismo dentro del aula, logrando así la aplicación adecuada de las técnicas para dar clases dinámicas.
Escoge un tema determinado y pídeles que desarrollen una actividad, trabajo, presentación o cualquier forma de creación que permita conocer y describir el tema.
En efecto, es una manera de ayudarlos a explorar sus habilidades y para quienes ya saben lo que les apasiona compartir su interés y pasión, fortaleciendo su confianza con el profesor, con los compañeros y consigo mismo.
9. Motiva a la clase a debatir contigo
Esta es una de las técnicas para dar clases dinámicas en las que puedes hacer que todos tus alumnos se unan para defender un punto en común. Conviértete en su oponente y evalúalos en una de las actividades más divertidas.
10. Muéstrate siempre optimista
La edad escolar suele ser uno de los momentos donde el ser humano desarrolla altos niveles de ansiedad y estrés. Las calificaciones, el descubrirse a sí mismo y estar pasando por cambios visibles para todos puede ser causa de preocupación esta población.
Como profesional docente una de las mejores técnicas para dar clases dinámicas es mostrándote positivo. Hazle saber al grupo de estudiantes que se encuentran en una etapa para disfrutar y que tú los acompañarás y lo ayudarás a que logren alcanzar su objetivo.
11. El extra: pide a los alumnos que evalúen los trabajos y ejercicios de compañeros
Pídeles a los alumnos, tras realizar algún examen o prueba que evalúen el desempeño de sus compañeros. Esto le permitirá darse cuenta de sus propias competencias, desarrollar empatía con tu figura como docente y detectar qué compañero puede estar necesitando ayuda.
10 Estrategias para impartir clases de forma dinámica
Convertir una clase aburrida en un entretenimiento para los alumnos no suele ser tarea fácil, por eso te desvelamos 10 estrategias para que tus alumnos no pierdan su curiosidad y sus ganas de aprender.
1. Hacer preguntas a los alumnos durante las clases
Haciendo preguntas, aunque sean sencillas, es suficiente para atraer la curiosidad de los más pequeños.
2. Aplicar una prueba corta de cinco minutos al comienzo de cada clase
Un pequeño control al principio de la clase sobre lo que se dio el día anterior, es suficiente para refrescar contenidos.
3. Utilizar presentaciones audiovisuales
La utilización de videos, presentaciones de PowerPoint, imágenes y audios puede romper la monotonía de la clase. ¡No esperes más para probarlo!
4. Fomentar el que sus estudiantes se conozcan entre ellos
Que los niños se conozcan unos a otros es ideal para que puedan ayudarse mutuamente en el futuro. Se pueden hacer tarjetas con preguntas simples como, ¿de dónde eres?, ¿qué programas o dibujos te gustan de la TV?, ¿qué hobbies tienes?… etc. Mientras uno de ellos las va contestando, el otro puede ir escribiéndolas para luego compartirlo con los demás.
5. Hablar menos para que los estudiantes piensen más
Hablar sin parar durante toda la clase puede hacer que los niños estén despistados y no presten atención. Haz pausas cada diez minutos para que los alumnos puedan hablar entre ellos sobre dudas o problemas que hayan tenido con la explicación, y así puedan también responderse unos a otros.
6. Fomentar la colaboración
Hacer trabajos en grupo es una buena manera de fomentar la colaboración entre todos. Pon límites de tiempo a cada tarea y, una vez finalizada, haz que comenten en voz alta los problemas que han encontrado y cómo han podido solucionarlo.
Este sistema mejora la realización de ejercicios y trabajos, mejorando individualmente también su capacidad de resolución al escuchar varias alternativas de otros compañeros.
7. Enseñanza en pirámide
Para resolver un problema o dar una respuesta a una pregunta del profesor, podemos trabajar mediante grupos de dos personas. Una vez que los grupos estén de acuerdo, deberán juntarse para hacer grupos de cuatro. Cuando vuelvan a estar de acuerdo, formarán grupos de 8, y así sucesivamente hasta que toda la clase este de acuerdo con la respuesta final.
8. Pedir a los alumnos que evalúen los trabajos y ejercicios de los demás
Simplemente hay que intercambiar el trabajo, control o ejercicio que se haya hecho en ese momento, para que otro de sus compañeros evalúe y comente si está correcto.
9. Organizar debates
Una buena forma de lograr cohesión en el grupo es través de los debates. Expón un tema y pregunta qué les parece y cuáles son sus principales argumentos al respecto.
10. Descomponer temarios grandes en subsecciones
Puede realizar pequeñas subdivisiones si el tema que se va a tratar abarca muchos contenidos. Lo ideal es hacer pequeñas actividades para cerciorarte de que se ha comprendido correctamente.
7 Consejos para dar clases presenciales
Muchos de estos consejos son obtenidos de libros, experiencia de otros, y contrastados con experiencias propias.
1. En la clase, el que importa es el alumno.
Muchas clases acaban siendo un desastre porque la distancia que se crea entre profesor y alumno es enorme e irrecuperable.
Monólogos sobre la vida y opiniones del profesor, falta de interés por lo que el alumno necesita conseguir de esa clase para sus objetivos, falta de foco sobre el clima de la clase, etc.
Es interesante saber cual es el contexto de la clase, qué tipo de alumnos tienes, hacia dónde se dirige todo. Pregunta, haz una breve encuesta, pregunta a los otros profesores o gente del centro.
Tu temario no es lo que más importa, en ocasiones tendrás que modificarlo para adaptarlo al grupo, e incluso sacrificar una parte para que la base entre y perdure lo mejor posible.
2. Las clases no se escupen, se dirigen.
Un fallo recurrente es llegar a una clase de nuevas, tener un temario, y que la única preocupación sea dar el temario ajustado al tiempo de la clase.
Dar una clase no es leer una presentación.
Dar una clase es dirigir la atención del grupo con la intención de que aprenda lo máximo posible, y para eso le tienen que encontrar sentido, utilidad general, y visualizar de qué manera pueden utilizarlo en un sentido práctico para sus intereses.
Mantener una relación activa sobre el clima de la clase es la clave para que las dos partes disfruten.
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- Si están decaídos, hay que recuperar la atención.
- Si nadie entiende qué estás hablando es momento de parar y empezar de nuevo.
- Si están inmersos es momento de seguir.
- Si no hay argumentos para que algo les parezca útil o importante, se buscan ejemplos reales.
- Si no se entiende la utilidad se indaga en sus problemas para ayudarles a solucionarlos.
Una clase es un viaje, y como conductores tenemos que procurar hacer un viaje lo más agradable posible, y para eso hay que estar atentos al clima de la clase y su feedback, y para eso hay que dialogar, preguntar e interactuar. Una clase que solo tiene un canal de información de profesor a alumno perderá la conexión, tiene que ser bidireccional.
Suele transmitir muy buena sensación de control a los alumnos presentar al inicio los bloques y el índice de la clase, incluyendo los objetivos que se esperan conseguir en la sesión, hacer balance de como se va con el programa antes de la pausa a media clase, y balance de lo logrado al finalizar.
3. La atención y los refrescos.
Está demostrado. La atención dura 30 minutos. Ahora llévate eso a una clase de 2, 3, 4 o 5 horas.
Si eres muy técnico la gente con menos conocimientos se perderá.
Si eres muy básico, la gente que ya tiene unos conocimientos de base se aburrirá.
No es fácil mantener la atención y el interés, de ahí el punto 2.
Casi todos los consejos a la hora de dar clases van a ir referidos en mantener la atención, ya que es lo más complicado.
Pero tan importante como mantener la atención es reactivarla.
Para eso yo uso los refrescos, al menos cada 30 minutos o cuando veo el ánimo muy abajo.
Un refresco es un momento «out of the box», que corta el discurso y que hace levantar las cabezas de nuevo. Por ejemplo, un caso real, una experiencia, un chiste, un momento de hablar con los alumnos sobre el tema o sobre algo relacionado.
Incluso algo que les chirríe en los oídos incluso, usando un lenguaje más de calle, algo que esté en boca de todos, que provoque sonrisas, e intentar hilarlo con el tema.
Este refresco no es solo un chascarrillo, al menos tiene que durar 2 minutos, para que de tiempo a desconectar, coger aire, y poder retomar con ganas.
Igualmente lanzar preguntas después de un punto importante como ¿Tiene esto sentido para vosotros? puede activar un momento de reflexión profunda, de «vuelta» a la clase, e incluso de interiorización de lo recibido. Incluso un ¿Pepito, cómo lo ves tu? puede hacer que un alumno provoque una aportación diferente y valiosa para todos, mientras se genera un estado de alerta de «cuidado, puede que yo sea el siguiente en tener que rendir cuentas».
4. Usa tu cuerpo
Una vez invité a un profesor a dar clase, a ver que tal, era muy bueno en lo suyo y aseguraba tener experiencia dando clases.
Tuve que invitarle a no volver.
Dio toda la clase a la pared, tenía que leer tanto la presentación que dio la espalda a los alumnos casi todo el rato, y el rato que no hizo eso volvía a su sitio para esconderse tras el ordenador, era imposible verlo.
El alumno mira la presentación, pero especialmente mira al profesor/a.
Hay que activar sus ojos moviéndose por el espacio y dejando que te sigan, sin abusar, pero sin estar plantados en el mismo sitio.
La expresión facial y corporal es algo muy personal, pero no es algo nuevo decir que funciona y ayuda al refuerzo del mensaje, por lo que crea una experiencia más eficaz.
Y tu cuerpo tiene que poder verse. Si delante poner una mesa con un ordenador y el formador/a se enroca escondido en el fondo de la silla, perderá una parte importante.
La voz es igual de importante. Una clase no puede tener los mismos recursos que una conversación de calle. Hay que elevar la voz, jugar con el tono y pronunciar especialmente bien.
¿Los alumn@s están hablando entre ellos haciendo mucho barullo? No se te ocurra decirles que bajen la voz, prueba a callarte un rato, y a dar la clase muy bajito, casi en voz de susurro. Lo entenderán.
Los ojos dicen mucho, y más que mover los ojos me refiero al contacto visual. Cuando hablamos con alguien no gusta que nos mire a los ojos, es un momento que alguien nos dedica a nosotros y solo a nosotros.
Para mí todo cambió el día que no daba una clase sin que hubiera mirado y hablado a los ojos a todos los alumnos. A uno, otra frase a otro, preguntar a otro, etc.
Si un alumno no te ve bien, tu tono es monónoto, y no conecta contigo, no podrá aprender algo en buenas condiciones.
5. Preparación
Nada provoca más inseguridad en un profesor que no tener controlada la clase. Y la inseguridad se nota por dentro y por fuera.
Igualmente, nada da más seguridad a un profesor que dar un temario que ya tiene bien preparado y machacado de darlo muchas veces.
No exagero si digo que es extremadamente fácil encontrarse profesores acabando el temario minutos antes de una clase, heredando un temario que no conocen ni han preparado, o incluso con una presentación que saben que tiene errores.
Preparar la clase sirve para conocerla, ganar confianza, detectar flaquezas, destacar puntos especialmente importantes e incluso para medir tiempos.
6. Feedback
Solemos acabar la clase con una sensación o muy buena o muy mala.
Los alumnos también, y seguramente habrá opiniones para todo.
Está bien acabar la sesión con un balance de lo aprendido, y pidiendo cierto feedback a los alumnos, como una fase de ir bajando el ritmo antes de parar en seco.
Muchas entidades piden feedback a los alumnos, suele ser muy valioso, igualmente si tienes confianza con un alumno o alguien que haya visto la clase puedes rascarle puntos de mejora.
Igualmente si la clase está grabada puedes verte tu mism@ para al menos mejorar para tí mismo.
7. Aprende a comunicar
Cualquier libro, formación o actualización en este aspecto te será de utilidad.
Las personas cambiamos, evolucionamos, igual que el contexto y los alumnos, no pares de buscar un estilo propio y mejorarlo.
Consumí muchos libros sobre comunicación, PNL o hablar en público, del que guardé recursos para dar mejor las clases, charlas, e intentar mejorar en cualquier ámbito de ese tipo.
Yo pasé de hacer unas presentaciones muy cargadas de información, a unas mas gráficas.
Aprendí que se puede tener humor en clase y conectar con alumnos jóvenes sin necesidad de decir tacos.
Igualmente tengo un pequeño método que reune muchos de los puntos comentados, que aplico en cualquier tipo de clase, y que suele funcionar bien, una toolbox de profe.
Este contenido ha sido publicado originalmente por: educrea.cl, euroinnova.cl, albertolopez.blog