Estimados docentes: Uno de los temas que más se viene debatiendo en las comunidades educativas a nivel mundial es el referido al retorno a las clases presenciales. Después de poco más de un año y medio de clases a distancia y escuelas cerradas, parece ser que son más los perjuicios que los beneficios, en cuanto a resultados concretos en la formación cognitiva de millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar, quienes a diferencia de los jóvenes y adultos, no han logrado adaptar sus vidas y actividades fundamentales a la nueva normalidad.
Las dificultades de la educación remota se acentúan con el paso del tiempo. Tras unos primeros meses de incertidumbre –no saber qué hacer y cómo hacerlo- vino una etapa intermedia en la que todo aparentaba ser perfecto: los padres colaboran en la educación de sus hijos, se afianzan las competencias digitales de los alumnos, se usan más los medios de comunicación para estrategias educacionales. Sin embargo, a ese periodo medular ha sobrevenido una nueva etapa, la del cansancio en todos los actores del proceso y los problemas asociados a la permanencia de una situación que se asumió inicialmente como temporal: el espacio y actividades del hogar no son los más adecuados para la enseñanza, los niños y niñas se aburren y distraen constantemente, los profesores no encuentran una manera óptima de evaluar y medir sus resultados.
No se trata de ser pesimistas con respecto al futuro de esta generación, que viene educándose con tantas carencias y complicaciones a causa de una enfermedad que aun no cesa de atacarnos. Sino de ser realistas y entender que todavía necesitamos reflexionar sobre cómo estamos, autoridades, profesionales de la educación y padres de familia, afrontando esta situación de cara a los tiempos por venir. ¿Qué ciudadanos surgirán de estas épocas de educación despersonalizada, dominio de las herramientas tecnológicas y fuertes cargas de tristeza y temor por la amenaza constante de potenciales contagios?
Mucho por pensar, mucho por hacer, mucho por aprender. Ustedes, colegas ¿qué opinan?
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EL DATO
- Es tan alto el riesgo de contagio al reabrir las escuelas, que en muchos países de América Latina y otras partes del mundo, el sistema educativo tuvo que moverse de la noche a la mañana hacia las clases virtuales.
- En América Latina la pandemia de coronavirus provocó el cierre temporal de miles de colegios, afectando a 160 millones de estudiantes, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
- Hay países en África donde empresas como Google han invertido en planes piloto como el envío de señal a través de globos aerostáticos, pero son iniciativas muy complejas de replicar a una escala más masiva, como le explica a BBC Mundo Valtencir Mendes, especialista en programas de educación e innovación de la Unesco.
Fuente: EDUCACIÓN: SEIS EFECTOS DE LA “CATÁSTROFE GENERACIONAL”
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