Tras la primera etapa de clases, seguro que te has planteado cómo podrías mejorar tu forma de estudiar y preparar las materias, o seguro que te has prometido a ti mismo que este cuatrimestre irás más al día con tus asignaturas.
Si quieres introducir mejoras en tu estudio, es hora de comenzar a emplear los mapas mentales y ver cómo puedes trabajar de forma más óptima y constante.
- Los mapas mentales son de las mejores soluciones para organizar y conectar ideas, ayudándote con su comprensión y aplicación.
- No pases por alto todos los beneficios de los mapas mentales y cómo pueden ser de gran ayuda para tus proyectos y exámenes.
- El poder de los mapas mentales reside en su visualidad y concisión, de manera que sean la clase para tener una visión global de un tema.
A continuación compartimos con fines educativos la publicación del Blog El Definido en donde comparte información completa sobre los Mapas Mentales para estudiantes y cómo les puede ayudar a estudiar. Esperamos que la siguiente información sea de utilidad para la comunidad de docentes y estudiantes.
Esta técnica te hará estudiar con más eficacia
Mientras que los métodos tradicionales de estudio solamente estimulan un hemisferio, los mapas mentales usan todas las capacidades cerebrales.
Hay veces en las que los métodos de estudio que acostumbramos usar no funcionan, causando estrés, frustración y agotamiento, tanto en niños, como en jóvenes y adultos. Ahí es cuando se produce un cierto «bloqueo mental», en que la materia se hace totalmente incomprensible. Por esto, les contaremos sobre esta metodología para que el estudio no sea una tortura: los mapas mentales.
¿Qué es un mapa mental?
En 1971, el psicólogo inglés Tony Buzan, basado en ideas de Leonardo Da Vinci, formalizó el concepto de mapa mental. En sus propias palabras: «El Mapa Mental es la expresión del pensamiento irradiante y, por tanto, una función natural de la mente. Es una técnica gráfica que nos ofrece una llave maestra para acceder al potencial de nuestro cerebro. Se puede aplicar a todos los aspectos de la vida, de modo que una mejoría en el aprendizaje y una mayor claridad de pensamiento pueden reforzar el trabajo del hombre».
En otras palabras, es un tipo de organizador gráfico que te ayuda a sacar la información más importante de algo y facilitar su memorización. «Es una técnica innovadora y creativa», cuenta Isidora Ovalle, pedagoga del colegio Wenlock, una de las pocas profesoras que implementan esta técnica en sus clases, ya que es muy diferente a los métodos tradicionales de estudio. «Todos conocemos los mapas conceptuales y los esquemas, pues son los que se realizan cotidianamente en los colegios, pero los mapas mentales son desconocidos para la gran mayoría de los profesores y estudiantes».
¿Cómo se hacen?
La idea es organizar de forma gráfica las palabras claves de una materia, previamente identificadas en un texto. Se parte poniendo el concepto principal al centro, y luego ir poniendo alrededor de esta palabra, en sentido de reloj, otros conceptos e ideas que se desprendan de él, como características, por ejemplo. Estos, a su vez, se hacen con colores diferentes y dibujos.
Por ejemplo, en la fotografía se muestra un mapa mental que realiza Isidora con sus alumnos para enseñarles cómo hacerlos.
Paso a paso
Si nos guiamos por el mapa mental de la fotografía, veremos que el tema central son las ballenas. He ahí el paso 1: poner el tema principal al centro con dibujos o palabras.
Luego, este tema se ramifica en subtítulos, en este caso: tipo, viven, cuerpo, cabeza, alimentación. Este vendría siendo el paso 2: crear subtítulos sobre ramas que salgan del centro, del mismo color, ordenadas con sentido de los punteros del reloj.
Después, vienen las características de cada subtítulo. Por ejemplo, tenemos Ballenas – Mamífero. Después, viene el que sería el paso 3: la expansión de cada subtítulo, escribiendo una sola palabra clave. Todo esto debe ser también del mismo color, pero distinto al color del paso 2.
Finalmente, lo que se hace es echar a volar la imaginación y agregar dibujos que remitan, según el juicio del autor, a lo que se escribió. Cabe destacar que los pasos 2 y 3 no tienen límites. La extensión del texto a plasmar en un mapa mental va a definir cuántos subtítulos y expansiones de ellos tenga.
«Suena complicado, pero al ejecutarlo te das cuenta de lo simple y entretenido que es», argumenta Isidora Ovalle.
¿Cuáles son sus beneficios?
De acuerdo a lo que nos contó la profesora, primero es importante entender algo… Nuestro cerebro cuenta con dos hemisferios: el izquierdo es racional y estructurado, y el derecho, creativo. En los colegios se realizan las clases pensando netamente en el lenguaje y las matemáticas, las dos materias relacionadas con el hemisferio izquierdo. Por lo tanto, las técnicas de estudio se orientan más a este hemisferio y los aprendizajes no son del todo significativos ni duraderos, ya que no abarcan los dos hemisferios.
Los mapas mentales, en cambio, abarcan ambos hemisferios, por lo que el principal beneficio que tienen es que permite al estudiante usarlos con el objetivo de lograr los aprendizajes para que sean duraderos y significativos. Además, incluyen diferentes habilidades de pensamiento. Finalmente, focalizándonos en los niños, ellos se entretienen y se motivan al estudiar de esta manera.
¿Son muy difíciles de hacer?
Según la experiencia de la experta en educación, al principio los alumnos lo ven como algo extraño, la gran mayoría nunca los ha visto y los complica bastante. Pero si el profesor hace uno en conjunto con ellos y va explicando el paso a paso, se dan cuenta de que en realidad no es tan complejo como se ve. Aún así, es fundamental que los alumnos ejerciten esto para poder hacerlos cada vez más rápido y eficientemente.
Aún cuando esta metodología está principalmente dirigida hacia los jóvenes, según nos cuenta Isidora, ha tenido un mejor recibimiento en niños mayores de 11 años. Antes de esta edad, es muy probable que el niño se estrese mucho y se complique. Pero todo depende de la capacidad creativa de la persona.
¿Esto motiva y ayuda más a los niños que los métodos tradicionales?
Para Isidora, todo depende de lo que sea más cómodo para los niños. Por ejemplo, si un niño es muy estructurado, se va a complicar mucho y generalmente se quedará con los métodos tradicionales, que no requieren tanta creatividad. Pero los niños que tienen la habilidad de crear más desarrollada, «sienten que es un método que les abre el mundo al estudio, se los facilita», destaca la docente, quien, además, cuenta que ha podido observar que niños con bajas calificaciones que aprenden esta técnica y les acomoda, se motivan por estudiar y sus aprendizajes son más significativos, por lo que el rendimiento académico mejora.
«He llegado a la conclusión de que si eres una persona creativa, bienvenidos sean los mapas mentales. Si eres estructurado y racional, bienvenidos sean los resúmenes y mapas conceptuales», asegura Isidora.
¿Cómo los papás le pueden enseñar a sus hijos a hacerlos?
Al ser una técnica desconocida, es importante que los padres se informen. Más allá de ayudarlos en la creación del mapa, asegura Isidora, es mejor orientarlos en la identificación de palabras claves, que es lo que más los complica. Entonces, pueden leer en conjunto el texto a «resumir», y preguntar por palabras relevantes, para luego organizarlas y categorizarlas.
«La creación del mapa mental debiera ir por cuenta de sus hijos, ya que cada niño tiene una imagen diferente del concepto, lo que le permite que este sea propio y único», enfatiza la profesora.
Tres aplicaciones para crear mapas mentales
Según el sitio web de software y aplicaciones, bitelia.com, los mapas mentales también son un tremendo recurso para hacer exposiciones, ya que hacen que la gente se involucre. Así, se han creado aplicaciones para hacer mapas mentales.
- FreeMind: gratuita para Windows y Ubuntu, es especial para los que quieran trabajar con mapas mentales en un entorno familiar y amigable. Permite hacer retoques profundos al mapa mientras se hace. Por ejemplo, utilizar etiquetas de colores, códigos de colores para agrupar ideas similares, y más.
- MindMeister: es más simple. Con solo usar un par de teclas y el mouse, tendremos rápidamente el «esqueleto» de un mapa mentar para completarlo. No tiene muchas personalizaciones, se puede modificar el tamaño de la fuente y sumar algunos colores, pero algunas funciones se pagan.
- Xmind: se centra en las facilidades de navegación. Permite crear tipos de mapas organizacionales que se ajustan mejor a nuestras necesidades de comprensión. Es para Windows, Mac y Linux, y hay versiones portables para trabajar sin instalarlo.
Y tú… ¿Qué técnica de estudio prefieres?
Este contenido ha sido publicado originalmente por El Definido en la siguiente dirección: eldefinido.cl