Según la profesora estadounidense Emma Chiappetta, las preguntas invitan a los estudiantes a explorar y trabajar con mayor motivación cada respuesta.
Emma Chiappetta es profesora en Wasatch Academy, un colegio ubicado en Utah, Estados Unidos. Como docente de Matemática se han enfrentado a la difícil tarea de mantener motivados a sus estudiantes con los números. Según su experiencia, una forma de mantenerlos animados con las clases, es a través de las preguntas.
«Al darle a los estudiantes la oportunidad de hacer preguntas sobre el contenido, les dejamos hacer el trabajo para crear esas conexiones necesarias para los procesos de aprendizaje. Sus preguntas les permiten automáticamente relacionarse personalmente con lo que están aprendiendo», escribe Emma en Edutopia.
Además, cuando los estudiantes hacen preguntas, los profesores pueden vislumbrar los conocimientos previos de cada uno sobre un tema. «Sus preguntas exponen lo que saben y nos ayudan a encontrar ese nivel de desafío justo. Los estudiantes tienden a cerrarse cuando se enfrentan a un trabajo que está más allá de su nivel de capacidad y se aburren cuando el trabajo es demasiado fácil. Sus preguntas suelen indicar exactamente en qué nivel se encuentran», asegura la profesora.
El proceso de hacer preguntas ayuda a identificar intereses
Según Emma, cada pregunta puede ser una pequeña ventana que nos puede acerca al interés de cada estudiante. Por eso, para ella es tan importante buscar la forma de que pierdan el miedo a realizar preguntas, todas las que quieran. ¡Esa es una forma de trabajar la motivación!
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Al conocer lo que les gusta, les aqueja y lo que no, es más fácil guiar la materia en función de contenidos que pueden ser más cercanos. Además, cuando los estudiantes hacen preguntas al comienzo de un nuevo tema o unidad, aprenderán y retendrán mejor el contenido. También hay que considerar que a medida que aprenden, buscan respuestas, manteniendo sus mentes comprometidas y preparadas para asimilar nueva información, según algunas investigaciones del autor estadounidense James Lang.
Entonces, la gran pregunta es: ¿cómo podemos crear una cultura de curiosidad y motivar a los estudiantes a hacer más preguntas?
Estas son 4 estrategias sencillas para que los estudiantes hagan preguntas
1. Presenta informaciones que inviten a la reflexión:
«Cuando algo es sorprendente o inusual, nuestro instinto humano es el de ser curioso. En mi clase he presentado resultados matemáticos que son sorprendentes o curiosos, conjuntos de datos interesantes, problemas abiertos de matemática, titulares de noticias, pruebas defectuosas y usos históricos de la matemática en otras culturas, para así impulsar la formulación de preguntas. Se pueden encontrar sugerencias que inviten a la reflexión en cualquier disciplina. Es cuestión de buscar caricaturas políticas, videos virales (apropiados) de YouTube o TikTok, hallazgos científicos inesperados, canciones y mucho más».
2. ¡Celebra cada pregunta!
«Cuando los estudiantes hagan preguntas, ¡celébralas! Me gusta darle mucha importancia a las buenas preguntas deteniendo la clase y haciendo que el estudiante repita la pregunta al grupo. Luego tenemos una discusión en clase al respecto. Escribimos sus preguntas en fichas y las colocamos en la pared una sección que se llama ‘Me pregunto’, entre otras ideas. Mis estudiantes se sienten felices al ver que su pregunta va a la pared o es celebrada».
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3. Convierte las preguntas en momentos de aprendizaje
«En mi clase de estadística, un estudiante hizo una pregunta sobre algo que notó sobre la forma en que se presentaban los datos en un artículo que leímos. Toda la clase lo miró e intentamos replicar la presentación a partir de los datos sin procesar. Me llevó a discutir las tablas de frecuencias bidireccionales y la probabilidad condicional, un tema que no planeaba presentar durante semanas. Avanzamos en la planificación por una necesidad de aprendizaje».
4. ¡Ayuda a los estudiantes a hacer mejores preguntas!
«Cuando muestro una pauta, me aseguro de participar en el proceso de formulación de preguntas y me hago preguntas durante la presentación. Los estudiantes, al ver mi curiosidad, se inspiran y se atreven a hacer más preguntas. También comienzan a ver los tipos de preguntas que podemos hacer con ese material y se sienten más seguros sobre sus preguntas. También pueden utilizar un protocolo como esta técnica de formulación de preguntas (en inglés) para ayudar a los alumnos a comprender y valorar diferentes tipos de preguntas».
Es clave crear una cultura de curiosidad en la sala de clases y asegurar que las preguntas sean parte de la planificación de una clase, porque cada pregunta pueden llevar a un gran camino de aprendizaje.
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Este contenido ha sido publicado originalmente por Elige Educar en la siguiente dirección: eligeeducar.cl
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