Hablar de un libro es hablar de muchas cosas a la vez; es hablar de ideas, pensamientos, sentimientos, viajes, sueños, personajes, magia, aventuras, lugares, etc.
Es por eso que el mundo entero le rinde especial homenaje al libro, gracias a la contribución de grandes escritores que realzaron su valor a través de sus páginas. Pero, ¿sabemos por qué o a quiénes le debemos realmente esta celebración?
Nos remontamos a un 23 de abril de 1616, fecha en la que fallecían Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, autores de obras como “El Quijote”, “Romeo y Julieta”, “Los comentarios Reales de los incas” respectivamente, por nombrar solo algunas. Por razones que no podemos explicar, pero sí apreciar y valorar, estos tres grandes escritores nos dejaban un legado que 402 años después continuamos conservando, leyendo con tanta avidez y entusiasmo cada una de las páginas de sus fantásticas historias de aventuras, amor, amistad, grandeza, honor, etc.
Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO en el año 1926 para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.
Por otro lado, es cierto que, a pesar del valor que puedan poseer los libros, escuchemos decir a personas que no les gusta leer, que no tienen hábito lector, que prefieren comunicarse por otros medios, o que todavía no han encontrado su libro; pero sabemos también que siempre hay un libro para cada persona, y lo que sucede es que no han encontrado su libro. Y deberán continuar buscando, porque nunca es tarde para comenzar a leer y, en algún momento de nuestras vidas, los libros nos encuentran.
También recordar que existen unos derechos del lector que algunos desconocemos y conviene que los difundamos en las escuelas, a nuestros estudiantes, si realmente queremos incentivarlos a que lean; Daniel Pennac los menciona en su libro “Como Una Novela”, tales como: el derecho a no leer, el derecho a leer donde sea, el derecho a saltarnos las páginas, a no terminar un libro, entre otros. A todo esto, podemos decir que el verlo leer no acepta imperativos. Así como estos derechos conviene desterrar muchos prejuicios y paradigmas que se tienen acerca de la lectura.
Por otro lado, es cierto que el acto de leer es un proceso cognitivo que se inicia desde los primeros años en el seno familiar y que poco a poco se va desarrollando; es un ejercicio de muchas facultades: la concentración, la deducción, el análisis, la abstracción, imaginación, el sentimiento, etc. Pero estas habilidades no solo se comprueban con los índices de comprensión lectora o pruebas estandarizadas, ya que suprimiríamos la trascendencia que tiene la lectura en la vida de las personas. Una lectura integral es capaz de desarrollar todas las dimensiones del ser humano. Ítalo Calvino lo dice muy claro y por eso recurro a una de sus citas sobre la lectura:
“Pienso que la lectura no es comparable con ningún otro medio de aprendizaje y de comunicación, ya que la lectura tiene su ritmo propio, gobernado por la voluntad del lector; la lectura abre espacios de interrogación y de meditación y de examen crítico, en suma, de libertad; la lectura es una relación con nosotros mismos y no únicamente con el libro, con nuestro medio anterior a través del mundo que el libro nos abre”.
Además de lo antes mencionado, también conviene citar al filósofo Fernando Savater, especialista en temas de educación y afines, quien sostiene que:
“La persona que sabe leer, que se aficiona a la alegría de la lectura, tiene unos goces extraordinarios y además a muy poco precio. El mundo está lleno de diversiones caras. Cuanto más inculta es una persona, más dinero necesita para pasar los fines de semana, porque como no fabrica nada, no produce nada, todo lo tiene que comprar. Mientras que una persona con un cierto nivel de cultura, con la conversación, un libro o una música puede pasar el tiempo de una manera enriquecedora, la riqueza que nos dan los libros es una riqueza real más duradera y limpia que las que se tienen.”
Como podemos darnos cuenta, un libro es un vínculo entre el pasado y el futuro, es un puente entre generaciones, culturas, costumbres y un legado; es una fuerza para crear, compartir la sabiduría y el conocimiento; es un vehículo de comunicación para conocernos y conocer a los demás.
Asimismo, los libros nos hacen crecer y ser mejores personas, porque llegan a dejar huellas en nuestra mente y corazón; nos transmiten mensajes y grandes lecciones de vida, como el ser leal a buen amigo, como Sancho lo fue con Quijote; a ser prudentes, como el gran Ulises; a ser siempre niños, como el Principito; a amarnos y aceptarnos como somos, como en la historia del Patito feo; a mantener la esperanza y soñar siempre, como lo hizo Ana Frank y la Ladrona de libros; a ser los caminantes de Machado; a simplemente ser felices como Alicia y los siete enanitos.
Recordemos siempre estos versos del gran poeta nicaragüense, Rubén Darío:
El libro es fuerza, es valor
es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento
y manantial del amor.
Sin duda alguna, puedo reafirmar que la magia de los libros siempre es invisible a los ojos, porque reside en el corazón de sus lectores.
Para terminar, los invito a que este 23 de abril o cualquier día del año lean, disfruten, compartan, compren o regalen un buen libro a quienes tienen cerca o un poco más lejos.
Dato importante:
La Biblia es el libro más leído y más reproducido a nivel mundial con 3900 millones de copias.
En el siguiente enlace encontrará más de 350 LIBROS SOBRE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA EN FORMATO PDF – EXCELENTE COLECCIÓN
Autor: Mgtr. María Elisabet Palacios Almendro. |
.