Con espíritu fraterno, nos envió un mensaje de esperanza y vislumbró un futuro más luminoso, gracias a Dios y al trabajo de muchos científicos que descubrieron las caminos para tener las vacunas y protegernos del COVID-19.
El trabajo humano siempre trae esperanza para acabar con los males que nos aquejan, la disponibilidad y generosidad de los científicos siempre será un “regalo” de unos con otros.
VACUNARSE ES UN ACTO DE AMOR (01´ 29”)
El habernos vacunado, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, fue un acto de confianza y amor. Y el haber animado a que otros lo hagan, fue un acto de amor. Amor a uno mismo, amor a los familiares y amigos, amor a todos los pueblos. El amor es también social y político, hay amor social y amor político, es universal, siempre desbordante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades (cf. L S, 231; F T, 184).
Vacunarse fue un modo sencillo pero profundo de promover el bien común y de cuidarnos unos a otros, especialmente a los más vulnerables. Que Dios ilumine y anime para que cada uno continúe aportando su pequeño grano de arena, su pequeño gesto de amor, para animar a otros, ante la incertidumbre, a superar la imposible certeza plena ante los descubrimientos humanos, respecto a la salud.
Por más pequeño que sea el amor siempre es grande. Aportar pequeños gestos para un futuro mejor, es un acto de amor por el prójimo.
La información ha sido tomada y actualizada de este enlace: VIDEOMENSAJE DEL SANTO PADRE
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF