Crear un buen ambiente de participación en el aula es fundamental para fomentar un aprendizaje activo y significativo. Al implementar estas estrategias, estarás creando un ambiente en el que los estudiantes se sientan seguros para participar, compartir sus ideas y aprender de sus compañeros, lo que contribuirá a un entorno de aprendizaje enriquecedor y estimulante.
Es importante crear un entorno en el que todos los estudiantes se sientan valorados y respetados. Fomenta la diversidad y promueve la inclusión al celebrar las diferencias individuales y alentando la participación de todos los estudiantes. Crea normas de convivencia claras que promuevan el respeto mutuo, la escucha activa y la consideración de las ideas de los demás. También puedes utilizar actividades de construcción de equipos y dinámicas de grupo para fortalecer las relaciones entre los estudiantes y fomentar un ambiente de confianza.
Para crear un ambiente de participación efectiva, es fundamental dar a todos los estudiantes la oportunidad de expresarse. Fomenta la participación equitativa distribuyendo el tiempo de habla de manera justa y alentando a los estudiantes tímidos o menos participativos a compartir sus ideas. Utiliza técnicas como el trabajo en parejas o en grupos pequeños para que los estudiantes se sientan más cómodos al contribuir. Además, ofrece diferentes opciones de participación, como debates, discusiones en grupo, presentaciones o actividades prácticas, para adaptarse a los diferentes estilos de aprendizaje y personalidades de los estudiantes.
Fomentar un ambiente de participación implica promover la curiosidad y el pensamiento crítico en el aula. Estimula la exploración y el cuestionamiento alentando a los estudiantes a formular preguntas, investigar y buscar respuestas por sí mismos. Proporciona oportunidades para el debate y el intercambio de ideas, animando a los estudiantes a expresar opiniones fundamentadas y a defender sus argumentos. Además, ofrece retroalimentación constructiva y elogios a los esfuerzos y contribuciones de los estudiantes, lo que fomentará su confianza y motivación para participar activamente en el aula.
La Fundación UNIVERSIA (España) publica estos recursos pedagógicos para lograr una mejor atención y motivación en el aula, y que compartimos con fines educativos, porque es importante recordar la opinión de Albert Einstein:
Las distracciones son cada vez más frecuentes en el aula. Entre teléfonos móviles y todo tipo de pantallas, la atención de los jóvenes acostumbra mantenerse bastante lejos de las lecciones impartidas por los docentes, lo que causa un mal aprendizaje y problemas a la hora de ingresar al mercado laboral.
Para los docentes, evitar esta situación es prácticamente imposible, pero generar un ambiente de trabajo donde el estudiante realmente pueda aprende rresulta fundamental, por lo que es necesario lanzarse a la acción. Las últimas investigaciones al respecto indican que lo más recomendable en estos casos es utilizar estrategias que aumenten las emociones positivas y generen una mayor participación de los estudiantes en el proceso educativo para eliminar así las distracciones tecnológicas o sociales que les impiden un verdadero acceso al conocimiento.
Si buscas crear un aula más concentrada, con un ambiente propicio para brindar tus lecciones sin inconvenientes, te recomendamos aplicar estos 3 trucos con tus alumnos:
1. Delega algo de control
Si bien existen programas determinados, la rigidez de los mismos es totalmente contraria al espíritu libre y creativo que por naturaleza poseen los jóvenes. Por lo tanto, verás efectos positivos si delegas algo de control acerca de los temas de estudios o los métodos de abordaje de los mismos. Intenta generar mecánicas de trabajo que tus propios alumnos recomienden, e incluso consultarles al respecto. Si tienen cierto poder de decisión sobre lo que aprenden y las formas en que lo hacen se interesarán más en el proceso.
2. Reconoce sus fortalezas
Tanto a la hora de planificar la clase como al momento de realizar devoluciones. Destacar los aspectos en los que realmente son buenos fortalecerá su propia creencia y les generará una mayor confianza en sus propias capacidades. De este modo se esforzarán aún más por demostrar lo que son capaces de lograr.
3. Busca la conexión
En algunas ocasiones, utilizar un recurso de conexión funciona como una potente herramienta a la hora de recordar y procesar lo aprendido. Una canción, una imagen, un elemento audiovisual o un concepto definido pueden funcionar como estos conectores. Al comenzar o finalizar la clase es bueno que asocies lo aprendido ese día a uno de estos recursos, así se creará en la mente de tus estudiantes un enlace que permitirá unir temáticas extrañas con elementos que les resultan más cercanos y fáciles de comprender, fijando de mejor forma lo aprendido.
Lo importante, a fin de cuentas, es que el aula sea un espacio de aprendizaje y crecimiento común. Cambiar el rol de docente dominante por uno más cercano a los alumnos es lo que marcará la diferencia en el proceso de aprendizaje de los mismos.
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