Begoña Ibarrola es psicóloga, escritora infantil y juvenil especialista en inteligencia emocional y musicoterapia. En esta entrevista destaca el papel relevante que ocupa en la enseñanza la educación emocional, además nos habla de su nuevo proyecto “Cuentos para una nueva realidad” desarrollado con la editorial Planeta.
Begoña Ibarrola es natural de Bilbao y se trasladó a Madrid a estudiar psicología, ciudad en la que se quedó a vivir. Además de esos estudios, curso música en el Conservatorio de Bilbao porque siempre le gustó tocar instrumentos y cantar. Así es como comenzó a investigar el uso de la música como terapia, siendo pionera en España de musicoterapia.
A nivel laboral fue musicoterapeuta en un Centro Psicopedagógico donde estaban internos chicos de 6 a 18 años con problemas de conducta y fracaso escolar, también trabajó como terapeuta infantil y juvenil durante 15 años. Su meta siempre ha estado clara: “cuidar a los más pequeños”.
Y de terapeuta infantil a escritora… ¿Cómo se dio ese cambio?
En realidad, no fue un saltó ya que empecé a escribir cuentos en mi trabajo como terapeuta. Buscaba la manera de que los niños y jóvenes se engancharan a un relato y ellos mismos descubrieran, a través de las circunstancias que vivían los personajes de los cuentos, que podían aprender algo de ellos.
La magia fue que en el año 2000 una editora de SM escuchara uno de mis cuentos en un Congreso de Educación Infantil. Se interesó por los que ya tenía escritos y publicó mi primer libro: Cuentos para sentir: educar emociones, a los que siguió Cuentos para sentir: educar sentimientos, relatos que se acompañan de preguntas que pueden servir para explorar el alma infantil. A partir de ese momento no dejé de participar en nuevos proyectos editoriales. En estos momentos tengo publicados más de 230 cuentos en cinco editoriales y algunos de ellos se han traducido a diez idiomas. ¡Pura magia!
EDUCACIÓN EMOCIONAL
¿Qué implica la educación emocional y cómo se puede fomentar desde la escuela?
La educación emocional es un proceso continuo y permanente que pretende desarrollar la dimensión emocional del ser humano, dotándole de herramientas para hacer frente a los retos que la vida le presente. Por este motivo se puede desarrollar durante toda la vida, aunque cuanto antes aprendan los niños a conocer y regular su mundo emocional y conocer el mundo emocional de los demás, mucho mejor, ya que desde bien pequeños pueden desarrollar hábitos emocionalmente saludables. Por eso soy partidaria de trabajar desde la etapa de infantil en el desarrollo de competencias emocionales.
Hay diferentes modelos de competencias emocionales que se deben desarrollar, pero casi todas coinciden en las siguientes: conciencia emocional y autoconocimiento, regulación emocional y autocontrol, automotivación, autonomía emocional, gestión de las relaciones, empatía, etcétera.
¿Cómo afectan las emociones en el aprendizaje?
El aprendizaje es un fenómeno emocional y relacional. Las investigaciones de la neurociencia han demostrado, que no hay aprendizajes fuera del espacio emocional, ya que todo lo que uno hace tiene una emoción en la base, y el clima emocional del aula es el principal factor que explica las variaciones en el rendimiento de los alumnos.
Ya nadie pone en duda que el binomio emoción-cognición es indisoluble, debido al diseño y funcionamiento del cerebro. Por tanto, la emoción es un ingrediente básico del proceso cognitivo, del razonamiento. Estos descubrimientos científicos implican una función mucho más importante para la comprensión e integración de las emociones en el aprendizaje.
¿Qué papel tienen los cuentos en la educación emocional?
Los cuentos son herramientas de educación emocional, por supuesto, y en situaciones difíciles permiten evadirse de la realidad cotidiana llena de tensiones e incertidumbre. Ese alejamiento de la realidad, si es temporal y motivado, puede generar un efecto terapéutico.
En los cuentos podemos observar como toda acción tiene consecuencias y a menudo una mala gestión emocional o una expresión inadecuada de emociones, pueden dañar a las personas que tenemos alrededor. Por otra parte la lectura de cuentos permite expandir el campo de experiencias del lector, haciendo que participe y experimente nuevas realidades, nuevos escenarios muy diferentes a su vivir cotidiano, y esto ayuda a una mejor comprensión de sí mismo y del mundo.
¿Los cuentos son sólo cosa de niños?
Por supuesto que no. En Oriente hay una tradición oral importante dirigida a adultos porque saben que las parábolas o los relatos sencillos abren puertas en la mente y en el corazón que otros estilos literarios no logran con tanta rapidez. Por otra parte, como decía Jung, todos llevamos un niño interior dentro que necesita ser alimentado, y qué mejor alimento que los cuentos.
Has sido pionera de musicoterapia en España, ¿de qué modo nos ayuda la música a esa educación emocional?
La música es el lenguaje de las emociones. Esto lo sabemos todos, no nos vale cualquier tipo de música para cualquier situación, intuitivamente elegimos aquella que está más en sintonía con nuestro estado de ánimo o la que necesitamos de fondo para una determinada actividad. Por otra uno de los elementos de la música, la melodía, nos pone en contacto con nuestro mundo interior, es un vehículo muy potente de autoconocimiento que nos brinda acercarnos a nuestro ser auténtico y nos descubre aspectos de nosotros mismos que a veces permanecen ocultos. Otro de sus elementos, el ritmo, nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de autocontrol, no solamente motor, también emocional y cognitivo. Y la armonía pone orden a todo nuestro mundo de pensamientos y emociones, armonizándolos, llevándolos del caos al orden.
Nos has acompañado con varios talleres dirigidos a profesores de religión: Zaragoza, Vigo, La Rioja… ¿Cómo ves al profesorado de religión?PROFESORADO DE RELIGIÓN
Muy motivado y abierto a incorporar nuevas estrategias para hacer de sus clases, algo especial, muy diferente a otras materias.
¿De qué modo la asignatura de religión es un ámbito idóneo para la educación emocional?
En este sentido pienso que las aportaciones de la educación emocional son muy pertinentes ya que les ofrecen recursos muy alineados con los objetivos de su asignatura. Los profesores que han incorporado como objetivo el desarrollo de competencias emocionales en su alumnado, se ha dado cuenta de cómo están en sintonía y enriquecen sus clases.
PRESENTE Y FUTURO
¿Cómo está afectando la situación actual a los niños? ¿De qué modo el cuento podría ser ayuda¿ ¿Alguna recomendación?
Esta situación de pandemia o en cualquier tipo de catástrofe natural o situación de alta incertidumbre, genera un impacto emocional, y debemos aceptar, tanto los adultos como los niños, un determinado nivel de estrés y ansiedad. De cómo hagamos frente los adultos a este malestar emocional, va a depender su reacción. Si nos ve todo el día con miedo y ansiedad, ellos van a sentir lo mismo, porque las emociones son contagiosas.
Sin embargo, los seres humanos tenemos recursos internos para hacer frente a las dificultades. Hablo de fortalezas, hablo de aprender a ser resilientes, y este escenario es perfecto para desarrollar habilidades de gestión emocional.
Háblanos de tu último proyecto con la editorial Planeta
En este último libro escrito durante el confinamiento y que acabo de publicar en Planeta (Destino) Cuentos para una nueva realidad, he querido mostrar la nueva realidad que nos está tocando vivir a todos, llena de incertidumbres y emociones que tenemos que aprender a gestionar, como decía antes. A través de cuatro historias, explico diferentes aspectos relacionados con la pandemia. Hablo de los nuevos héroes, de las nuevas amistades de balcón, de la separación de abuelos y nietos y de las dudas que todos tenemos ante la vuelta al colegio. También pretendo que los pequeños hablen de sus miedos, que aprendan a positivizar los pensamientos negativos, a recuperar rutinas y a conseguir, en definitiva, que la nueva realidad, no normalidad, sea más amable, para que puedan seguir aprendiendo y creciendo sanos y felices.
Después de cada cuento ofrezco unos consejos para ayudar a familias y educadores a trabajar y comprender las diferentes emociones que han experimentado o experimentarán los más pequeños, en esta nueva realidad.
No se debe blindar a los alumnos frente a las dificultades, debemos darles herramientas para enfrentarse a ellas, y lo primero que podemos hacer es contarles lo que pasa en forma de cuento, incluso permitiendo que ellos lo completen o cambien en función de su imaginación. Lo que se conoce se puede manejar mejor, una realidad emocional compartida estrecha lazos y permite una mayor unión en la clase frente a situaciones difíciles, como la que estamos pasando actualmente.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Religión y Escuela en la siguiente dirección: religionyescuela.com | Por Iván Pérez Del Rio