Un buen Director o Gerente Educativo posee intrínsecamente valores que le permiten desarrollar su labor adecuadamente, involucrarse plenamente con todos los actores del proceso enseñanza – aprendizaje y generar satisfacción en su comunidad, como la capacidad de crear una sana convivencia, motivar la autoestima, mostrar la importancia de la honestidad, manejar óptimamente la tolerancia, mostrar el respeto a la individualidad, animar a la solidaridad y demostrar una excelente responsabilidad.
Además, aunque parezca mucha exigencia, deber tener estas características: investigador, promotor social, orientador, planificador, evaluador, mediador, proactivo, administrador y líder.
Un buen director de escuela o buen gerente educativo posee estos valores y cualidades, producto de componentes genéticos y diversidad de oportunidades de aprendizajes, académicos y culturales, y que de alguna manera su forma de pensar, sentir y actuar en el ambiente educativo, evidencia que tiene las competencias para realizar esa tarea de la mejor manera.
La dirección de centros educativos siempre ha sido una tarea compleja y variada, pero en los últimos tiempos la pandemia mundial ha sumado obstáculos a los problemas habituales y ha aumentado la complejidad de la dirección. Parece lógico pensar que las personas que tengan que dirigir en estas circunstancias –y también en las anteriores– hayan de ser competentes en muy diferentes ámbitos.
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Aparte de gestionar la pandemia, los directivos y directivas escolares han de dar respuesta a retos complicados: desde la necesidad de rendir cuentas por los resultados hasta los continuos cambios de leyes y normativas. Y todo ello en un contexto de alumnado cada vez más diverso que requiere de esfuerzos mayores para conseguir la inclusión y la equidad en los centros educativos.
Ante estos retos, que son muy similares en distintas partes del mundo, algunos directivos escolares se alzan como líderes de sus comunidades y consiguen cambiarlas, mientras otros se dejan ganar por las circunstancias o incluso abandonan su puesto de dirección.
¿Qué es lo que hace diferentes a unos de los otros? ¿Por qué a los primeros los llamamos líderes, y no hacemos lo mismo con los segundos? Y finalmente: ¿qué es lo que hace diferentes a los auténticos líderes educativos capaces del cambio de los directores que se limitan a dejarse llevar por las circunstancias?
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Competencias, características y cualidades del nuevo Director educativo
Qué son los líderes educativos
Contrariamente a lo que algunos todavía piensan, el liderazgo educativo no consiste en ordenar y mandar desde la cumbre de una organización y esperar a que todo el mundo obedezca y se produzcan los cambios. Tampoco se trata simplemente de gestionar o administrar los recursos del centro para que todo funcione de la mejor manera posible.
El auténtico liderazgo de un director o directora escolar consiste en movilizar a otras personas para conseguir intenciones y metas compartidas en el centro educativo, involucrando a toda la comunidad escolar en el proyecto común de mejora.
En este proceso, serían líderes todas aquellas personas capaces de producir una movilización de propósitos, independientemente de su lugar en la organización, pues el liderazgo puede y debe encontrarse en muchos lugares.
Sin embargo, no estamos hablando de eliminar las jerarquías –que son necesarias– sino de capacitar a más personas dentro de la organización y de trabajar todos juntos para la consecución del propósito común.
Toda esta tarea se ha de realizar con líderes capaces a la cabeza de las escuelas, porque no se han encontrado ejemplos de centros educativos en los que se hayan producido grandes mejoras que no hayan tenido a un líder o una líder encabezando la organización.
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Qué cualidades definen a los líderes educativos
Resulta difícil, arriesgado y a la vez poco realista responder a esta pregunta con una enumeración del elenco de características y cualidades que deberían tener los directivos escolares. Por un lado, porque la lista sería muy extensa y podría llevar a pensar que se necesitan supermujeres o superhombres para estar al frente de las organizaciones.
Por otra parte, dicho listado podría dar la falsa impresión de que los directores y directoras, los equipos directivos, han de ser iguales o muy parecidos, cuando la experiencia demuestra justamente todo lo contrario.
Cada centro educativo, incluso aquellos con características muy similares, tiene a su frente personas muy diferentes, tan diferentes como el resto de personas que componen las distintas comunidades educativas.
Dicho esto, y celebrando la diferencia existente en cada organización y entre las personas, podríamos aventurarnos a señalar algunas características que son más necesarias que otras para dirigir en estos entornos complejos y cambiantes en los que se está intentando educar a muchos seres humanos.
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Conocimiento y planificación
Diferentes investigaciones han permitido definir algunos rasgos básicos en los que coinciden los directivos escolares que se pueden considerar como líderes de sus organizaciones. Algunos de estos rasgos son de tipo técnico, pero la mayoría de ellos son cualidades de tipo personal o relacional ya que para dirigir personas son básicas algunas características personales y de relación interpersonal.
¿En qué cualidades coinciden los mejores líderes escolares? Los líderes que provocan mejoras en las organizaciones educativas conocen muy a fondo el contexto en el que se mueven: tienen conocimientos sobre la enseñanza y el aprendizaje, sobre lo que ocurre en las aulas, sobre el profesorado y las familias.
Además, se caracterizan por su capacidad de encontrar y resolver los problemas y una buena capacidad de organizar y planificar.
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Cualidades personales
Siendo estas cualidades muy importantes, las cualidades más necesarias y relevantes son las personales. Entre estas, los investigadores destacan: integridad, humanidad, mucha humildad, un pensamiento sistémico que entienda la organización como un todo, optimismo, resiliencia, capacidad de comunicación y proactividad.
También son clave las cualidades relacionales y socioemocionales, que permiten el reconocimiento de las emociones ajenas, gestionar las propias emociones o actuar de forma emocionalmente apropiada.
Aparte de estos ingredientes comunes a todos los líderes educativos, cada persona que dirige un centro escolar incorporará sus características particulares de personalidad que la hacen única e irrepetible. Y gobernará teniendo puestas sus miras en la visión del centro y organizando a las personas y los recursos al servicio de este objetivo común que ha de mover los corazones y voluntades de toda la comunidad. Ese es el auténtico liderazgo educativo y esas son las cualidades de los auténticos líderes capaces de mover montañas.
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10 cualidades para ser director de centros educativosp
¿Cómo se debe dirigir una escuela? ¿Qué no puede olvidar nunca un buen director? Analizamos cómo tiene que ejercer su liderazgo y las 10 cualidades para ser director de centros educativos.
¿Cómo se debe dirigir una escuela? ¿Qué no puede olvidar nunca un buen director? Analizamos cómo tiene que ejercer su liderazgo, en el que siempre debe tener presente que trabaja con una materia valiosa y sensible: los alumnos, sus familias y el personal docente y no docente. Repasamos de la mano de Alfonso López Pulido, director académico del Máster en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos de UNIR, las 10 cualidades para ser director de centros educativos.
¿Qué habilidades debe tener el director de centros educativos?
A continuación, se enumeran las 10 características más importantes para que el director de centros educativos lidere con éxito un centro o institución educativa.
1. Agilidad en la toma de decisiones
El director no puede demorar las decisiones sobre la escuela, pero debe encontrar el equilibrio entre la rapidez y la elección de la más adecuada, consumiendo los menores recursos posibles. En esa búsqueda es primordial la capacidad de priorizar, distinguiendo entre lo importante y lo urgente.
2. Versatilidad para adaptarse a distintos entornos
El director tiene que saber adaptarse al contexto en que se encuentre y conocer la realidad social. Cada centro es un ecosistema único con sus peculiaridades, no hay dos escuelas iguales.
3. Receptividad para ser aconsejado, asesorado y criticado
Como señala Alfonso López Pulido, “se necesita una visión poliédrica para atisbar todos los puntos de vista”. El directivo busca lograr la excelencia y hacer sus tareas correctamente, pero puede equivocarse y tiene que estar preparado para recibir las críticas: no solo las justas, también las injustas.
4. Fomento de un liderazgo compartido
Es importante un liderazgo con un reparto formal de las tareas y la creación de grupos de trabajo. La participación del profesorado en la planificación y desarrollo curricular es imprescindible. Debatir y valorar con ellos sobre la didáctica, si se deben poner en marcha distintas metodologías, el uso de nuevas tecnologías o el manejo de sistemas de evaluación diversos. Todo lo que implique un avance para lograr las metas de aprendizaje de los alumnos.
5. Impulso del crecimiento del profesorado
Un crecimiento personal y profesional de los docentes es beneficioso para todos. Los centros educativos necesitan contar con un profesorado actualizado en innovaciones e investigaciones testadas con estándares de excelencia. Es necesario que haya un trabajo colaborativo y una reflexión sobre los sistemas de enseñanza-aprendizaje que puedan implementarse en la institución.
6. Estar abierto a la innovación
El directivo debe estar convencido de la necesidad de la innovación curricular y ser capaz de potenciarla poniendo los recursos que sean precisos para lograrla.
7. Creación de un buen clima escolar
Un buen director de escuela debe asentarse en el respeto, la colaboración y la valoración de la diversidad. Una buena convivencia es imprescindible para posibilitar los procesos educativos, desarrollando las relaciones entre el centro y su entorno y apoyando a los alumnos y sus familias en el logro de sus intereses educativos. Destrezas como la empatía, saber escuchar o comunicar son esenciales.
8. Capacidad de negociación y participación
Debe promover la participación de la comunidad educativa en la que todos los miembros deben ser responsables y copartícipes en la gestión del centro. Como en todo proceso suele haber opiniones encontradas y criterios diversos, por lo que debe llegarse a un consenso que aúne las posturas y evite los enfrentamientos, subraya Alfonso López Pulido.
9. Eficiencia en la gestión
No solo en las cuestiones académicas o de gestión de personas, también debe ocuparse del uso óptimo de las infraestructuras y equipamientos para no malgastar los recursos.
10. Visión de conjunto
Como en cualquier ámbito, no solo en la educación, esta cualidad es indispensable para gestionar el bien común de la totalidad de la comunidad educativa y no de sectores particulares.
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Un buen Director educativo se capacita constantemente y trata de ser mejor ser humano cada día
Estas cualidades son la base para que un director de centros educativos pueda lograr un liderazgo eficaz que le permita abordar los retos a los que se enfrenta en su día a día. Como destaca el director académico del Máster en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos, “los cambios son constantes, la solución que un día es válida puede que ya no lo sea el día siguiente; situaciones, en apariencia, similares, son más diferentes cuando se las examina de cerca”.
Los retos a los que se enfrenta
El rigor debe estar muy presente en la labor del director. Afronta, por ejemplo, las nuevas formas de acoso entre alumnos, que se multiplican con el ciberacoso. Para Alfonso López Pulido es fundamental la intervención del director en estos casos, para el esclarecimiento de los hechos, la identificación de los autores y el seguimiento exhaustivo de los procedimientos establecidos. Debe hacerlo con la máxima solidez y mayor rigor para evitar que, por defectos de forma, se invaliden estas actuaciones. Por todo ello, es necesario un dominio de la legislación y normativa educativas.
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Responsabilidades claves de un Director y rol del Equipo Directivo
Entre los retos del director se encuentra la delicada gestión de la relación con los padres y los profesores. Considera Alfonso López Pulido que la sociedad ha cambiado y los padres exigen ahora más que sus derechos. Hay un crecimiento de las reclamaciones, sobre todo en relación con las calificaciones, los accidentes en el ámbito escolar y también, de una forma especial, con las sanciones. Al igual que el profesorado, que demanda más participación en la toma de decisiones, pero, a la vez, requiere un liderazgo claro y fuerte que lleve el timón.
Este contenido ha sido publicado originalmente por perfildelgerenteeducativo.blogspot.com , theconversation.com y mexico.unir.net
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