Gran parte del tiempo del director se dedica a escuchar a otros: subdirectores, maestros, estudiantes, padres y personal. Por lo tanto, necesitan aprender y practicar habilidades de escucha activa todos los días.
Los directores tienen trabajos difíciles. Son la cara y la cabeza de la escuela, son responsables de la educación que recibe cada estudiante bajo su cuidado, y establecen el tono de la escuela. Ellos deciden sobre las decisiones de personal y los problemas de disciplina estudiantil.
Los directores son el “todo” de un centro escolar. Si quieres ser un buen director o directora de escuela o sueñas con serlo algún día, entonces no te pierdas cuáles son las cualidades que deben tener un buen director de escuela para que el centro funcione correctamente gracias a su buena gestión según el portal formación y estudios.
1. Dar apoyo
Los buenos maestros necesitan sentirse apoyados. Deben sentir que cuando tienen un problema en el aula, obtendrán la ayuda que necesitan. Hay maestros que renuncian a su puesto cuando notan que no tienen el apoyo que necesitan cuando lo requieren.
Esto no quiere decir que los directores deben respaldar ciegamente a los maestros sin usar su juicio. Los maestros son seres humanos que también cometen errores. No obstante, el sentimiento general del director debe ser de creencia y apoyo.
2. Debe ser visible
Un buen director debe ser visto. Deben estar en los pasillos, interactuando con los estudiantes , participando en reuniones y asistiendo a partidos deportivos. Su presencia debe ser tal que los estudiantes sepan quiénes son y también se sientan cómodos al acercarse e interactuar con ellos.
3. Ser un oyente efectivo
Gran parte del tiempo del director se dedica a escuchar a otros: subdirectores, maestros, estudiantes, padres y personal. Por lo tanto, necesitan aprender y practicar habilidades de escucha activa todos los días. Deben estar presentes en cada conversación a pesar de las otras cien cosas que llaman su atención. También necesitan escuchar lo que se les dice antes de dar su respuesta.
4. Ser un solucionador de problemas
La resolución de problemas es el núcleo del trabajo del director. En muchos casos, los nuevos directores ingresan a una escuela porque enfrenta problemas difíciles. Puede ser que los puntajes de las pruebas de la escuela sean bajos, que tenga una gran cantidad de problemas de disciplina o que se enfrente a problemas financieros debido al bajo liderazgo del administrador anterior.
Nuevo o establecido, se le pedirá a cualquier director que ayude con muchas situaciones difíciles y desafiantes. Por lo tanto, necesitan perfeccionar sus habilidades de resolución de problemas aprendiendo a priorizar y proporcionar pasos concretos para resolver los problemas en cuestión.
5. Empoderar a otros
Un buen director, al igual que un buen CEO u otro ejecutivo, debería querer dar a sus empleados una sensación de empoderamiento. Las clases de gestión empresarial en la universidad a menudo capacitan a sus empleados para ofrecer soluciones a los problemas e incluso detener la producción en Internet si se observa un problema de calidad. Si bien los maestros generalmente están a cargo de sus aulas individuales, muchos se sienten impotentes para afectar el espíritu de toda la escuela. Los directores deben ser abiertos y receptivos a las sugerencias de los maestros para mejorar la escuela.
6. Tener una visión clara
Un director es el líder de la escuela. En última instancia, tienen la responsabilidad de todo lo que sucede allí. Su actitud y visión deben ser fuertes y claras. Puede que les resulte útil crear su propia declaración de visión, que publican para que todos la vean, y deben aplicar constantemente su propia filosofía educativa en el entorno escolar.
Un director describió su primer día en el trabajo en una escuela de bajo rendimiento: entró a la oficina y esperó unos minutos para ver qué haría el personal de recepción ubicado detrás de un mostrador alto. Les llevó bastante tiempo reconocer su presencia. En ese momento, decidió que su primer acto como director sería eliminar ese alto mostrador. Su visión era la de un entorno abierto donde los estudiantes y los padres se sentían invitados, parte de la comunidad. Eliminar ese contador fue un primer paso importante para lograr esta visión.
7. Ser justo y competente
Los directores deben ser justos, competentes y consistentes. Deben tener las mismas reglas y procedimientos para todo el personal y los estudiantes. No pueden mostrar favoritismo. No pueden permitir que sus sentimientos o lealtades personales nublen su juicio.
8. Mostrar una actitud discreta
Los directores deben ser discretos. Tratan temas delicados cada día, incluyendo:
- Problemas de salud de estudiantes y personal
- Situaciones difíciles en el hogar para estudiantes
- Decisiones de contratación y despido
- Evaluaciones docentes
- Problemas disciplinarios con el personal
9. Tener una actitud sensible y delicada
Un buen director debe estar dedicado a la escuela y creer que todas las decisiones deben tomarse en función de los mejores intereses de los estudiantes. Un director necesita encarnar el espíritu escolar. Al igual que ser altamente visible, debe ser obvio para los estudiantes que el director ama a la escuela y tiene sus mejores intereses en el corazón. Los directores normalmente deberían ser los primeros en llegar y los últimos en abandonar la escuela. Este tipo de dedicación puede ser difícil de mantener, pero paga enormes dividendos con el personal, los estudiantes y la sociedad en general.
10. Crear una atmósfera que inspire la innovación
Robert Farrace dice que guiar la cultura del centro educativo es una de las funciones más importantes de un director. Por desgracia, también es una de las cosas más difíciles. Muchos directores están atrapados en la pregunta: “¿Cómo puedo hacer que este centro educativo sea como yo me he propuesto el día de mañana?”. Pero, sin embargo, ¿cómo vamos a mover un conjunto colectivo de creencias y valores acumulados durante años y generaciones? ¿Qué pasos vamos a dar para permitir la innovación y el cambio? La ciudanía responsable y el aprendizaje permanente deben estar entre nuestras prioridades a la hora de fomentar habilidades y competencias a desarrollar entre el alumnado y el profesorado, como explica Patrick Larkin: no podemos enseñar, precisamente, a ser ciudadanos responsables a los adolescentes sin prestar atención al buen uso de la tecnología y al concepto de ciudadanía digital.
11. Fomentar la colaboración
La docencia ya no es una profesión aislada. Los docentes están constantemente trabajando colaborativa o cooperativamente (según el caso), a diferencia de lo que sucedía años atrás. Antes, la enseñanza era algo aislado. Podíamos cerrar la puerta del aula y hacer las cosas “a nuestra manera”; es más, si no hablábamos con otros profesores a lo largo de la jornada, casi era una ventaja. Parece que ahora el equipo directivo empieza a jugar un papel de liderazgo en la colaboración dentro de los centros educativos.
12. Estar abiertos a nuevas ideas
La tarea de dirigir una escuela o un instituto es, hoy en día, demasiado colosal como para emprenderla sin la colaboración de todo el equipo docente y la comunidad educativa. Las buenas ideas pueden venir de cualquier parte, y hemos de estar atentos. Todo el personal del centro ha de estar involucrado y demostrar que valoramos sus aportes: ha de existir retroalimentación, innovación y visión de metas comunes. Las buenas ideas han de convertirse en burbujas que todo el centro apoye y haga crecer.
13. Localizar y proporcionar los recursos adecuados
¿Qué hacemos exactamente? Lo principal es que nos comprometemos a preparar a los estudiantes para el mundo en el que están entrando, que implica una mayor inmersión en las TIC y las redes. Esto implica entornos de aprendizaje 1:1, tecnologías de conexión, colaboración y una metodología adecuada. Tu misión es declarar los objetivos y señas de identidad de tu centro educativo y saber que estamos en el siglo XXI, con nuevas herramientas que requieren nuevos modelos.
14. Correr riesgos
El esfuerzo por asumir riesgos controlados es una gran habilidad de los buenos equipos directivos. Está bien ir un paso más allá, buscar oportunidades y abrir nuestra mente. La pregunta es: “¿Qué podría salir mal? ¿Cuál es el peor de los riesgos que corremos? ¿Merece la pena?”. Tras valorar estas cuestiones hemos de tener la iniciativa que, como directores, se nos presupone. ¿Cómo podemos anticiparnos a los problemas generados por esta innovación? Estas cosas solo son obstáculos, a los que podemos tomar ventaja y esquivar.
15. Tener un enfoque visionario
El trabajo que hacemos debe tener una visión de largo alcance: en nuestro escritorio se cursan demasiadas cosas todos los días. ¿Qué puede contribuir al aprendizaje y progreso generalizado de nuestro alumnado? Poca gente conoce mejor que tú tu centro educativo: las cosas en las que hemos de centrarnos en cada momento, los modelos y referentes a seguir, las metas que nos hemos fijado para el profesorado y para los alumnos.
Y… ¿Qué habilidades debe tener el director de centros educativos?
A continuación, se enumeran las 10 características más importantes para que el director de centros educativos lidere con éxito un centro o institución educativa.
16. Agilidad en la toma de decisiones
El director no puede demorar las decisiones sobre la escuela, pero debe encontrar el equilibrio entre la rapidez y la elección de la más adecuada, consumiendo los menores recursos posibles. En esa búsqueda es primordial la capacidad de priorizar, distinguiendo entre lo importante y lo urgente.
15. Versatilidad para adaptarse a distintos entornos
El director tiene que saber adaptarse al contexto en que se encuentre y conocer la realidad social. Cada centro es un ecosistema único con sus peculiaridades, no hay dos escuelas iguales.
18. Receptividad para ser aconsejado, asesorado y criticado
Como señala Alfonso López Pulido, “se necesita una visión poliédrica para atisbar todos los puntos de vista”. El directivo busca lograr la excelencia y hacer sus tareas correctamente, pero puede equivocarse y tiene que estar preparado para recibir las críticas: no solo las justas, también las injustas.
19. Fomento de un liderazgo compartido
Es importante un liderazgo con un reparto formal de las tareas y la creación de grupos de trabajo. La participación del profesorado en la planificación y desarrollo curricular es imprescindible. Debatir y valorar con ellos sobre la didáctica, si se deben poner en marcha distintas metodologías, el uso de nuevas tecnologías o el manejo de sistemas de evaluación diversos. Todo lo que implique un avance para lograr las metas de aprendizaje de los alumnos.
20. Impulso del crecimiento del profesorado
Un crecimiento personal y profesional de los docentes es beneficioso para todos. Los centros educativos necesitan contar con un profesorado actualizado en innovaciones e investigaciones testadas con estándares de excelencia. Es necesario que haya un trabajo colaborativo y una reflexión sobre los sistemas de enseñanza-aprendizaje que puedan implementarse en la institución.
21. Estar abierto a la innovación
El directivo debe estar convencido de la necesidad de la innovación curricular y ser capaz de potenciarla poniendo los recursos que sean precisos para lograrla.
22. Creación de un buen clima escolar
Un buen director de escuela debe asentarse en el respeto, la colaboración y la valoración de la diversidad. Una buena convivencia es imprescindible para posibilitar los procesos educativos, desarrollando las relaciones entre el centro y su entorno y apoyando a los alumnos y sus familias en el logro de sus intereses educativos. Destrezas como la empatía, saber escuchar o comunicar son esenciales.
23. Capacidad de negociación y participación
Debe promover la participación de la comunidad educativa en la que todos los miembros deben ser responsables y copartícipes en la gestión del centro. Como en todo proceso suele haber opiniones encontradas y criterios diversos, por lo que debe llegarse a un consenso que aúne las posturas y evite los enfrentamientos, subraya Alfonso López Pulido.
24. Eficiencia en la gestión
No solo en las cuestiones académicas o de gestión de personas, también debe ocuparse del uso óptimo de las infraestructuras y equipamientos para no malgastar los recursos.
25. Visión de conjunto
Como en cualquier ámbito, no solo en la educación, esta cualidad es indispensable para gestionar el bien común de la totalidad de la comunidad educativa y no de sectores particulares.
Estas cualidades son la base para que un director de centros educativos pueda lograr un liderazgo eficaz que le permita abordar los retos a los que se enfrenta en su día a día. Como destaca el director académico del Máster en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos, “los cambios son constantes, la solución que un día es válida puede que ya no lo sea el día siguiente; situaciones, en apariencia, similares, son más diferentes cuando se las examina de cerca”.
Los retos a los que se enfrenta
El rigor debe estar muy presente en la labor del director. Afronta, por ejemplo, las nuevas formas de acoso entre alumnos, que se multiplican con el ciberacoso. Es fundamental la intervención del director en estos casos, para el esclarecimiento de los hechos, la identificación de los autores y el seguimiento exhaustivo de los procedimientos establecidos. Debe hacerlo con la máxima solidez y mayor rigor para evitar que, por defectos de forma, se invaliden estas actuaciones. Por todo ello, es necesario un dominio de la legislación y normativa educativas.
Entre los retos del director se encuentra la delicada gestión de la relación con los padres y los profesores, la sociedad ha cambiado y los padres exigen ahora más que sus derechos. Hay un crecimiento de las reclamaciones, sobre todo en relación con las calificaciones, los accidentes en el ámbito escolar y también, de una forma especial, con las sanciones. Al igual que el profesorado, que demanda más participación en la toma de decisiones, pero, a la vez, requiere un liderazgo claro y fuerte que lleve el timón.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Unir, EduCrea y en Aptus