Desde el enfoque de lo que se conoce como psicología positiva, Martin Seligman y sus colaboradores proponen “[…] empezar a catalizar un cambio en el foco de la psicología desde la preocupación exclusiva en reparar las peores cosas de la vida a construir también cualidades positivas” (Seligman y Csikzentmihalyi, 2000, p.5). Se plantea así como una propuesta, no alternativa a la psicología tradicional –más centrada en lo negativo, en la enfermedad o las debilidades–, sino como complementaria a la misma y centrada en las fortalezas y en el funcionamiento humano óptimo.
Esta nueva perspectiva positiva también se ha implementado en el estudio del bienestar laboral, entendiendo que el trabajo no sólo puede afectar a la salud de modo negativo, sino que también hay que tener en cuenta otros efectos beneficiosos que son fuente de salud, como pueden ser el incremento de la satisfacción y autoestima, la actividad física y mental, el desarrollo de una actividad con sentido (ser útiles), el contacto social, la contraprestación salarial, etc. Por tanto, para aproximarnos de forma más comprehensiva al bienestar docente, parece insuficiente centrarse exclusivamente en el estudio de los factores asociados a la ausencia o escasa presencia de burnout profesional, sino que también podría ser sumamente enriquecedor para potenciar dicho bienestar conocer cuáles son los factores que se asocian al estado emocional positivo del que gozan también muchos profesores en su trabajo. Es desde este nuevo enfoque de la psicología positiva desde la que surge un nuevo concepto que empieza a cobrar cada vez más fuerza en el estudio de la salud laboral, el engagement en el trabajo. Bienestar docente: Estrategias para una vida emocionalmente más saludable en el trabajo del profesor.
En este escenario el portal educativo Elige Educar realizó un estudio, el cual buscó caracterizar el grado de felicidad de los profesores que tienen funciones en aula y los factores asociados a su satisfacción con el trabajo, esperando complementar y enriquecer la política educativa. A continuación compartimos con fines educativos y pastorales el artículo escrito por Camila Londoño y publicado en el portal chileno Elige Educar. Esperamos que sea de utilidad para la comunidad docente.
8 desafíos en torno al bienestar laboral docente
El grado de felicidad o bienestar que siente un profesional es un componente central en su desarrollo laboral. En el caso de los docentes es especial importante, pues impactan también en elementos tan relevantes como la retención docente y la calidad de la educación dentro del aula. Lamentablemente, saber qué significa exactamente y cómo mejorarla ha sido un tema poco estudiado, particularmente cuando se trata de considerar la compleja interacción de factores contextuales e individuales.
Hay factores individuales y sociales que se asocian al bienestar laboral de los profesores.
Los individuales incluyen los sentimiento positivos asociados a la labor, la motivación, la competencia profesional, la felicidad, la salud, la vitalidad, las relaciones personales de apoyo en la familia y amigos. Los factores sociales o contextuales, en cambio, incluyen las relaciones de liderazgo, el soporte institucional, la relación con los apoderados y los alumnos, el sistema de organización del trabajo colaborativo, la retroalimentación, la participación en la toma de decisiones y administración y las condiciones laborales (remuneraciones, horas no lectivas, carga laboral y oportunidades de perfeccionamiento).
Según esto, ¿cómo es el bienestar laboral de los profesores?, ¿son felices en el aula?
Según el estudio, los profesores son moderadamente felices con su trabajo. En datos concretos, El 64% de los docentes en Chile declara que sus trabajos son altamente satisfactorios y el 70% disfruta altamente sus labores la mayor parte del día.
Otro dato interesante es que en comparación a sus colegas del resto de los niveles educativos, los educadores de párvulos (docentes de educación inicial) destacan por su buena evaluación del ambiente donde trabajan. Estos profesionales señalan tener mejores relaciones de apoyo entre sus colegas cercanos, redes familiares y de amistad. También consideran tener más confianza con sus jefes. Muestran además, una mayor satisfacción con la capacidad de administración y cooperación entre los equipos de trabajo.
Pero los profesores chilenos no sólo son felices, también están altamente conectados con el impacto social de su labor. El 91% de los encuestados cree que su profesión tiene altos beneficios sociales para sus estudiantes y familias. Particularmente los profesores que ejercen en establecimientos municipales tienen una alta motivación y confianza en sí mismos. Considerando una escala de 1 a 7, los docentes de establecimientos municipales puntúan con un 6,2 en promedio su motivación con el trabajo, versus los de establecimientos particulares subvencionados que lo evalúan con nota 5,9.
Por otra parte, todos los profesores encuestados creen que su labor les ofrece importantes y valiosos recursos personales para enfrentar su día a día y además rescatan las relaciones dentro de los establecimientos. Además, los profesores más felices aseguran ser parte de espacios donde pueden participar en la toma de decisiones dentro de sus establecimientos y tienden a percibir mayores oportunidades para progresar en sus carreras.
Dicho esto, se puede entender que los docentes chilenos están relativamente satisfechos con sus trabajos y sin duda reconocen la importancia de su labor, sin embargo existen factores que afectan el ejercicio de su trabajo, lo que se traduce en altos niveles de estrés. Esto quiere decir que sin bien hay resultados positivos en torno a la felicidad, sigue habiendo desafíos pendientes en materia de educación que afectan el bienestar laboral de los profesores chilenos. ¿Cuáles son estos desafíos?
1. Condiciones laborales deficientes
Los profesores chilenos perciben las condiciones laborales como deficientes, hecho que afecta sus niveles de felicidad. En cifras concretas, sólo 1 de cada 5 declara tener un buen equilibrio del trabajo y su vida, cree que su trabajo es realizable durante la jornada laboral y percibe que su salario es justo. Además sólo el 3,2% de los profesores encuestados para este estudio considera recibir buenas remuneraciones. En otra investigación de Elige Educar, los profesores reportaron en promedio 13 horas de trabajo adicional a sus contratos. (Este levantamiento de información se realizó antes de que comenzara a implementarse la nueva Política Nacional Docente, la cual incorpora elementos que impactarán en la cantidad de horas lectivas y no lectivas de los profesores y en su salario).
2. Gestión de los establecimientos
Las condiciones laborales mencionadas en el punto anterior son peor evaluadas por docentes de establecimientos particulares subvencionados y municipales. Los docentes de los establecimientos particulares subvencionados especialmente, son quienes se sienten más afectados con respecto a las oportunidades que tienen para progresar en sus carreras, al equilibrio de su trabajo y su vida y con respecto a la percepción de la jornada laboral como realizable.
3. Progreso de carrera
Hay una visión negativa con respecto al sistema de desarrollo profesional dentro de los establecimientos. Especialmente, hay una evaluación negativa sobre las oportunidades de progreso profesional (nuevos cargos y responsabilidades) y los mecanismos de retroalimentación sobre su desempeño profesional: sólo 3 de cada 10 docentes evalúa positivamente ambos aspectos. Nuevamente, hay que tener en cuenta que el estudio se realizó antes de que comenzara a implementarse la nueva Política Nacional Docente.
El estudio señala que la percepción que tienen los encuestados de otras profesiones es mejor que la que poseen los profesores respecto a los elementos relacionados a la perspectiva de carrera (3 de cada 10 docentes señala recibir comentarios períodos sobre su desempeño y 1 de cada 2 profesionales señala recibir feedback de parte de su jefatura).
4. Altos niveles de estrés
Los profesores son felices y además creen en el impacto de su profesión, sin embargo, la gran mayoría de los docentes sufren de altos niveles de estrés. 1 de cada 2 profesores reportó altos niveles de estrés, independiente de la dependencia de su establecimiento, el nivel de enseñanza y sus años de experiencia. Este nivel de estrés se manifiesta a través del conocido síndrome de burnout, el cual produce agotamiento físico y mental paulatino.
5. Poca influencia
Los docentes aseguran que tienen autonomía y creatividad en el plano pedagógico, sin embargo, los espacios de influencia disminuyen fuera del aula. En cifras concretas, sólo 3 de cada 10 profesores creen tener suficientes posibilidades de plantear críticas constructivas con respecto al trabajo que se realiza en la escuela y sin temor a represalias.
6. Trabajo colaborativo
El trabajo colaborativo sigue siendo un desafío para los profesores chilenos. La colaboración entendida como: planificación conjunta de actividades, toma de decisiones y espacios de retroalimentación construidos como comunidad. Aunque los docentes rescatan el buen ambiente laboral, sólo la mitad de ellos cree que los equipos de trabajo directo están bien administrados y 3 de cada 10 creen que existe una buena cooperación entre los distintos equipos.
7. Falta de apoyo de padres y apoderados
Los docentes destacan la importancia simbólica de la enseñanza en el futuro de sus estudiantes y 8 de cada 10 profesores sienten también una alta valoración de parte de sus alumnos. Sin embargo, esto no se refleja con todos los miembros de la comunidad educativa. De hecho, se percibe una menor valoración especialmente por parte de los apoderados.
8. Profesores con menos años de experiencia
Según los resultados, los profesores con menos años de experiencia (0 a 5 años) tienen niveles de felicidad, motivación y satisfacción laboral más bajos. Esto se contrasta con quienes tienen mayor experiencia, que declaran estar más satisfechos con el ambiente laboral, con la administración de los equipos de trabajo, con los procesos de cooperación, con la influencia en la toma de decisiones y con el equilibrio entre la vida y el trabajo.
Según el estudio, al menos dos hipótesis deben ser consideradas con respecto a este tema. En el estudio se indica que, “por un lado, es posible que los profesores que presentaron mayores índices de insatisfacción con la docencia ya estén fuera del aula, inclusive de la profesión. Por otro, es posible que la mayor experiencia y maduración profesional traiga consigo mayor satisfacción laboral. En ambos casos la recomendación es invertir recursos en la retención de los docentes novatos, quienes tendrían mayor riesgo de abandonar la profesión que su contraparte de mayor antigüedad”.
Como se evidencia en el estudio ¿Son felices los profesores? Radiografía de la felicidad docente en Chile, los niveles de felicidad o el bienestar laboral son fundamentales en la profesión docentes pues impactan en elementos tan relevantes como la calidad de la educación dentro del aula y la retención docente.
Estos niveles, además, dependen en gran medida de la gestión educacional. El tema se ha estudiado poco y es complejo, pues se tiende a responsabilizar exclusivamente a los profesores sobre su bienestar laboral y no se consideran los factores personales y sociales conjuntamente. En ese sentido, el estudio es una apuesta novedosa que da unas luces importantes de hacia dónde se deberían orientar los esfuerzos, incluyendo a la esfera de la política pública, para asegurar las condiciones que permitan a los docentes chilenos aumentar sus niveles de felicidad y satisfacción en el trabajo; esto permitirá contribuir a su desarrollo y retención en el sistema escolar, y mejorar la calidad de la educación en todos los colegios del país.
ENLACE DE LECTURA: 1: BIENESTAR DOCENTE | 2: BIENESTAR DOCENTE: ESTRATEGIAS PARA UNA VIDA EMOCIONALMENTE MÁS SALUDABLE EN EL TRABAJO DEL PROFESOR