Esta es la mejor guía que hemos visto para ayudar a los niños a hacer las tareas escolares con éxito, publicada en el sitio web de la National Association of School Psychologists, NASPonline.org (página en inglés). Nuestro agradecimiento a NASP por compartirla con nosotros.
Hay dos estrategias clave que los padres pueden utilizar para disminuir los problemas a la hora de la tarea. Lo primero es establecer rutinas claras sobre la tarea, lo que incluye definir cuándo y dónde se hace la tarea y establecer horarios diarios para hacerla.
Lo segundo es crear recompensas o incentivos para usar con aquellos niños para quienes las “buenas calificaciones” no son una recompensa suficiente por hacer la tarea.
Rutinas para la tarea
Las tareas son más fáciles de lograr cuando están vinculadas a rutinas específicas. Al establecer rutinas diarias para completar la tarea, no solo hará que la tarea sea más fácil, sino que también fomentará un sentido de orden que su hijo puede aplicar posteriormente en la vida, incluida la universidad y el trabajo.
Paso 1. Encuentre un lugar en la casa donde se harán las tareas. El espacio adecuado dependerá de su hijo y de la cultura de su familia. A algunos niños les va mejor en un escritorio en su habitación. Es un lugar tranquilo, lejos del bullicio familiar. Otros niños se distraen demasiado con las cosas que guardan en su habitación y les va mejor en un lugar alejado de esas distracciones, como la mesa del comedor. Algunos niños necesitan trabajar solos. Otros necesitan tener padres cerca para ayudarlos a que se mantengan enfocados en la tarea y para responder preguntas cuando surgen problemas. Pregúntele a su hijo cuál es el mejor lugar para trabajar. Tanto usted como su hijo deben analizar las ventajas y las desventajas de los diferentes entornos para llegar a un lugar que sea de mutuo acuerdo.
Paso 2. Establezca un centro de tareas. Una vez que usted y su hijo hayan identificado un lugar, equípelo como oficina en casa/centro de tareas. Asegúrese de que haya un espacio de trabajo despejado, que sea lo suficientemente grande como para colocar todos los materiales necesarios para completar las tareas. Equipe el centro de tareas con el tipo de suministros que su hijo probablemente necesite, como lápices, bolígrafos, marcadores de colores, reglas, tijeras, un diccionario general y otro de sinónimos y antónimos, papel cuadriculado, papel de construcción, pegamento y cinta adhesiva, papel con rayas, una calculadora, corrector ortográfico y, dependiendo de la edad y las necesidades de su hijo, una computadora de escritorio o portátil. Si el centro de tareas es un lugar que se utilizará para otras cosas (como la mesa del comedor), entonces su hijo puede guardar los suministros en una caja o contenedor portátil. Si es posible, el centro de tareas debe tener un planificador o una pizarra de corcho donde se pueda colgar un calendario mensual para que su hijo pueda dar seguimiento a las tareas a largo plazo. Darles a los niños cierta libertad para decorar el centro de tareas puede ayudarlos a sentir que ese espacio es como su casa, pero debe tener cuidado de que no se llene demasiado de materiales que lo distraigan.
Paso 3. Establezca una hora para la tarea. Su hijo debe adquirir el hábito de hacer la tarea a la misma hora todos los días. El tiempo puede variar según cada niño en particular. Algunos niños necesitan un descanso justo después de la escuela para hacer algo de ejercicio y tomar un refrigerio. Otros necesitan empezar la tarea mientras todavía están en el modo escolar (es decir, justo después de la escuela cuando todavía les queda algo de impulso para terminar el día). En general, puede ser mejor hacer la tarea antes de la cena o lo más temprano en la tarde que el niño pueda tolerar. Cuanto más tarde se hace, más se cansa el niño y más lentamente se hace la tarea.
Paso 4. Establezca un horario diario de tareas. En general, al menos en la middle school, la sesión de las tareas debería comenzar con usted y su hijo sentándose para crear un horario diario de tareas. Usted debería revisar todas las tareas y asegurarse de que su hijo las entienda y tenga todos los materiales necesarios. Pídale a su hijo que calcule cuánto tiempo se necesitará para completar cada tarea. Luego pregunte cuándo comenzará cada tarea. Si su hijo necesita ayuda con cualquier tarea, esto se debe determinar al principio para que los horarios de inicio puedan tener en cuenta la disponibilidad de los padres. Se incluye un planificador diario de tareas al final de esta guía y contiene un lugar para identificar cuándo se pueden tomar descansos y qué recompensas se pueden obtener.
Sistema de incentivos
Muchos niños que no se sienten motivados por el placer de hacer la tarea, se sienten motivados por la calificación alta que esperan obtener como resultado de haber hecho un trabajo de calidad. Por lo tanto, la calificación es un incentivo que motiva al niño a hacer la tarea con cuidado y de manera oportuna. Para los niños que no están motivados por las calificaciones, los padres deberán buscar otras recompensas que los ayuden a terminar sus deberes. Los sistemas de incentivos se dividen en dos categorías: simples y elaborados.
Sistema de incentivos simples. El sistema de incentivos más simple es recordarle al niño una actividad divertida que puede hacer cuando la tarea esté hecha. Puede ser ver un programa de televisión favorito, la posibilidad de dedicar tiempo a un videojuego o juego de computadora, hablar por teléfono o enviar mensajes instantáneos, o jugar un juego con uno de sus padres. Este sistema de retención de cosas divertidas hasta que terminen el trabajo pesado se conoce a veces como la ley de la abuela, porque las abuelas a menudo lo usan con bastante eficacia. (“Primero saca la basura, luego puedes comer galletas con chispas de chocolate”). Tener algo que esperar puede ser un incentivo poderoso para completar el trabajo pesado. Cuando los padres les recuerdan esto a los niños al momento de sentarse en sus escritorios, es posible que puedan encender el motor que impulsa al niño a seguir con el trabajo hasta terminarlo.
Sistema de incentivos elaborados. Estos implican más planificación y más trabajo por parte de los padres, pero en algunos casos son necesarios para atender problemas más significativos relacionados con las tareas. Los sistemas de incentivos más complejos pueden incluir una estructura para ganar puntos que podrían usarse para “comprar” privilegios o recompensas, o un sistema que proporcione recompensas mayores por realizar tareas más difíciles. Estos sistemas funcionan mejor cuando padres e hijos los desarrollan juntos. Dar a los niños la oportunidad de opinar les da un sentido de control y propiedad, lo que hace más probable que el sistema tenga éxito. Hemos descubierto que los niños suelen ser realistas al establecer objetivos y decidir sobre recompensas y sanciones cuando se les involucra en el proceso de toma de decisiones.
Ofrecer descansos. Estos son buenos para el niño que no puede llegar al final sin una pequeña recompensa en el camino. Al crear el horario diario de tareas, puede ser útil con estos niños identificar cuándo tomarán sus descansos. Algunos niños prefieren tomar descansos a intervalos de tiempo específicos (cada 15 minutos), mientras que a otros les va mejor cuando los descansos ocurren después de haber terminado una actividad. Si usa este enfoque, debe discutir con su hijo cuánto durarán los descansos y qué se hará durante ellos (tomar un refrigerio, llamar a un amigo, jugar un nivel en un videojuego). El planificador diario de tareas incluye secciones donde se pueden identificar los descansos y las recompensas al final de cada tarea.
Ofrecer opciones. Esta puede ser una estrategia efectiva para que los padres la usen con niños que se resisten a la tarea. La opción puede incorporarse tanto en el orden en que el niño acepta completar las tareas como en el cronograma que seguirá para realizar el trabajo. Incluir múltiples opciones no solo ayuda a motivar a los niños sino que también puede reducir las luchas de poder entre padres e hijos.
Desarrollo de sistemas de incentivos
Paso 1. Describa los comportamientos problemáticos.
Padres y niños deciden qué comportamientos están causando problemas a la hora de la tarea. Para algunos niños, el problema es que postergan la tarea hasta el último minuto. Para otros, se trata de olvidar materiales o de no anotar las tareas. Hay otros que se apresuran en su trabajo y cometen errores por descuido, mientras que otros pierden el tiempo con las tareas y tardan horas en completar lo que debería tardar solo unos minutos. Es importante ser lo más específico posible al describir los comportamientos problemáticos. El comportamiento problemático debe describirse como una conducta que se puede ver o escuchar. Por ejemplo, decir que el niño se queja de la tarea, que se apresura a hacerla o que comete muchos errores, son mejores formas de describirlos que decir simplemente decir que tienen una mala actitud o son perezosos.
Paso 2. Establezca una meta.
Por lo general, el objetivo se relaciona directamente con el comportamiento problemático. Por ejemplo, si el problema es que no anota las tareas, el objetivo podría ser: “Juan escribirá sus tareas en su agenda o cuaderno para cada clase”.
Paso 3. Decida las posibles recompensas y sanciones.
Los sistemas de incentivos para la tarea funcionan mejor cuando los niños tienen un menú de recompensas para elegir, ya que ninguna recompensa será atractiva por mucho tiempo. Recomendamos un sistema de puntos en el que se ganan puntos por las metas de comportamiento y se pueden canjear por la recompensa que el niño quiere obtener. Cuanto mayor sea la recompensa, más puntos necesitará el niño para ganarla. El menú debe incluir recompensas más grandes y más costosas que pueden requerir una semana o un mes para que las obtenga, y recompensas más pequeñas y económicas que se pueden obtener a diario. También puede ser necesario incorporar sanciones en el sistema. Esto suele ser la pérdida de un privilegio (como la posibilidad de ver un programa de televisión favorito o la posibilidad de hablar por teléfono con un amigo).
Una vez que el sistema esté en funcionamiento, y si encuentra que su hijo está obteniendo más sanciones que recompensas, entonces el programa debe ser revisado para que su hijo pueda tener más éxito. Por lo general, cuando este tipo de sistema falla, lo consideramos un error de diseño en lugar de que el niño no responda a las recompensas. Puede ser una buena idea consultar con un especialista como un consejero o psicólogo escolar, si tiene dificultades para diseñar un sistema que funcione.
Paso 4. Escriba un contrato para las tareas.
El contrato debe decir exactamente lo que el niño acepta hacer y cuáles serán exactamente los roles y responsabilidades de los padres. Cuando el contrato es puesto en marcha debería reducir algo de la tensión que los padres y los niños a menudo experimentan en torno a la tarea. Por ejemplo, si parte del contrato es que el niño ganará un punto por no quejarse de la tarea, pero se queja, no debería ser motivo de una batalla entre padre e hijo: el niño simplemente no gana ese punto. Los padres también deben asegurarse de elogiar a sus hijos por seguir el contrato. Será importante que los padres acuerden un contrato con el que se sientan bien. Es decir, uno en el que se eviten las sanciones que no pueden o no quieren imponer (por ejemplo, si ambos padres trabajan y no están en casa, no pueden controlar si un niño comienza la tarea justo después de la escuela, por lo que puede ser necesario escribir un contrato alternativo).
Hemos descubierto que es poco común que un sistema de incentivos funcione la primera vez. Los padres deben esperar probarlo y rediseñarlo para resolver los problemas. Eventualmente, una vez que el niño está acostumbrado a realizar los comportamientos especificados en el contrato, este puede reescribirse para trabajar en otro comportamiento problemático. Con el tiempo, su hijo puede estar dispuesto a abandonar el uso de un sistema de incentivos por completo. Sin embargo, este es a menudo un objetivo a largo plazo, y debe estar listo para escribir un nuevo contrato si su hijo vuelve a tener malos hábitos una vez que se abandona un sistema.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Child Mind en la siguiente dirección: childmind.org | Autor: Peg Dawson, EdD, NCSP
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