Tendencias para entender la revolución educativa

El mundo cambia. Lo hace constantemente y, con él, la sociedad, la economía, la ciencia o incluso la propia naturaleza. La educación no escapa de esa tendencia evolutiva, y prueba de ello es la innovación a la que asisten muchas escuelas en todo el mundo. Atrás quedan, o quedarán en pocos años, las técnicas educativas verticales, en las que el alumno interiorizaba contenidos sin trabajar activamente en las aulas.

La educación del futuro es, al contrario, horizontal, bidireccional y con una presencia mucho más activa del alumno en el proceso de aprendizaje.

Las tendencias educativas se renuevan prácticamente de forma anual con el fin de obtener mejores resultados académicos. Por ello, es conveniente que los profesionales de la educación conozcan todos los detalles para su aplicación en las aulas.

1. Tecnología y ciberseguridad

La tecnología forma parte de nuestro día a día en muchos ámbitos y la educación es, por supuesto, uno de ellos. Los alumnos han nacido en un mundo digitalizado y los avances de los últimos años animan a los docentes a actualizarse.

Incluir pantallas y recursos digitales enriquece el aprendizaje y otorga a los alumnos habilidades técnicas que serán requeridas en el mundo laboral. De la misma forma, las TIC en el aula nos ofrecen nuevas formas de dar clase:

  • Gamificación. La práctica, las actividades divertidas y los juegos son útiles para interiorizar conocimientos. Además de promover el trabajo en equipo y la motivación mediante concursos o tests, son ideales para que los estudiantes se familiaricen con la tecnología.
  • Ciudadanía global. La tecnología nos mantiene conectados incluso con los libros de texto. No hay más que echar un vistazo a la educación semipresencial en estos últimos años. Los eventos en streaming, las videollamadas, los chats o las redes sociales nos hace partícipes de nuestro entorno y nos hace ser ciudadanos globales.
  • Herramientas innovadoras. Cada vez son más los profes que comparten plantillas o recursos creados en plataformas digitales. La propia tecnología cambia nuestras aulas (pizarras digitales, TVs, tablets, realidad virtual,…), sino que brinda la oportunidad de crear recursos personalizables y únicos.

La tecnología debe ser usada de forma responsable, por lo que es tarea del entorno social que acompaña al alumno el enseñar acerca de la ciberseguridad (para evitar las estafas o el acoso de cualquier tipo) y fomentar la desconexión digital.

2. Educación híbrida

La educación híbrida ha sido la gran protagonista de la pandemia.

Este formato crea dos tipos de estudiantes: los que se encuentran físicamente en el aula y los que siguen las explicaciones en remoto a través de plataformas de videoconferencia.

Esta forma semipresencial de enseñanza proporciona diferentes beneficios entre los estudiantes, sobre todo a partir de la etapa de Secundaria:

  • Mayor personalización para los que se encuentran en el aula
  • Anima a ser más autónomos y responsables a los alumnos en remoto
  • Fomenta la relación entre compañeros de clase en grupo reducido

No obstante, la falta de recursos tecnológicos o los problemas con la conexión a Internet son realidades que se han dado y que conviene vigilar si se va a poner en marcha. Otras desventajas, como el posible ciberacoso, la adicción a las pantallas y la falta de concentración también deben ser consideradas.

3. Bienestar y salud mental

Las situaciones difíciles existen y son parte de nuestra vida desde que somos pequeños. Es cierto que debemos adaptarnos, pero es más complicado durante la infancia y la adolescencia.

Lamentablemente, cada vez más menores sufren problemas relacionados con la salud mental (ansiedad, depresión, miedo al fracaso, …) y no siempre cuentan con medios suficientes para hacerles frente.

Docentes, familias y centros educativos, así como todo el entorno (compañeros de clase, psicólogos, amigos o empresas) son cruciales en la ayuda y asesoramiento del alumnado. Esto se aplica en casos graves de acoso escolar, pero también en la necesidad de visibilizar el tema y brindar herramientas para el bienestar emocional.

En nuestro pódcast, Nos Mueve, hablamos con la psicóloga Eli Soler sobre el tema:

Por supuesto, la actualidad también nos obliga a prestar atención a lo que sucede en redes sociales, pues este ciberverso alternativo es también causa principal de bullying, aislamiento y baja autoestima. La salud y la desconexión digital son fundamentales.

4. Enseñanza personalizada

La educación personalizada defiende que cada persona es única e irrepetible. Por eso, tiene sentido pensar que la educación debe ser enseñada de manera concreta a cada alumno según su capacidad aunque se los contenidos tengan un mismo fundamento de base según el currículo.

El objetivo de personalizar la enseñanza es potenciar las habilidades y alcanzar el máximo desarrollo de las mismas.

Aunque requiere de mayor esfuerzo, ofrece beneficios como:

  • Más atención sobre las dificultades de aprendizaje o las Altas Capacidades
  • Foco de motivación y autonomía
  • Mejores resultados en la evaluación final
  • Educación en valores: autoestima, adaptación, liderazgo y ciudadanía global.

La educación del siglo XXI también se enfoca a que los alumnos desarrollen las habilidades y capacidades que reclama el mundo laboral, tales como trabajo en equipo, resiliencia, inteligencia emocional o sentido crítico.

5. Aprendizaje práctico

Ya conocemos los beneficios del trabajo en equipo, así como el hecho de que los contenidos son interiorizados más facilmente por el alumno si se le da la oportunidad de aplicar la teoría en la práctica. El aprendizaje práctico trabaja cinco factores: la interdependencia positiva, la responsabilidad, la interacción motora, las habilidades sociales y el procedimiento del grupo.

De la misma forma, el aprendizaje práctico se divide en dos tipos de metodología:

El aprendizaje cooperativo, en el que el docente realiza una función proactiva. Distribuye a los alumnos en grupos, propone las normas, explica el procedimiento y reparte los roles.

El aprendizaje colaborativo, en el que el docente adquiere el papel de guía de la actividad (y brinda ayuda cuando sea solicitada). Explica la tarea y el objetivo de la misma, pero son los alumnos quienes reparten los roles y deciden el procedimiento para desempeñarla.

La gran ventaja de ambos tipos de aprendizajes es que pueden aplicarse en el aula en todas las asignaturas y etapas educativas, incluso en Educación Infantil.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Grupo SM en la siguiente dirección: grupo-sm.com



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