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UNICEF: Guía para prevenir el acoso escolar (Descarga gratuita)

Según la UNESCO uno de cada 4 estudiantes “es víctima de agresiones y un 12 % recibe acoso a través de las redes sociales” y “uno de cada tres niños es víctima de intimidación escolar”. Y gracias a los estudios, la evidencia científica ha sugerido a lo largo de los años, que diversos problemas de salud mental están asociados con el acoso, ciberacoso o bullying. Sin embargo, este tema ha sido o está siendo poco explorado en cada centro educativo, pues se reacciona ante los “hechos consumados” o las urgencias. Y como educadores estas cifras no pueden quedar solo en papeles, o esperar emergencias y menos buscar “culpables”.

Es vital el prevenir en nuestros centros educativos que se produzcan actos de violencia de una o varias personas hacia otra «sin que medie la provocación», por un tiempo prolongado, de manera organizada, sistemática y estratégica, que afecta a la confianza y autoestima de uno o más alumnos que lo sufren, y se prolonga sin que la víctima reciba la ayuda adecuada.  El acoso hace más posibles los estados de ansiedad y depresión, que afectan al aprendizaje, incluso el abandono de los estudios. ¿Ha experimentado usted, en su centro educativo, situaciones de acoso? ¿Cómo han reaccionado?

EL BULLYING MATA (07´ 33”)

Los estudios del Centro Llorens nos dice que: “los efectos del acoso escolar en las víctimas pueden dificultar su capacidad para integrarse y relacionarse; especialmente, si perduran en el tiempo. En estos casos, el problema puede derivar en un deterioro de sus habilidades sociales y de otras relacionadas, como el asertividad, la empatía o la gestión de emociones, como la ira y el miedo”. Esta violencia o molestia escolar no solo se da en el recinto escolar, “ya que, actualmente, el acoso suele extenderse más allá del colegio o instituto a través de las redes sociales. Con el uso de las redes sociales, también necesitamos conocer y dialogar sobre el ciberacoso o ciberbullying, que es la variante del acoso que se produce a través de internet: plataformas virtuales, mensajes de texto, chats, redes sociales… Y sabemos que el ciberacoso tiene unas características particulares: los contenidos se hacen virales y permanecen; los agresores pueden tener sensación de anonimato y un falso sentimiento de impunidad, y las consecuencias en las víctimas son más difíciles de evaluar”. ¿Cómo generar un ambiente sano y libre de agresiones? ¿Seremos capaces de invertir el tiempo necesario para concientizar la importancia de una convivencia respetuosa y libre de violencia en las escuelas?

Publicaciones que podrían ser de utilidad:

“La violencia y el acoso en el centro educativo, incluido el ciberacoso, adoptan formas directas e indirectas que pueden afectar en todos los aspectos de la personalidad, producir daños sociales, reducir el acceso a una educación de calidad y empeorar la salud física y mental, y el bienestar emocional, todo ello asociado a consecuencias duraderas que persisten en la edad adulta y generan grandes costos para la sociedad” (cf UNESCO). Y para prevenir el acoso y el ciberacoso siempre será necesario el diálogo, la comunicación, el intercambio de ideas, la escucha, … la construcción de un protocolo para tratar el acoso. La psicóloga educativa Mayti Gálvez sostiene que lo importante es que los hijos [y estudiantes] se sientan acompañados y no fiscalizado, de lo contrario se desgastará la confianza que tienen en sus padres [y profesores]. En la medida que los adultos se involucren en las tareas de sus hijos, más allá de ayudarlos a hacerlas o supervisar que estén bien hechas, podrán controlar qué tipo de materiales llevan a clase”. Cf PREVENGA EL ACOSO ESCOLAR CON BUENA COMUNICACIÓN

La UNICEF nos brinda un material -que ojalá le sea útil o pueda acondicionar a su realidad educativa- para tratar seriamente el acoso escolar y la responsabilidad de cada integrante de la comunidad educativa, sabiendo que quien mira hacia otro lado o hace oídos sordos al grito de auxilio de los estudiantes, es cómplice de esa violencia. Permítanos decir en voz alta: ¡Ya basta de improvisaciones! Necesitamos centros educativos con protocolos o normatividad clara, precisa y socializada sobre este mal que afecta, sobre todo, a los estudiantes más débiles emocionalmente.

La guía que se nos ofrece UNICEF, puede servir de recurso para adoptar y adaptar medidas, que nos permitan: garantizar la protección de toda la comunidad, promover el conocimiento de nuestros estudiantes, conocer la influencia y los riesgos en la convivencia de su entorno familiar y fomentar la autoprotección. Esta tarea no es solitaria o para algún educador de buenas intenciones, sino se hace con el concurso de los padres, madres y tutores, para trabajar con ellos de manera constante y cercana. En algunos países, muchos de nuestros centros educativos no cuentan con el personal profesional para tratar la salud mental de los estudiantes y profesores, y esto hace que sea urgente y necesaria la formación y capacitación de los padres y profesores, pues bien sabemos que las “autoridades educativas” no se levantan de sus escritorios y menos dialogan particularmente con las comunidades escolares a su cargo, y menos temas como éste, hasta que salen en los medios de comunicación social masiva.

UNICEF

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Consideramos que, cuanto más conscientes y responsables seamos sobre la importancia de prevenir cómo erradicar la violencia de nuestros entornos educativos, más fácil será el buscar ayuda, el dejarnos ayudar y tener muchas más posibilidades de orientarnos para solucionar estos problemas con profesionales. La UNICEF nos dice que “las situaciones de acoso escolar en el ambiente educativo exigen un esfuerzo coordinado y articulado de asignación de tiempo, recursos, tareas y responsabilidades de todas las personas de la comunidad educativa e instituciones responsables de la atención de la población infanto juvenil. Por esta razón y motivados por la firme convicción de que los y las estudiantes tienen derecho a un ambiente escolar sano”, proponemos la lectura y diálogo del PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE SITUACIONES DE ACOSO ESCOLAR.

Preguntémonos (no preguntemos): ¿Debemos dar a nuestros niños y jóvenes orientaciones para usar las redes sociales? ¿Tenemos que normar y hacer conscientes a nuestros estudiantes sobre la importancia de controlar el uso de internet? ¿Entendemos los padres y profesores la magnitud del problema que conlleva dejar sin control a un niño en las redes? ¿Qué protocolos contra el acoso escolar hay en mi centro Educativo?  ¿Hemos socializado conveniente y evaluado la difusión de nuestras políticas educativas contra el acoso y el ciberacoso escolar?  Preguntas que, muy probablemente, la mayoría responderíamos que si. Sin embrago, es conveniente no olvidar que “la responsabilidad social en el ejercicio efectivo del derecho a la educación; que en los supuestos acreditados de acoso escolar, abre paso a la doctrina de la responsabilidad compartida entre los centros educativos (por culpa in organizando) y de los progenitores (por culpa in educando), que habrán de acabar respondiendo por los daños sufridos por las víctimas de acoso escolar, salvo que demuestren haber empleado ese conjunto de precauciones que la ley o el buen sentido aconsejan adoptar en el desarrollo del proceso educativo para evitar daños previsibles”, según Juan José Arévalo, preparador de las oposiciones de acceso al Cuerpo de Inspectores de Educación de España. Cf RESPONSABILIDAD COMPARTIDA ANTE EL ACOSO ESCOLAR

Las experiencias de otros sistemas educativos, de otros países y la ayuda de algunos organismos internacionales, nos recuerda la afirmación del filósofo francés Voltaire: “Hay alguien tan inteligente, que aprende de la experiencia de los demás”. Y es así que escuchada la experiencia de sus miembros la UNICEF, nos propone involucrarnos en la prevención y lucha contra el acoso, el ciberacoso o bullying con estos consejos:

  1. Hablar con los estudiantes sobre temas no relacionados con la escuela.
  2. Dejarles que te sorprendan con sus intereses.
  3. Recordar con ellos cosas sobre sus vidas.
  4. Compartir tus propias vivencias.
  5. Hacer cosas con ellos, compartir actividades.
  6. Contarles historias graciosas, incluso ridículas.
  7. Compartir momentos de inspiración que hayamos vivido en nuestra vida.
  8. Hacer un poco el tonto. Relajarse con ellos.
  9. Introducir sus intereses en nuestro tiempo libre.
  10. Disculparnos cuando metamos la pata.

La tecnología de hoy, donde sea posible, nos está ofreciendo muchas rutas para erradicar el acoso escolar en todas sus variables actuales, y prepararnos para los futuros fenómenos sociales que manifiesten formas de relaciones violentas entre pares. Como educadores que caminamos con nuestros niños y jóvenes a la misma velocidad virtual, no debemos desaprovechar en el ámbito de la TIC, mejorar las relaciones humanas, la adquisición de conocimientos y la educación integral. Aún sabiendo que “no existe una fórmula mágica ni una solución única, pero la opción más adecuada pasa por la prevención y la educación en competencias digitales.” El Ministerio de Educación del Perú, en el año 2018 editó una cartilla como herramienta para conseguir un mejor ambiente de convivencia escolar, que no sabemos qué efectos tuvo, pero podría servirnos de recurso para nuestros protocolos o normatividad particular. Y lo encuentre en este enlace: PREVENCIÓN Y ATENCIÓN FRENTE AL ACOSO DE ESTUDIANTES

La descarga gratuita de esta guía de la UNICEF la puede encontrar en estos dos enlaces. Usted decida:

«Todos nacemos con seis emociones básicas: la alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa y asco; pero si no se educa la expresión se generan problemas interpersonales y si se reprimen se generarán problemas de salud». (Begoña Ibarrola 10/03/2020)

REDACCIÓN WEB DEL MASTRO CMF



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