Singapur y sus siguientes metas en educación después de pisa

Para algunos expertos la clave del éxito educativo de la República de Singapur, radica en su metodología de enseñanza, porque mucho se apuesta a la escuela primaria, ya que en los seis años básicos se construye el futuro, en base al “mérito, esfuerzo, bilingüismo, presión familiar y separación según los resultados académicos” (Excélsior (México)). Su modelo educativo convirtió a Singapur, en una nación que hace treinta años pertenecía a las más pobres del mundo, y ahora, parece ser, un ejemplo a seguir.
Las ideas que trazan la política educativa de Singapur está en The Desired Outcomes of Education, [Los resultados deseados de la educación] documento oficial que el gobierno de Singapur viene elaborando y reelaborando desde 1997, y dice en una de sus tres partes: “Más allá de las aulas, los pizarrones, las computadoras o tabletas, hoy la educación es uno de los mayores retos del ser humano.

De alguna manera educar es una revisión crítica de la propia vida para, así, mejorar la de quienes nos siguen. Qué transmitir, cómo hacerlo, qué debe ser conservado, qué descartado. La educación es una creación dinámica, de las mayores creaciones del ser humano. Detrás de todo proyecto educativo hay un deseo, debe haberlo. No es ya una cuestión deontológica, del deber ser, algo que no se cuestiona, esa versión victoriana y muy dogmática de la educación. El deseo es mucho más libre y, en algún sentido, lúdico, heurístico, de invención”, [Federico Reyes Heroles, Excelsior (México)].

El siguiente paso que dará la educación de Singapur, según Lim Lai Cheng, Directora de la Universidad de Gerencia de Singapur, será conseguir (entre otros) los siguientes veinte objetivos:

  1. enfocarse en la actitud positiva, la resiliencia y el estado de conciencia plena (mindfulness),
  2. fomentar la unidad entre las escuelas,
  3. impulsar una filosofía que valora el esfuerzo,
  4. promover la empatía, la responsabilidad social y la participación ciudadana hacia una sociedad más equitativa,
  5. capacitar a los estudiantes según los requerimientos de la nueva economía digital,
  6. abandonar la obsesión (de padres y alumnos) de obtener buenas notas e ingresar en las mejores escuelas,
  7. orientar en la importancia de los valores,
  8. alentar la eliminación de exámenes, particularmente en los primeros años de escolarización, y concentrarse en el desarrollo integral del niño,
  9. entender el progreso personal y social que realizan los niños con «Diarios de reflexión» y «Anotaciones acerca del carácter» (de Martin Seligan[1]),
  10. incorporar al plan de estudios, el enfoque de bienestar integral,
  11. enseñar a interactuar con otros, plantearse metas y trabajar para lograr alcanzarlas,
  12. suscitar una cultura de solidaridad y confianza en la escuela,
  13. un estilo de vida saludable,
  14. dar importancia al tiempo que los niños pasen con sus padres y que éstos les inculquen los valores adecuados,
  15. rotar a los directores, de manera que los más experimentados puedan ayudar a las escuelas que se encuentran rezagadas,
  16. prestar más atención a estudiantes que tienen dificultades académicas y fortalecer la capacitación técnica y vocacional,
  17. que las escuelas no «exhiban» sus logros académicos y tampoco a sus alumnos más exitosos,
  18. saber que salir de la escuela va mucho más allá de lo que se aprende en los exámenes,
  19. contar con asesores que orientan a los estudiantes y los ayudan a descubrir sus habilidades y fortalezas, y
  20. fortalecer el vínculo entre la escuela y el hogar.

Si desea ampliar este resumen, puede ingresar a BBC MUNDO, en este enlace:

Y como resultado de esta educación, se espera que todo ex alumno, y futuro ciudadano:

  1. Tenga confianza en sí mismo y un claro sentido de lo que es correcto y de lo que no lo es. Será capaz de discernir y establecer con independencia su propio juicio. No se trata de una versión maniquea de bien y mal, la corrección es la brújula.
  2. Será un autodidacta dirigido que se responsabiliza de su propio proceso con una actitud crítica que persevera en la búsqueda del aprendizaje. No se habla de un conocimiento dirigido sino de un proceso de aprendizaje infinito.
  3. Será un colaborador activo capaz de trabajar con eficacia en equipos, de proponer iniciativas, calcular riesgos y disputar por la excelencia.
  4. Será un ciudadano comprometido y enraizado en su país, con una fuerte conciencia cívica, informado y con un rol activo en la mejoría de la vida de sus conciudadanos.

Este camino lo inició Lee Kuan Yew, quien fue durante más de 30 años primer ministro de Singapur, y logró forjar un Singapur próspero, moderno, eficiente y prácticamente libre de la lacra de la corrupción. Diseñó un amplio programa de reformas para sacar a Singapur del «pozo negro de la miseria y la degradación», y fue reinventando el país en esas tres décadas, sentando las bases de una nación que actualmente está entre las mejores en educación, sanidad y competitividad económica.

Saber y valorar el camino recorrido por Singapur, conocer sus planes inmediatos y el perfil del estudiante al finalizar sus estudios, nos plantea el desafío de preguntarnos: ¿Qué podemos aprender del camino recorrido por Singapur? ¿Qué me puede servir del itinerario educativo de un país pobre, hace 30 años? ¿Qué opinamos sobre los objetivos inmediatos y del perfil del ex alumno? ¿Creo en la capacidad de mi pueblo y de mi sociedad para construir un futuro mejor?

FUENTE:

[1] Martin Seligman es un psicólogo, educador y escritor norteamericano, conocido por su teoría de la indefensión aprendida (learned helplessness), la teoría del optimismo aprendido (learned optimism) y por ser uno de los pioneros de la psicología positiva.

REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF



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