En una entrevista que le hizo la Universidad de Alcalá a Stella Villarmea quien es una filósofa e investigadora española, catedrática de Filosofía de la misma Universidad de Alcalá, afirma que la presencia de una asignatura común de Ética es necesaria e imprescindible, puesto que la enseñanza obligatoria debe incluir, como contenidos filosóficos esenciales de la educación, la reflexión y el análisis crítico-racional sobre temas como el ser humano y su dimensión moral, el problema de la libertad, las nociones de deber, derecho y principio; la distinción fundamental entre lo moral, lo político y lo legal; el análisis del pluralismo de las concepciones del bien, una introducción a las teorías de la justicia, la relevancia de la Ética pública y de la integridad personal, la igualdad de trato y la no discriminación y, finalmente, el valor de racionalidad del diálogo y los procedimientos deliberativos que dan soporte a la misma democracia.
Stella Villarmea recomienda que se debe convencer a los dirigentes de que no solo están cometiendo un error educativo, sino también político al no dar valor al consenso sobre la Filosofía, tras la historia de los avatares del frustrado pacto educativo. El objetivo de la educación obligatoria es fomentar la autonomía y la responsabilidad de la futura ciudadanía. La Ética ha sido siempre una parte fundamental de la Filosofía, desde sus orígenes en la Grecia antigua, y debe ser impartida por el profesorado de Filosofía, como recomienda expresamente la UNESCO. Requiere, finalmente, de una dotación horaria suficiente que permita dotarla de rigor y seriedad. Necesitamos restituir la dignidad de la Filosofía en el sistema educativo y la opinión pública nos es favorable. Usted puede continuar leyendo la entrevista a en el siguiente enlace: ¿Por qué la ética y la filosofía son fundamentales en la educación?
La ética y la filosofía en el salón de clases
Todo centro educativo, busca moralizar a los estudiantes, es decir, orientarlos acerca de lo que está bien o mal, de lo que es correcto e incorrecto. Y eso es labor de los tutores y de cursos como “Orientación del educando” o “Persona, familia y relaciones humanas”. No obstante, ¿qué puede aportar la ética filosófica a la educación de adolescente? ¿Y para qué?
La ética, como reflexión filosófica, no busca moralizar, sino hacer pensar al alumno, sobre las conductas, las expresiones, las creencias, los sentimientos morales y las normas, presentes en una determinada situación. ¿Cómo hacerlo? Analizando la moral de la época, encontrar su razón de ser o quizá, su carencia de razón, viendo el fundamento de nuestras creencias, normas y valores morales.
Esto debido a que la moral, o las morales, de una época adquieren vitalidad cuando pasan por el tamiz de la crítica. Recordemos que mucho de lo que en el pasado era aceptado moralmente, no lo aceptamos ahora, pues la crítica hizo su labor. Esto no significa que la crítica siempre destruya la moral, sino busca renovar su sentido.
Los alumnos adolescentes ya tienen incorporada una moral, sea a través de su familia, amigos, colegio o medios de comunicación. Sin embargo, requieren orientación para pensar críticamente sobre su propia moral, por ejemplo, ¿por qué debo respetar al otro? ¿todas las personas son dignas de respeto? ¿qué significa el respeto? Analizando casos, el alumno puede aclarar sus razones para actuar, sabiendo por qué debe rechazar la discriminación o el racismo. Así, la clase podría ser un espacio de análisis, de pensar sobre sí mismo y sobre el mundo, siguiendo el dictum socrático: “Una vida sin indagación no es digna de ser vivida”.
¿Y esto para qué? La enseñanza de la ética puede tener tres finalidades interrelacionadas: si deseamos vivir en democracia, debemos crear ciudadanos capaces de pensar y dialogar con otros, para tomar decisiones moralmente aceptables. Así, la ética tiene un sentido político. La otra finalidad es personal, pues el individuo requiere herramientas para pensar e ir construyendo racionalmente su propia vida moral. Y ambas finalidades, orientadas por un sentido ético más amplio: aprender a reconocernos como ciudadanos del mundo, responsables por la humanidad y la naturaleza.
La importancia de la Educación Física en la escuela
La Educación Física se considera como área obligatoria según lineamientos del Ministerio de Educación Nacional para la educación básica. Se ha constituido como disciplina fundamental para la educación y formación integral del ser humano, especialmente si es implementada en edad temprana, por cuanto posibilita en el niño desarrollar destrezas motoras, cognitivas y afectivas esenciales para su diario vivir y como proceso para su proyecto de vida.
A través de la Educación Física, el niño expresa su espontaneidad, fomenta su creatividad y sobretodo permite conocer, respetar y valorarse a sí mismo y a los demás. Por ello, es indispensable la variedad y vivencia de las diferentes actividades en el juego, lúdica, recreación y deporte para implementarlas continuamente, sea en clase o mediante proyectos lúdico-pedagógicos.
Por lo general, las instituciones educativas desconocen la importancia que la Educación Física representa para la básica primaria, porque ella, como otras disciplinas del conocimiento, a través del movimiento, contribuyen también con el proceso de formación integral del ser humano para beneficio personal, social y conservación de su propia cultura.
Si la Educación Física se estructura como proceso pedagógico y permanente se pueden cimentar bases sólidas que le permitirán la integración y socialización que garanticen continuidad para el desarrollo y especialización deportiva en su vida futura.
A través de la clase de Educación Física los niños aprenden, ejecutan y crean nuevas formas de movimiento con la ayuda de diferentes formas jugadas, lúdicas, recreativas y deportivas. En estas clases el niño puede desenvolverse, ser creativo y mostrar su espontaneidad como un ser que quiere descubrir muchas alternativas que pueden ser aplicables en un futuro en su vida social y que no lo pueden lograr fácilmente en otras asignaturas del conocimiento.
Para hablar de una educación integral, en la que ningún aspecto del ser humano quede librado al azar, debemos considerar (y esto no es ninguna novedad) el cuerpo y la mente conformando una unidad, por lo que la educación física no debe ubicarse dentro del escalafón programático como la hermana menor de las disciplinas intelectuales, sino en un nivel de paridad, ya que una contribuirá con la otra para el desarrollo de logros cada vez más complejos. Vayamos a un ejemplo absolutamente cotidiano y de fácil observación. Basta señalar los avances que se advierten en la motricidad de los niños de tres años cuando trabajamos con ellos el espacio desde lo corporal y lo cognitivo, utilizando simultáneamente el trazo sobre la hoja de papel y el trabajo en el patio con gis, los niños van reconociendo, indicando, señalando, marcando, observando límites (adentro y afuera, arriba y abajo.), etcétera.
Seguramente, casi ninguno de nuestros futuros alumnos va a ser un deportista con un fichaje millonario, ni el deporte será su media de vida. Pero una actividad física adecuada posibilitará desarrollar plenamente su actividad cotidiana, sin sufrir dolores de espalda mientras trabaja en la oficina, o un incesante cosquilleo en las piernas por problemas de circulación, o unas varices por estar mucho tiempo de pies.
Un tiempo adecuado de actividad física correcta, complementa de la mejor forma posible el desarrollo integral de las personas, tanto de la perspectiva mental como corporal, debiendo adecuar los minutos de estudio, con los que son necesarios para el juego o el deporte.
La inclusión de la Educación Física como un espacio respetado y asistido por la comunidad educativa necesita su acompañamiento. ¿Cómo y qué deberíamos hacer? Advertir su importancia, sus competencias y, al mismo tiempo, preparando el terreno para que la huella que deje en los niños sea perdurable y socialmente significativa. Es decir, si queremos que los niños y las familias le den importancia al área debemos comenzar por darle, nosotros como docentes, la misma jerarquía que los demás subsectores. En definitiva la importancia de la enseñanza de la Educación Física contribuye en la formación integral de los estudiantes.
Al respecto, aseguran: “Es la base para que el niño despierte su motricidad e inteligencia en la adquisición de experiencias para el desarrollo del conocimiento”; “con la educación física se logra mejorar las relaciones interpersonales y de grupo”; “porque es fundamental el ejercicio físico bien orientado que ayude a alcanzar un desarrollo armonioso, a mejorar la postura, el caminar, etc.”; “mejora a través de las actividades físicas, la capacidad motora básica para el desarrollo de procesos de crecimiento físicos-conocimientos, personalidad e interacciones sociales”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por El Comercio (Perú) y de EF Deportes (España).