La tecnología y la pandemia han fomentado el uso de dispositivos para leer y escribir, aunque expertos coinciden en la importancia de no abandonar el uso de lápiz y papel pues ayuda a desarrollar habilidades motoras, cognitivas y relacionales.
Priscilla cuenta que sus hijos siempre sintieron cercanía con la tecnología, pero fue durante las cuarentenas que esa afición pasó a lo que ella califica como un siguiente nivel.
Y más allá de las horas de juegos y videos en YouTube, lo notó en una situación concreta: la sorpresa que le causó cuando Alonso, su hijo de siete años, volvió a escribir en uno de sus cuadernos.
“No lo había pensado, pero me llamó mucho la atención su caligrafía. Después de tanto tiempo en pantallas, su letra era mucho peor que antes”, relata.
Su observación es respaldada por especialistas como el doctor Eduardo Sandoval-Obando, investigador adscrito al Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chile, quien plantea que tanto en el país como en el resto del mundo se ha observado una tendencia creciente hacia el uso de dispositivos electrónicos, lo que fue potenciado por los periodos prolongados de confinamiento que se implementaron durante la pandemia.
“La escritura digital fue predominante durante este periodo, coartando la promoción de la escritura a mano. Esto ha llevado a una disminución en la cantidad de tiempo que los ninos dedican a escribir a mano, y en algunos casos, a la ausencia de una estimulación y acompañamiento parental para la promoción de la habilidad de los niños para escribir de forma legible y rápida, repercutiendo negativamente en su desarrollo cognitivo, motriz y social”, apunta el doctor Sandoval-Obando.
En ello coincide Abraham Novoa, académico de la carrera de Educación Diferencial en la Universidad de Las Américas sede Concepción, que profundiza en los beneficios de escribir a mano.
Silvana de la Hoz, Académica UDP”
“El aprendizaje de la escritura a mano permite desarrollar habilidades de motricidad fina, así como la capacidad para procesar patrones visuales diferentes a los que ofrece la uniformidad del teclado; esto es muy beneficioso para el cerebro, ya que implica aprendizaje”, comenta el experto.
Por su parte, Sandoval-Obando consigna que escribir no es sólo una actividad motora, sino que también una habilidad. “En su ejecución están involucrados la memoria de trabajo, el nombramiento de letras, la planificación para formar letras, la integración de información visual y táctil, así como el loop ortográfico o movimiento de trazo que permite anticipar la comprensión de la palabra. Por consiguiente, la escritura a mano en niños tiene diversas implicaciones en el desarrollo motriz, cognitivo y relacional”.
Promover
Silvana de la Hoz, académica de Pedagogía en Educación General Básica Universidad Diego Portales, coincide con el diagnóstico de los otros especialistas, y agrega que se ha demostrado que escribir a mano tiene “múltiples beneficios que se vinculan al desarrollo de la memoria, la concentración, la atención y, al mismo proceso de aprendizaje”.
Sin embargo, apunta, su práctica no tiene por qué contradecirse con la escritura digital.
“La escritura a mano potencia ciertas habilidades cognitivas, pero la escritura en pantalla también es una necesidad en el mundo globalizado en el que vivimos, por tanto, no creo que el debate deba centrarse en cuál es mejor que la otra, sino más bien deberíamos discutir en torno a cuáles serían las condiciones base para generar experiencias de aprendizaje que potencien ambas modalidades de escritura”, explica.
Por esto, comenta la especialista, una de las principales claves para rescatar la escritura a mano es fomentar la lectura y la escritura en general.
Sandoval-Obando, Investigador U. Autónoma”
“Una de las formas de potenciar y recuperar espacios donde los niños escriban es, sin duda, su contexto más cercano. Por ejemplo, los padres, madres o cuidadores pueden realizar listas de compras, tarjetas de saludo para los cumpleaños, cartas dirigidas a un familiar lejano, así como también generar espacios de juego, tales como el ahorcado, crear historias o contar anécdotas, luego escribirlas e ilustrarlas”, plantea la académica.
En ello se manifiesta de acuerdo Abraham Novoa, quien comenta que “algunos escolares sienten rechazo por la escritura manual, ya que su experiencia ha sido la reproducción de textos a través de la copia o el dictado. Una forma de incentivarla es a través de espacios de escritura que incluyan tanto la motricidad del grafismo manual como del grafismo digital”.
“La estimulación de la grafomotricidad en los niños es beneficiosa para su desarrollo. Por ende, los padres, madres y cuidadores tienen una gran responsabilidad en la promoción de esta habilidad”, concluye el doctor Sandoval-Obando.
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