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[Matilde Alvino] ¿En qué medida es aplicable el Plan Bolonia a la realidad peruana y/o latinoamericana?

Si pensamos en el Plan Bolonia de educación universitaria de Europa, como un modelo aplicable a Perú o a los países de la región, debemos tener en cuenta que, como decía Einstein todo es relativo y nada es absoluto, porque nuestra realidad y la realidad latinoamericana son muy diferentes, sus problemas son distintos, las condiciones no son homogéneas a la de los países de la Unión Europea y por lo tanto, sería imposible adoptar el plan tal cual es.
El Plan Bolonia, creó el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), un espacio común de discusión del tema educativo, con el fin de transformar el modelo vigente en esa época (1999), homologando la educación, facilitando el intercambio de titulados entre países, con la pretensión de consolidar un gran sistema universitario. Más de 20 años después de su implementación, los resultados, en todos los países firmantes del plan, no han sido los esperados. Sin embargo, el plan también llamado Proceso de Bologna, aporta y nos hace aspirar a un sistema propio, moldeado a nuestra realidad, un espacio capaz de elevar la calidad de la educación y de la gestión educativa y donde los títulos fueran reconocidos en otros países.

El Plan de Bolonia se caracteriza por:

En Latinoamérica, no contamos con un espacio común, ni político, ni económico, ni monetario como en el caso del euro de Europa y menos aún, un espacio del conocimiento, en el que pudiéramos discutir la implementación de un sistema educativo común, que nos pudiera garantizar una formación de calidad para los jóvenes, que responda al perfil profesional que exige la sociedad del siglo XXI.

En cuanto al cambio en la dinámica enseñanza-aprendizaje, suprimiendo la clase magistral y dándole un enfoque más práctico, este aspecto, es coincidente con la tendencia del modelo socio-constructivista que tenemos en Perú y llevan a la práctica varios países de la región, claro está con sus propias condiciones o peculiaridades. Así que, considero que por ese lado, sería aplicable este aspecto del Plan Bolonia en nuestro país, aunque quizás se corra el riesgo de perder la transmisión valiosa de la sabiduría y experiencia de grandes docentes.

En lo que se refiere a los títulos y créditos académicos, el plan considera 3: Estudios de grado, que se pueden hacer de 3 a 4 años como máximo, el Master de un año y el Doctorado de dos años de estudio. La licenciatura y los diplomados quedan fuera. En contraparte, los peruanos contamos con una Ley Universitaria puesta en vigor desde el año 2014 y la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria SUNEDU, que asegura la oferta de una educación de calidad a favor de los estudiantes, con el licenciamiento y respeto a la autonomía universitaria. Por lo que, en Perú y varios países latinoamericanos los estudios de grado duran 5 años, excepto la carrera de medicina humana que puede durar entre 8 y 9 años de estudio, porque se le suma la especialización de 3 a 4 años. Además, es exigencia de la ley, hacer una tesis de investigación para obtener el título o licenciatura. La maestría y el doctorado, son estudios de posgrado que pueden durar de 2 a 4 años y los diplomados de 6 meses a 1 año; pero a diferencia del Plan Bolonia deben ser costeados íntegramente por los mismos estudiantes que, generalmente, no cuentan con los recursos económicos necesarios, pudiendo sí, postular a becas a través de INABEC o BECA18, para ver si pueden difícilmente alcanzar alguna, por la cantidad de postulantes.

De aplicarse en este aspecto, el Plan Bolonia, sería de gran utilidad para todos, una carrera de 4 años da la oportunidad de trabajar más temprano, de adquirir experiencia en el campo real y poder seguir los estudios de posgrado subvencionados por el Estado en calidad de préstamo, lo que representaría una oportunidad para crecer como persona y profesional con autonomía y responsabilidad. Aunque, luego de concluida la beca del posgrado debiera retribuir el préstamo, lo haría ya cuando estuviera trabajando y sería mejor aún, si estudia en el extranjero porque retornaría para contribuir con su país y no sucedería lo que generalmente ocurre aquí que los universitarios se quedan en el extranjero buscando mejores oportunidades.

Y si hablamos de la movilidad de estudiantes y docentes puede ser muy enriquecedor, por la experiencia misma del intercambio cultural y otras perspectivas de ver el mundo, pero también,  por lo que tanto anhelamos en nuestro país, la posibilidad de convalidar nuestros estudios entre universidades de aquí y en el extranjero. Al tener una homologación en educación entre los países de la región, ya no necesitaríamos convalidar estudios, que en muchas ocasiones es un proceso infructuoso y las universidades no aceptan porque prefieren guiarse por su interés lucrativo.

Entonces, la movilidad de titulados enriquece la experiencia académica y cultural y brinda oportunidades nuevas de trabajo a los docentes también, se propicia un ambiente armónico de cooperación para una educación de calidad en la sociedad del conocimiento. Esto es un sueño para América Latina y por ende para nuestro país. Pero la realidad es que, en Perú existen 142 universidades entre públicas y privadas y sólo 94 de ellas fueron licenciadas por la SUNEDU (92 universidades y 2 Escuelas de Posgrado).  Además, a diferencia de Europa, la mayoría de las universidades son autónomas, es decir, no dependen del Estado, por lo tanto, el Estado peruano norma y exige calidad educativa y son las mismas instituciones de educación superior, las que establecen sus propios criterios de coordinación, que les permiten la convalidación de estudios. Así mismo, las universidades públicas son subvencionadas por el Estado a través del tesoro público y el canon, y pueden recibir donaciones de entidades privadas o la financiación de gobiernos regionales. En Europa con el Plan Bolonia, el Estado financia el pregrado y hace préstamos a los alumnos para que sigan los estudios de posgrado, pero al anular las becas propiamente dichas, perjudican al alumnado de menos recursos.

Entonces, podríamos asumir parcialmente la aplicación del plan en estos aspectos.

Otra coincidencia que podemos tener con el Plan Bolonia, es la referida a la evaluación permanente. La manera de evaluar a nuestros alumnos ha variado y con más razón en la educación virtual de estos tiempos de pandemia. Preferimos una evaluación formativa de acompañamiento al estudiante, a la evaluación sumativa, que califica el rendimiento.

Un aporte valioso, es el hecho que el plan considera prácticas pre profesionales obligatorias para ciertas carreras, esto le abre una oportunidad de experiencia al estudiante y facilita su ingreso al mundo laboral y sus relaciones. En nuestro país, algunas universidades privadas, ofrecen un espacio para la realización de estas prácticas, como por ejemplo la facultad de comunicaciones de la UTP que cuenta con un canal interno de TV o la Universidad San Martín que cuenta con un canal de TV en cable, donde los alumnos de los últimos años de carrera tienen posibilidad de hacer sus prácticas y la universidad replica el ambiente laboral para prepararlos para sus futuros trabajos. Esta es una práctica sólo de algunas universidades, en cambio en la Unión Europea esto es una realidad.

Finalmente, podemos mirar el Plan Bolonia como un marco a seguir en ciertos aspectos, sin embargo, antes de optar planes extranjeros, debemos mirarnos y confrontar nuestra realidad. Esa que, nos dice por todos lados que somos un país de gran diversidad cultural, pluricultural y multicultural, lo que constituye todo un reto para el sector educación, debido a las desigualdades sociales, culturales, económicas, por la diversidad étnica, lingüística y demográfica. Por eso, es preciso un espacio común a toda Latinoamérica dedicado a buscar transformar nuestra realidad educativa por una que promueva la calidad, la equidad, la inclusión, la democracia y la interculturalidad; que procure la innovación, la investigación y el desarrollo científico, un espacio que represente una oportunidad para mejorar la calidad educativa en un ambiente de respeto y tolerancia.

En las universidades públicas por falta de recursos, de presupuesto, por burocracia, por corrupción y otros factores más, no se ha desarrollado mucha investigación y menos se ha progresado en temas de ciencia y tecnología.

En la Unión Europea, el estado subvenciona los estudios hasta el pregrado y  el sector privado financia a través de préstamos, los estudios de posgrado. Pero la debilidad del plan se nota cuando por fomentar la inversión privada para estos financiamientos le impone un carácter mercantilista a la educación, así la universidad es un lugar donde se ofertan títulos y los estudiantes pasan a ser clientes. Esta es una de las principales críticas que hace España desde que se incorporó al plan. Y esto mismo ocurre aquí algunas universidades ya llaman a sus alumnos clientes.

En Perú, así como en los países de Latinoamérica, sería muy difícil homogenizar los currículos universitarios, para lograr los intercambios y movilidad de estudiantes, justo por las características particulares de cada sistema educativo y las características propias de cada país; pese a tener historias similares, incluso compartir las mismas frustraciones como pobreza, desigualdad, corrupción, deterioro del medio ambiente. Además, en algunos países, las universidades se convirtieron por mucho tiempo en grandes negocios, que priorizaban sus intereses económicos en detrimento de la calidad de la educación que impartían, pero la SUNEDU en Perú acabó con muchas de ellas.

En la región, los sistemas de educación superior, presentan muchos problemas estructurales, de organización y funcionamiento, por lo que pareciera que, difícilmente podrían converger en un mismo espacio del saber y el conocimiento.  Aunque hay antecedentes de colaboración entre universidades latinoamericanas y la Unión Europea que pretenden rescatar aspectos del Plan Bolonia. Uno es el Proyecto Alfa- Tuning- América Latina producto de la IV Reunión de Seguimiento del Espacio Común de Enseñanza Superior de la Unión Europea, América Latina y El Caribe (UEALC), llevado a cabo en España en 2002. Donde uno de los objetivos principales del proyecto latinoamericano, es crear modelos curriculares que sirvan de referencia y estimulen el reconocimiento mutuo de certificados y la integración de los sistemas de educación superior a nivel latinoamericano.

Otra iniciativa similar que también busca rescatar el espíritu del Plan Bolonia, es el Proyecto Europeo Réflex que, en su variante latinoamericana, lleva el nombre de Proyecto Réflex que, entre otras cosas, busca fortalecer la cooperación en temas de educación superior y garantizar el empleo de graduados universitarios en diferentes países de Latinoamérica.

Sin embargo, y pese a todo ello, creo que sería posible gestionar alianzas estratégicas entre universidades tanto públicas como privadas, con el fin de promover su integración e intercambio de experiencias. En Perú, esto es realidad con algunas universidades como la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Ricardo Palma, la Universidad de Piura y la Cayetano Heredia que unidas a otras 60 de la región no latinoamericana sino iberoamericana, han establecido estándares de calidad educativa,  para promover la cooperación, la investigación científica y el desarrollo de manera articulada, un trabajo cooperativo que puede ayudar a mejorar la educación del país y mejorar la competitividad en la región.

Aunque no se pudiera implementar el Plan Bolonia en América Latina, considero que presenta un horizonte de diálogo, propone temas, plantea soluciones, políticas y procedimientos que puede muy bien ayudarnos a lograr mejorar el sistema de educación universitaria en el Perú y en América Latina.

BIBLIOGRAFÍA:
  1. Brunner, J. J. (2008). El proceso de Bolonia en el horizonte latinoamericano: límites y posibilidades. José Joaquín
  2. García, G. (2012). El derecho a la educación, incluida la superior o universitaria, y sus obstáculos, incluido el “Plan Bolonia”.
  3. MINEDU (2014). Ley Universitaria, Ley30220 de la República del Perú.

NOTA DE REDACCIÓN: La Web del Maestro CMF publica los textos originales de su autor, no necesariamente coincide con lo expuesto en el tema, no se hace responsable de las opiniones expresadas, y no promociona ningún producto, servicio, marca o empresa.


Autor:
 Matilde Alvino, ciudadana peruana, nacida en Lima Perú.
Experiencia Laboral: Soy Comunicadora Social de la Universidad de Lima con especialidad en Comunicación Organizacional , Producción de TV y Periodismo Televisivo y Radial; con Pos grado en Dirección de TV en la Pontificia Universidad Católica del Perú, con 27 años de experiencia en el medio televisivo, actualmente soy Directora General del programa educativo La Pre Aprendo en Casa del Ministerio de Educación que se pasa por televisión nacional. Con 5 años de experiencia en Educación Superior en los cursos de Periodismo Televisivo para la facultad de Ciencia de la Comunicación de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) y directora del canal universitario de TV, capacitadora en programas para gente que trabaja en televisión, Asesora Externa del área de Comunicaciones de Desarrollo Urbano de Lima, Gerente General de Markcom Perú emprendimiento propio.
Actualmente cursando la maestría en Docencia Universitaria y Gestión Educativa en la UTP.
E-mail: [email protected]
Twitter: @matialvino

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