Para quienes estamos en el mundo de la educación, al experimentar y escuchar las opiniones sobre las consecuencias de la adopción de la Educación a Distancia, coincidiremos con el profesor William R. Inge de Cambridge (Inglaterra), que el “objetivo de la educación es el conocimiento, no de los hechos, sino de los valores”, y con Paulo Freire al afirmar que la educación no es neutral, pues todo acto educativo es un acto político. Y conforme pasa el tiempo de cuarentena, con las escuelas cerradas, nos vamos dando cuenta que ha traído efectos colaterales inesperados e impensados al inicio de nuestra planificación anual, y que no podemos, ni debemos asumir sin análisis. Los educadores tenemos la tarea de desarrollar nuestro “pensamiento crítico, lógico, analítico y reflexivo; es decir, el pensar de forma autónoma” (Alfonso Torres).
Los profesores sabemos por experiencia que, por más rutinaria que haya llegado a ser cualquier actividad, eso no nos exonera de prescindir del funcionamiento de la mente, componente general de toda actividad humana. Debemos, como profesionales reflexivos de la enseñanza, ayudar a que nuestros estudiantes (e indirectamente los padres de familia) valoren la capacidad humana de integrar pensamiento y práctica. Tenemos que ser los primeros en saber escuchar otras opiniones, puntos de vista, juicios, … como base de todo diálogo (insistimos, diálogo), que nos permite comprender, analizar, evaluar, sintetizar, renovar, adaptar, producir y difundir conocimientos, juntamente con los valores, en un marco de tolerancia y sana convivencia.
En estos momentos de crisis y desafíos educativos, los profesores (y padres de familia), tenemos que hacer el gran esfuerzo de buscar espacios (en nuestro ya reducido tiempo personal) para desarrollar nuestras capacidades intelectuales y lograr un pensamiento crítico, que nos permita transitar con éxito esta nueva forma de educación, comprendiendo, analizando, sintetizando, renovando, adaptándonos, produciendo y difundiendo conocimientos, así como reflexionando, conviviendo, dialogando, compartiendo, actuando y resolviendo problemas en nuestros propios contextos, ordinariamente marcados por la diversidad social y cultural, “todo ello en, para, sobre y desde el campo de la educación”, que no es otra tarea que “fortalecer el desarrollo del pensamiento crítico”. DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO EN LOS DOCENTES
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Con esta premisa, ponemos a su consideración y reflexión personal (y comunitaria, de ser posible) la opinión del profesor coreano Byung-Chul Han, un video colgado en YouTube por Politika Chile y Mundo y un pensamiento del profesor israelí Yuval Noah Harari, (cuya opinión compartiremos en otro artículo), sobre este momento histórico que estamos viviendo en el panorama educativo, y que invitamos a analizar con pensamiento crítico, a juzgar los “pros y los contras en el pensamiento y decidir de acuerdo con el equilibrio de la evidencia”, como nos diría el pedagogo norteamericano John Dewey.
El profesor Byung-Chul Han (o Pyong-Chol Han) (Seúl, 1959), estudió Filosofía, Literatura y Teología en Alemania. La Vanguardia (09/07/2016) publicaba una confidencia: “cuando era niño jugaba siempre con radios y aparatos eléctricos” pero al final se [decidió] por estudiar metalurgia en la Universidad de Corea. “Abandonó la carrera tras provocar una explosión en su casa mientras trabajaba con productos químicos. Llegó a Alemania con 26 años sin saber alemán ni haber leído casi nada de filosofía”. En el 2014 comentó: “… en Corea ni podía cambiar de estudios ni mi familia me lo hubiera permitido. No me quedaba más remedio que irme. Mentí a mis padres y me instalé en Alemania pese a que apenas podía expresarme en alemán. […] Yo quería estudiar literatura alemana. De filosofía no sabía nada. Supe quiénes eran Husserl y Heidegger cuando llegué a Heidelberg. Yo, que soy un romántico, pretendía estudiar literatura, pero leía demasiado despacio, de modo que no pude hacerlo. Me pasé a la filosofía. Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”.
CORONAVIRUS (09´ 14”)
Estudió en la Universidad de Friburgo, en la Universidad de Múnich. Se doctoró en Friburgo con una disertación sobre Martin Heidegger. Se incorporó al Departamento de Filosofía de la Universidad de Basilea, donde completó su habilitación. Es miembro de la facultad Staatliche Hochschule für Gestaltung Karlsruhe. Se desempeña como profesor de estudios de filosofía y estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín (UdK), donde dirige el Studium Generale, o programa de estudios generales.
Ha escrito más de dieciséis libros, sobre depresión nerviosa, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno límite de la personalidad, burnout, Internet, amor, cultura pop, poder, racionalidad, religión, medios de comunicación de masas, subjetividad, cansancio, astenia, transparencia desde el punto de vista social y de la conducta, y sobre violencia. En los cuales analiza la «sociedad del cansancio», la «sociedad de la transparencia», y un concepto propio: shanzhai, neologismo que busca identificar los modos de la deconstrucción en las prácticas contemporáneas del capitalismo chino. Nuria Navarro (2018) escribió de él “Para rebelarse ante el capitalismo digital ha desarrollado una fórmula propia de resistencia política: no tiene smartphone, no hace turismo, solo escucha música analógica, no trata a su alumnado como clientes y dedica tiempo a cultivar su jardín, etc”. (cf WKIPEDIA, BYUNG-CHUL HAN).
Por motivos únicamente educativos y de formación permanente, compartimos partes de la publicación de MDZ Online, periódico de Mendoza (Argentina), sobre las “9 definiciones de la pandemia que seducen al mundo”, escritas por el profesor Han, esperando que nos ayuden (en ese poco tiempo que nos queda con la Educación a Distancia), para ampliar nuestros elementos de juicio, fortalecer nuestro pensamiento crítico y enriquecer nuestros conceptos sobre esta singular experiencia que nos ha tocado vivir, y de la cual esperamos salir fortalecidos en nuestra vocación docente; porque de “las decisiones que las personas y los gobiernos tomen en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los próximos años”. Darán forma no solo a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política, cultura y a nuestra educación.
El profesor Byung-Chul Han considera que;
- “El coronavirus está mostrando que la vulnerabilidad o mortalidad humanas no son democráticas, sino que dependen del estatus social. La muerte no es democrática. […] El teletrabajo no se lo pueden permitir los cuidadores, los trabajadores de las fábricas, los que limpian, las vendedoras o los que recogen la basura. Los ricos, por su parte, se mudan a sus casas en el campo”.
- “La pandemia no es solo un problema médico, sino social. Una razón por la que no han muerto tantas personas en Alemania es porque no hay problemas sociales tan graves como en otros países […].”
- “El segundo problema es que la Covid-19 no sustenta a la democracia. Como es bien sabido, del miedo se alimentan los autócratas. En la crisis, las personas vuelven a buscar líderes. […]. ”
- “Con la pandemia nos dirigimos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. No solo nuestras comunicaciones, sino incluso nuestro cuerpo, nuestro estado de salud se convierten en objetos de vigilancia digital.
- “El virus es un espejo, muestra en qué sociedad vivimos. Y vivimos en una sociedad de supervivencia que se basa en última instancia en el miedo a la muerte. […] En una sociedad de la supervivencia se pierde todo sentido de la buena vida. […]”.
- “La pandemia vuelve a hacer visible la muerte, que habíamos suprimido y subcontratado cuidadosamente. La presencia de la muerte en los medios de comunicación está poniendo nerviosa a la gente. La histeria de la supervivencia hace que la sociedad sea tan inhumana. […] En nuestra histeria por la supervivencia olvidamos por completo lo que es la buena vida”.
- “Por sobrevivir, sacrificamos voluntariamente todo lo que hace que valga la pena vivir, la sociabilidad, el sentimiento de comunidad y la cercanía. […] los derechos fundamentales, […] Ante el virus, la creencia se convierte en una farsa”.
- “El pánico ante el virus es exagerado. […] Lo que muestra nuestra reacción de pánico ante el virus es que algo anda mal en nuestra sociedad”.
- “El virus es una prueba para el sistema. Los países asiáticos, que creen poco en el liberalismo, han asumido con bastante rapidez el control de la pandemia, especialmente en el aspecto de la vigilancia digital y biopolítica, […] La Covid-19 hará que el poder mundial se desplace un poco más hacia Asia. Visto así, el virus marca un cambio de era”.
Les sugerimos leer la publicación completa, sobre el enfoque de Byung-Chul Han y algunos cambios sociales y políticos que estamos viviendo por la pandemia del Covid 19 en este enlace: UN FILÓSOFO SURCOREANO ES TENDENCIA POR SUS 9 DEFINICIONES SOBRE EL COVID-19
“La humanidad necesita tomar una decisión. ¿Recorreremos el camino de la desunión, o adoptaremos el camino de la solidaridad global? Si elegimos la desunión, esto no solo prolongará la crisis, sino que probablemente dará lugar a catástrofes aún peores en el futuro. Si elegimos la solidaridad global, será una victoria no solo contra el coronavirus, sino contra todas las futuras epidemias y crisis que podrían asaltar a la humanidad en el siglo XXI”. (Yuval Noah Harari).
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