Un buen profesor es la base de una educación exitosa y para que esto sea así precisa tener una serie de habilidades personales y profesionales. Porque enseñar no es solo transferir conocimientos, es mucho más, se trata de saber crear las condiciones necesarias para que los alumnos aprendan a pensar y a construir su propio conocimiento sobre el mundo que les rodea.
Un buen profesor necesita no solo un amplio conocimiento de la materia que imparte y un plan de estudio; necesita ser entusiasta, cariñoso y empático pero también firme y respetuoso, responsable, flexible y comunicativo. Estas entre otras características conforman las claves para ser un buen profesor.
Hoy resaltamos 10 de ellas que nos parecen imprescindibles.
Las claves para ser un buen profesor
Un buen docente entre las muchas habilidades que debe desarrollar ha de mostrar ante todo:
- Empatía, para ponerse en el lugar del alumno y entender sus dificultades o inquietudes; entenderle y ayudarle a superar los obstáculos que le frenan o para ponerle los retos necesarios que le permitan ir más lejos.
- Paciencia, para tratar tanto con aquellos alumnos que les cuesta mucho como para los que siempre quieren más, para saber esperar a los más lentos pero también para adaptarse a los que acaban demasiado rápido.
- Entrega por su profesión y por el trabajo que ejerce. El buen profesor se preocupa por transmitir y contagiar el afán de superación que supone aprender sin importarle el número de alumnos por clase ni las diferencias cognitivas, culturales, sociales o económicas que existan entre ellos.
- Entusiasmo por lo que hace, capaz de motivar a sus alumnos y contagiarles las ganas de aprender y saber. Un entusiasmo capaz de llegar al alumno y hacerle despertar la curiosidad ante lo que le rodea.
- Creatividad. Un buen profesor ha de ser capaz de ser creativo tanto en el modo de atraer la atención de los alumnos como en la forma de exponer sus conocimientos creando lecciones únicas, cautivantes y dinámicas.
- Flexibilidad. Ante una situación especial o problema debe ser capaz de cambiar y encontrar el camino para que todos los alumnos comprendan el concepto que está explicando. Cambiar el rumbo y adaptarse a las necesidades del grupo clase.
- Coherencia en sus decisiones. Un buen maestro debe saber poner normas y reglas en su aula coherentes y consistentes, debe ejercer la autoridad que su posición le otorga sin caer en el autoritarismo, lo que le restaría credibilidad y alejaría de sus alumnos. Por ejemplo, si no permite a sus alumnos comer chicle, él tampoco debe hacerlo.
- Humildad. Un buen maestro por más que se esfuerce puede no ser infalible, como cualquier persona puede cometer errores. Ser capaz de reconocerlos, admitirlos y pedir disculpas es una cualidad que siempre jugará a favor del profesor, aumentando la confianza de los niños en él, ya que le verán como lo que es, un ser humano.
- Respeto hacia sí mismo, hacia sus compañeros y obviamente hacia sus alumnos y respectivos padres. Si hay algo que deben tener en cuenta los profesores es que son un modelo a seguir para cada uno de los alumnos, que les observan constantemente como actúan, cómo hablan, cómo se mueven, responden o visten.
- Responsabilidad ya que trabaja con un material muy sensible: los niños y precisamente la formación de sus alumnos es el trabajo más importante que tiene que ejercer. Por eso un profesor responsable llega puntual, prepara bien las clases, motiva a sus alumnos, es creativo y comunicativo, atento y paciente buscando siempre lo mejor para todos ellos.
Un buen profesor será aquel que nuestros hijos recordarán con afecto y agradecimiento años después de dejar las aulas donde creció y aprendió con él.
Las 10 cualidades esenciales del buen docente
Dedicarse a la docencia es una profesión muy vocacional, donde tiene gran peso la motivación por transmitir conocimientos y estar en contacto con estudiantes y profesionales deseosos de seguir aprendiendo y evolucionando.
Aunque parezca una profesión sencilla y fluida, es de las especialidades que suponen un mayor reto profesional, sobre todo para los profesores que se dedican a la formación de estudiantes en Primaria y Secundaria.
En parte, será responsabilidad de ellos que los alumnos sientan motivación por aprender, desarrollen sus competencias básicas y tengan la ilusión de desarrollar una carrera profesional y una formación universitaria.
Todos recordamos a algún profesor que nos ha marcado o con el que hemos aprendido conceptos, más allá de los relacionados con las materias de conocimiento y nos ha animado a trabajar en nuestras metas personales y profesionales.
Este tipo de docentes, capaces de motivar y promover la curiosidad, suelen reunir estas cualidades:
1. Es responsable: Aquí la responsabilidad implica que se atienen a las mismas expectativas y estándares que exigen a sus alumnos. Deben de ser justos e igualitarios.
Ya se sabe que la mejor manera de transmitir valores es predicar con el ejemplo.
2. Es flexible: La flexibilidad implica que es un profesional dinámico y que reacciona ante las necesidades de sus alumnos y del entorno que les rodea.
Son profesionales que son capaces de integrar el contexto actual y la realidad a sus enseñanzas, de manera que los estudiantes se sientan implicados y comprendan mejor los conceptos.
3. Observador: A pesar de que la clase esté formada por alumnos muy diversos y con diferentes capacidades, es capaz de detectar las necesidades de cada uno, sus carencias y adaptar el ritmo de trabajo, a lo que necesitan sus alumnos para alcanzar el éxito.
4. Es mediador: Un docente, en la mayoría de ocasiones, también debe de ejercer de mediador y centrarse en mostrar a los alumnos, habilidades blandas y comportamientos que les ayuden en la resolución de conflictos.
5. Es cooperativo: La cooperación es clave para trabajar efectivamente con administrativos, otros docentes y los padres de los alumnos.
El aprendizaje colaborativo y el trabajo en equipo debe ser la base para transmitir conocimientos y generar coloquios e ideas entre los propios docentes y entre los alumnos.
6. Es inspirador: Un buen docente debe de ser un guía que incentive el conocimiento autodidacta y creativo de los alumnos.
Como profesional especializado en la transmisión de conocimientos, debe de compartir experiencias de aprendizaje que vayan más allá de la explicación de conceptos y la tradicional clase magistral.
7. Es innovador: Un buen docente también se encuentra en plena formación y renovación de conocimientos, de manera que pueda integrar en las clases, nuevas metodologías, herramientas o recursos.
Las aulas virtuales o el uso de las aplicaciones tecnológicas han marcado una nueva forma de enseñanza, con la que los docentes deben de sentirte a gusto y preparados.
8. Es resolutivo: Encuentra los medios necesarios para lograr conectar con todos los estudiantes, sin importar el desafío que se plantee.
Debe estar dispuesto a para asegurar que los estudiantes reciban la formación que necesitan.
9. Es empático: Un buen educador debe poder reconocer y empatizar con los problemas y las situaciones a las que se enfrentan los estudiantes.
Tiene que tratar de ponerse en el lugar de sus estudiantes, ver las cosas desde su perspectiva y ayudarles a desarrollar las habilidades y aptitudes que les ayudará a madurar y superar con éxito los desafíos.
10. Es carismático: La habilidad de atraer la atención en un aula llena de alumnos y ser capaz de mantenerla por tiempo prolongado es muy difícil, por lo que es necesario que el docente diseñe clases interesantes, frescas y actuales, promoviendo la curiosidad y el aprendizaje fuera del aula.
La docencia se basa en una perfecta combinación de aptitudes y conocimientos y, sobre todo, que con su intervención generen la suficiente curiosidad y motivación, para que sus oyentes continúen invirtiendo tiempo en su formación y desarrollo profesional.
Este contenido ha sido publicado originalmente por educrea.cl y explora.unab.cl