Entre los “gajes del oficio” de docente, está el sufrir un tipo de hartazgo, desazón, atosigamiento laboral, acompañado de la sensación de debilidad física, emocional o mental, que deriva en baja autoestima, desinterés, irresponsabilidad y decepción, entre otros síntomas; pues bien, a este trastorno psicológico (que puede afectar a los trabajadores en general), se le conoce como el Síndrome Burnout (quemado, fundido) y se caracteriza por ser de un proceso paulatino. UNIVERSIA compartió un interesante artículo: “Burnout: un síndrome que afecta al 65% de los profesores”, nos ilustra tres etapas en su lento y atroz desarrollo, y que compartiremos más adelante.
El video que compartimos con fines únicamente educativos – pastorales: “La vida de un profesor. Síndrome de Burnout”, está publicado por JAVIERA PAZ en YouTube, y nos narra la historia de la profesora (Pepita), desde sus inicios vocacionales, sus primeas experiencias, su agotamiento, su tratamiento especializado y consejos. Este video, fue realizado con la actuación de Yohanna Carrasco y la narración de Javiera de la Peña.
¿Qué opina de este video? ¿Cree Usted que algunos síntomas de este Síndrome existen en su comunidad educativa? ¿Saben cómo prevenir este fenómeno laboral en la escuela?
¿Cómo prevenir y disminuir el desgaste emocional?
Decidir ser docente es algo que conlleva más que trabajo dentro del aula, es una vocación, una pasión que se lleva donde sea que uno va. Pero la tarea de formar nuevas generaciones y hacerlo sin descuidar nuestra propia salud, actividades familiares y sociales no suele ser tarea fácil, y frecuentemente se puede caer en sentir agotamiento tanto físico, mental y emocional. En este texto veremos algunos consejos que se pueden incluir en las prácticas cotidianas para prevenir o disminuir el desgaste emocional.
Iniciaré por decirte que lo más importante en todo momento eres tú, tu bienestar y tranquilidad, ninguna actividad laboral-profesional merece anteponerse a tus necesidades y estabilidad emocional. Dicho esto pasemos a lo que nos tiene aquí, enseguida encontrarás 5 ideas para hacerle frente al desgaste emocional
1. Trabaja tu Inteligencia emocional.
Identifica tu emociones, reconoce qué estás sintiendo y ponle nombre a esa emoción. El primer paso para lograr un mejor manejo de nuestras emociones es ponerles un nombre, etiquetarlas y saber expresarlas positivamente. En gran medida el desgaste emocional se presenta por no contar con una adecuada habilidad para interpretar, reconocer y expresar nuestro sentir.
Las emociones no son malas ni buenas, todas ellas cumplen alguna función, el punto clave radica en poder convertirnos en dueños de nuestras respuestas ante las emociones, siendo tú quien las controle y no ellas a ti.
Desde esta línea la inteligencia emocional nos lleva a ser un Pensador con un corazón, que percibe, comprende y maneja relaciones sociales.
2. Desarrolla habilidades sociales.
Las habilidades sociales permiten relacionarnos, interactuar y comunicarnos de forma efectiva y positiva con los demás. Si trabajas en mejorar tus habilidades sociales, específicamente las comunicativas, tendrás mayor facilidad para expresarte, para poner límites con los demás y externar tus puntos de vista, esto te puede permitir mantener una coherencia entre lo que piensas, sientes y dices; es decir tu asertividad.
La habilidad para solucionar conflictos utilizando las competencias verbales te puede librar de enfrentar batallas innecesarias. Es mejor que identifiques claramente qué es lo que quieres transmitir y busques las mejores palabras para enviar tu mensaje, expresa lo que piensas y sientes, en primera persona y respetando la integridad de los demás, cuida tu lenguaje verbal y no verbal, evita bajo cualquier circunstancia responder con gritos o violencia, hacer uso de violencia solo te traerá conflictos que estarán presentes en tu mente generándote agotamiento mental.
3. Organiza tu tiempo.
Ante la gran cantidad de actividades que demanda la vida del docente, la gestión del tiempo se vuelve clave para mantener una vida saludable y libre de estrés. La matriz de Eisenhower es una técnica muy fácil de aplicar para que priorices tus tareas. La idea general de esta Matriz es que todas las tareas se pueden organizar en Cuatro cuadrantes, cuyos ejes corresponden a la importancia y a la urgencia. Estos cuatro cuadrantes tienen valores que van desde 1 hasta 4 según su prioridad.
*Tareas “importantes” y “urgentes”. A estas tareas les corresponde el nivel de prioridad 1 y debes enfocar toda tu atención y esfuerzo en completarlas. *Tareas “importantes” pero “no urgentes”.Corresponden a planes a largo plazo y tareas que son importantes para tu desarrollo profesional y personal pero que no presentan una fecha de vencimiento explícita. *Tareas “no importantes” pero “urgentes”. Estas son las tareas que puedes delegar o programar para después, estas corresponden al Segundo nivel de prioridad, que puedes realizar cuando hayas terminado las tareas del primer cuadrante. *Tareas “no importantes” y “no urgentes”. Estas tareas se colocan en el 4to cuadrante y son las que deberías dejar de lado y eliminar. ¿Realmente necesitas ver el vídeo de las redes sociales o completar un capítulo de esa serie de televisión? ¿O podrías utilizar ese tiempo para realizar las tareas de tu 2do cuadrante?
4. Dedica tiempo para disfrutar de actividades sociales y de ocio
Este punto se relaciona con el anterior, si priorizas tus actividades atendiendo principalmente a las de relevancia y evitando las actividades que no son relevantes; entonces podrás tener momentos de esparcimiento y disfrute, pasando tiempo con las personas que aprecias y que te recargan de energía. Realizar semanalmente al menos una actividad recreativa o social incrementa su sentido de bienestar, tus niveles de estrés disminuyen y obtienes nueva fuerza para enfrentar las actividades laborales.
Identifica cuáles son las actividades que más disfrutas y que te hacen sentir bienestar; puedes preguntarte, por ejemplo, ¿Cuál canción me genera felicidad, ganas de bailar, de disfrutar?, ¿Qué lugares me dan paz o tranquilidad? Puede ser que tus respuestas te guíen a reconocer que disfrutas de tomar un café en un lugar lleno de arte, o un parque lleno de árboles, tomar un helado mientras se camina por ciertas calles de la ciudad, un rincón de la casa con un buen libro; el punto es que tú descubras y pongas la mirada en las actividades te dan alegría; elabora una lista con estas ideas y tenla a la mano, cuando sientas que necesitas escapar un poco de tu rutina y generar momentos positivos puedes recurrir a ella.
5. Práctica la relación activa.
En los últimos años la práctica de técnicas de relajación han tomado gran fuerza y han sido ampliamente estudiadas desde sus efectos neuronales y fisiológicos, obteniendo resultados favorables en relación al impacto positivo que tiene para la gestión del bienestar emocional y las estrategias para enfrentar situaciones adversas.
Entre las técnicas que puedes aplicar se encuentran las de respiración profunda, la meditación, yoga o Mindfulness. Este último ha sido altamente uti
lizado en programas de entrenamiento educativo desde etapas preescolares hasta edad adulta. Al final de este documento, en las referencias bibliografícas, encontrar algunos documentos de referencia a los cuales puedes acudir para conocer detalladamente éstas técnicas y comiences a aplicarlas en tu vida.
Si consideras que las exigencias son demasiadas y que te sobrepasan, considera la opción de buscar acompañamiento de un especialista. Acudir con un(a) Psicólogo(a) puede darte nuevas herramientas para enfrentar las situaciones y aumentar tu bienestar.
Porque al final de todo, nuestro trabajo no debe de quitarnos la vida ni ser un factor de intranquilidad, el trabajo es una fuente de superación, de reto, de autorrealización, y como tal contribuir a la formación de mejores experiencias en nuestra vida.
Este contenido ha sido publicado originalmente por IPESE en la siguiente dirección: romereports.com
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