El éxito en la educación en países altamente desarrollados se debe a una distribución equitativa de la riqueza, alta valoración y actualización continua de los maestros, destacó el especialista en política educativa, Eduardo Andere.
El éxito en la educación en países altamente desarrollados se debe a una distribución equitativa de la riqueza, alta valoración y actualización continua de los maestros, destacó el especialista en política educativa, Eduardo Andere.
Entrevistado por El Economista, el analista y escritor de 13 libros sobre políticas públicas y educación comparada aseguró que el avance educativo tiene que ver con raíces profundas en la cultura, como los hábitos de los padres y su participación en la educación de los hijos, así como la voluntad de los maestros para mejorar en su desempeño laboral.
En su libro ¿Cómo es la mejor educación en el mundo? Políticas educativas y escuelas en 19 países, Andere sostiene que naciones como Finlandia y Suecia no realizan una evaluación estandardizada a los docentes, mientras que la política educativa en Francia es más rigurosa. Sin embargo, las tres naciones coinciden en proporcionar a los docentes condiciones laborales óptimas que les permitan ejercer y y desarrollarse.
En México, la evaluación consiste en distintos instrumentos: rendir un informe de cumplimiento de responsabilidades profesionales, un proyecto de enseñanza que consiste en elaborar una planeación didáctica, su puesta en marcha, y la reflexión que el maestro hace en torno de su práctica y finalmente un examen estandarizado de conocimientos didácticos y curriculares.
Andere describe que en Finlandia las evaluaciones a maestros se realizan de manera anual y que no se hacen pruebas de ningún tipo de medición o evaluación estandarizada por parte del gobierno, como en el caso de México.
“En Finlandia las evaluaciones se realizan a nivel escuela. El director de la escuela tiene varias reuniones durante el año con los maestros. Al final del ciclo escolar, tiene una reunión global en la que realiza una retroalimentación respecto al desempeño docente” detalló.
El analista explicó que Suecia, país que lleva un sistema de evaluaciones similar, ofrece resultados en educación con base en tres reformas básicas: información, medición y rendición de cuentas; apoyo para la mejora escolar, y comparaciones justas.
A diferencia de los países anteriores, en Francia el magisterio está sujeto a una fuerte certificación y selección mediante procesos muy estrictos y competitivos de asignación de plazas permanentes.
Sin embargo, el proceso de evaluaciones es muy respetado y defendido por los mismos maestros. Este esquema de certificación y asignación asegura un nivel de calidad docente mínimo que ayuda en gran medida a la educación y su calidad.
Afirmó que la evaluación de maestros en México no es el tema crucial de la educación en el país , sino la demanda de los docentes a querer profesionalizarse.
“El secreto para el funcionamiento de una política pública de evaluación gubernamental e incluso escolar no está en que el gobierno diga que va a evaluar o va formar mejores docentes, sino que el maestro diga ‘quiero ser evaluado y quiero ser formado, quiero mejorar’. Cuando el maestro tiene esa voluntad y esa actitud, entonces sí se está hablando de una promesa de cambio sustancial en la calidad magisterial, de otra manera es pura retórica”, agregó.
Mejorar las condiciones
El Banco Interamericano de Desarrollo ha planteado que para que la profesión docente sea más atractiva es necesario incrementar las remuneraciones, aumentar las oportunidades de crecimiento, mejorar las condiciones laborales y otorgar incentivos monetarios y profesionales a docentes que laboran en escuelas en zonas vulnerables.
En el libro Profesión: profesor en América Latina ¿Por qué se perdió el prestigio docente y cómo recuperarlo? publicado en el 2018, la organización explicó que en muchos países de América Latina la imagen que se tiene del maestro es la de un profesional mal remunerado y que trabaja en condiciones difíciles.
“A pesar de la gran relevancia social de la profesión docente, la valoración pública de la profesión es baja debido, entre otras razones, a la insuficiente preparación de los docentes en la región y por tratarse de una ocupación tradicionalmente mal remunerada. Además, no sólo los salarios docentes son bajos, sino que la estructura salarial de esta profesión usualmente es bastante rígida y ofrece poco espacio de crecimiento”, se lee.
En ese sentido, detalló que tanto las mejoras como otorgar oportunidades de actualización pueden tener efectos positivos.
Este contenido ha sido publicado originalmente por El Economista en la siguiente dirección: eleconomista.com.mx