Desde pequeños nos enseñaron a crear. Tomar un lápiz, un papel y transformar una idea en un poderoso universo de realidades sin conexión, sin una relación aparente pero que nos llenaba de alegría y felicidad. Era algo que podíamos crear nosotros mismos, un simple juego.
Con los avances tecnológicos de la última década, y según los datos proporcionados por fundación país digital, más del 90% de los estudiantes de establecimientos educacionales se relaciona de alguna manera con internet. Es decir, desde temprana edad los más jóvenes despiertan curiosidad por hacer cosas con la tecnología y ver resultados tangibles es lo que les causa mayor motivación.
En la actualidad modelos como STEAM o Home Schooling proporcionan un ambiente ideal en el que estos jóvenes pueden aprender con algunas herramientas de bajo costo y muy fáciles de usar; además con un 82% de conectividad en los hogares, cifra acordada por la SUBTEL en mayo de este año, no es casualidad que más de alguno piense en adquirir nuevas tecnologías para alimentar la curiosidad de los jóvenes estudiantes o niños del hogar con tal de fomentar el pensamiento crítico, la creatividad, y el uso de nuevas tecnologías. Es el caso de las Impresoras 3D.
Es Más Fácil compartir información y Adquirir Tecnología
Las barreras tecnológicas que existían hace 25 años han ido desapareciendo; el costo de las impresoras 3D ha bajado y también el de sus insumos, lo que ha llamado la atención de padres y educadores para integrarlos a sus modelos de aprendizaje.
Un alumno que tiene una tarea de historia, por ejemplo, podrá imprimir piezas, cráneos o lo que necesite para hacer un análisis profundo del tema llevando la experiencia del papel a un elemento tangible único, hecho por él mismo y que causará una satisfacción diferente de realizar tan sólo una tarea, ya que el proceso creativo que implica obtener este resultado es conclusivo de una serie de investigaciones y esfuerzos creativos que el propio alumno ha llevado a cabo dentro de su universo intelectual.
Esta es una experiencia completamente nueva para los jóvenes talentos que les permite explorar su entorno y desarrollar competencias claves en el uso aplicado de tecnologías.
Todos somos parte de la Transformación Digital y Debemos integrarnos a ella
No sólo la experiencia de los jóvenes es importante si no también considerar a los padres de éstos que son quienes finalmente invierten en la tecnología, siempre con un sesgo en el aparato como objeto de entretención y no educación. Al contrario, entre los tantos beneficios que aportan las impresoras 3D está la integración y el trabajo conjunto de padres e hijos por crear diferentes “cosas” que tiendan a mejorar el entorno en el que se desenvuelven.
Otro de los beneficios ya conocidos del uso de tecnologías, y no solo de la impresora 3D, es la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Los jóvenes tendrán que desarrollar el pensamiento lógico y la capacidad de tomar decisiones para resolver de forma positiva, o no, algunos de los problemas que se puedan presentar; y esto conlleva además otro beneficio que no contemplan siempre las escuelas que es aprender de los errores, fallar pronto y mejorar los modelos. Esto se puede lograr fácilmente con las impresoras 3D y da una perspectiva de aprendizaje completamente diferente ya que no existe la presión de la nota o el miedo a fallar, porque estas en casa y puedes imprimir cuantas veces quieras (y se mantenga el filamento disponible), esto lo hace mucho más interesante, desafiante y se aprende básicamente jugando.
Autor: Nicolás Bosoni Spinetto, ciudadano chileno, nacido en Viña del Mar. |
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