Visualizar estos 3 dígitos 9-1-1, al menos en el mundo occidental (creada en el año 1963; para américa latina suelen utilizarse otros códigos), nos vincula automáticamente a una llamada de auxilio o emergencia vía telefónica, responde un(a) operador(a) e indaga situación, qué sucede, localización (aunque la llamada en sí, genera el lugar) y otros. La interrogante, la dirijo ¿a quién llamar? cuando en una institución, ante un cambio de dirección donde las cosas comienzan con ciertas trabas, “ruidos”, en que no se tuvo en cuenta al menos la situación de la administración anterior (fortalezas – oportunidades- debilidades- amenazas) y simplemente se intenta establecer un nuevo “sello personal”.
Suele darse el caso de directivos que están frente a una institución por años, consolidando prestigio por su liderazgo, experiencia misma a lo largo de su vida – ideal si tiene una formación pedagógica, reitero ideal – al haber ejercido la profesión como docente de base a través de diferentes niveles de educación (primaria, secundaria y universitaria), así como una de las cualidades o virtudes que en lo personal es vital para un educador y lo es: la comunicación con su entorno (profesores, estudiantes, administrativos, personal de apoyo, padres de familias), cuyas palabras deberá demostrar dominio de los procesos educativos cumplimiento de lo establecido en los reglamentos, normas, tolerante, flexible y exigente.
No todos nacen o nacemos para una ocupación específica, lo cual crea un camino no tan lineal y en ocasiones escabroso, hecho que nos permite caer en errores, rectificaciones y que poco a poco se va labrando hacia situaciones mucho más aceptables. Sin embargo, lo de poco a poco, cuando la institución es educativa, no puede ser tan lenta ya que “la arcilla” que se forma son niños, jóvenes, tanto en valores, como en aprendizajes y aplicación de los conocimientos, no nos permite “botar” el tiempo.
[socialpug_tweet tweet=»¿Quién ha de ser el primer bastión en quién apoyarse? Los docentes, profesores/as, los verdaderos “combatientes de primera línea”, responsabilizados…» display_tweet=»¿Quién ha de ser el primer bastión en quién apoyarse? Los docentes, profesores/as, los verdaderos “combatientes de primera línea”, responsabilizados con la educación integral de alumnos, estudiantes, de poner en práctica los lineamientos que la institución establece a través de sus políticas, misión, visión, metodologías, enfoques y manteniendo siempre una comunicación diáfana, transparente y de retroalimentación bilateral, lo cual permita identificar como marcha el proceso y enrumbar, de ser necesario, al cumplimiento de los objetivos propuestos a corto, mediano y largo plazo»]
Hay quienes consideran – respeto criterios – que el estudiante debería ser primero en cuanto a atención, lo cual discrepo, pero que no resta que dejen de serlo. Un auto (institución) no se mueve sino tiene combustible (docentes), por tanto, sus clientes (estudiantes) no podrán ser trasladados por el mejor camino (formación para la vida). Luego, si los hechos fuesen así donde hay preocupación en el profesorado mismo, ¿llamarías al 911?
Autor: Ernesto Gonzalez , ciudadano nicaragüense, nacido en Cuba. Experiencia laboral: Lic. en Ciencias Pedagógicas con mención en química. 40 años de experiencia como docente en los niveles de educación media y superior; cursos de posgrado propios de la especialidad y en pedagogía; autor de libros de texto para la enseñanza media tanto en ciencias naturales, como sociales. Articulista para los periódicos La Prensa, El Nuevo Diario (nicaragüenses 2000-2008), actualmente para el periódico El Siglo 21 guatemalteco. Correo electrónico: [email protected] Cuenta de twitter: @gonzlez_ernesto |
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