Rafael Bisquerra Alzina (España, 1949) es Doctor en Ciencias de la Educación, Licenciado en Pedagogía y en Psicología y actualmente es catedrático emérito de Orientación Psicopedagógica en el Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (MIDE) de la Universidad de Barcelona. Preside la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, Doctor Honoris Causa por el CELEI de Chile.
Algunas de sus publicaciones son: Educación emocional y bienestar (2000), Psicopedagogía de las emociones (2009), La educación emocional en la práctica (2010), Educación emocional. Propuestas para educadores y familias (2011), Orientación, tutoría y educación emocional (2012), Cuestiones sobre bienestar (2013), Prevención del acoso escolar con educación emocional (2014), La inteligencia emocional en la educación (2015), Universo de emociones (2015), 10 ideas clave.
Educación emocional (Graó, 2016), La fuerza de la gravitación emocional (Ediciones B, 2016), Gimnasia emocional y coaching (Horsori, 2016), Diccionario de emociones y fenómenos afectivos (PalauGea, 2016), Política y emoción (Pirámide, 2017), Competencias emocionales para un cambio de paradigma en educación (2019, Horsori), Emociones: Instrumentos de medición y evaluación (Síntesis, 2020), etc. BIOGRAFÍA
Publicación anterior relacionada:
Rafael Bisquerra: Los grados de magisterio no forman a los profesores en gestión de las emociones
Gracias a la publicación Aprendemos Juntos, de El País (España), BBVA y Editorial Santillana, compartimos con fines únicamente educativos y de formación permanente, partes del diálogo entre la Psicopedagoga Leticia Rubio Carolina y el educador Bisquerra. Ellos conversan sobre temas como el analfabetismo emocional, enseñar a entender y gestionar las emociones, el aprendizaje cognitivo, vocabulario emocional, competencia emocional, la ira, la resiliencia, la violencia escolar, la felicidad, el bienestar, la dependencia emocional, el chantaje emocional, la frustración, la sobreprotección, la conciencia y otros temas que nos permitirán entender por qué afirma que “hoy sabemos que muchos licenciados consiguen un empleo por sus competencias técnico-profesionales y antes de seis meses lo pierden por su falta de competencias emocionales”.
En esta publicación compartimos los enlaces del video completo y el momento más destacado, así como partes del diálogo, que recomendamos leer íntegramente en el título que indicamos al final del artículo. Es nuestro propósito que esta publicación sea una invitación a seguir entusiasmados en nuestra formación permanente, conociendo los aportes y la experiencia de especialistas cercanos al mundo educativo. Hacemos presente que las letras en negritas y cursivas son nuestras.
LETICIA RUBIO: … nos has hablado en muchas ocasiones sobre el analfabetismo emocional y consideras, reivindicas que es tan importante enseñar a los niños a entender y gestionar sus emociones, como el aprendizaje de la lengua, las matemáticas, la escritura y la lectura. ¿Por qué nos comentas estos aspectos?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] En las emociones está el miedo, la ansiedad, la angustia, el estrés, la depresión, la tristeza, la rabia, la ira, la furia, la cólera, la indignación, la predisposición a la violencia… Fíjate que los grandes problemas de la humanidad, en gran medida, tienen un fondo emocional. Pero en las emociones está también lo mejor de nuestra vida, porque en las emociones están las alegrías, el amor, la compasión, la solidaridad, el equilibrio, la armonía, la paz interior, el sosiego; en definitiva, la felicidad, […] En el siglo XX, la educación se ha centrado exclusivamente en el desarrollo cognitivo y ha dado pasos muy grandes, […] pero el reto del siglo XXI es dar el paso de una educación eminentemente cognitiva a la dimensión emocional, […]”.
Artículo relacionado:
LETICIA RUBIO: ¿qué beneficios consideras que tiene la educación emocional para los niños y los alumnos y aplicarlos en el aprendizaje?
RAFAEL BISQUERRA: “Las investigaciones científicas en los últimos años han aportado evidencias que podemos calificar de espectaculares, evidencias por parte de la inteligencia emocional, la psicología positiva, la neurociencia, la educación emocional…, que han aportado evidencias de cómo una educación emocional que se pone en práctica con los requisitos necesarios que las investigaciones han puesto de manifiesto, tiene efectos en desarrollar las competencias sociales y emocionales, desarrollar climas emocionales favorables a la convivencia, al aprendizaje, al bienestar; disminuir los índices de ansiedad, estrés, depresión, consumo de drogas, comportamiento de riesgo, violencia, etc., que todo esto tiene un sustrato emocional muy importante, incluso el rendimiento académico mejora.[…]”.
¿QUÉ PUEDE HACER LA EDUCACIÓN PARA PREVENIR LA VIOLENCIA? (MOMENTO DESTACADO 05´ 14”)
LETICIA RUBIO: … ¿Qué recomendaciones nos haces para educar en inteligencia emocional a niños tan pequeños? Tanto desde la escuela como desde la familia.
RAFAEL BISQUERRA: “[…] En la educación infantil, lo primero que podemos hacer es ayudar a los niños a, simplemente, empezar a tomar consciencia de sus emociones, desarrollar un primer vocabulario emocional. Desde muy pequeños ellos ya saben qué es miedo, qué es rabia, qué es tristeza, qué es alegría, pero tienen más dificultad en saber qué es el amor o qué es la felicidad. […] desde los dos o tres años, los niños no hace falta que vayan a la escuela para aprender a morder, para aprender a arañar y a pegarse, eso lo llevan de serie. […] deben aprender que tienen derecho a estar enfadados, a sacar su rabia de alguna forma, pero lo que no deben sentirse autorizados es a agredir a nadie y éste es el primer paso para la regulación emocional. La regulación emocional no es represión, […] De ahí la importancia de aprender los límites, que los adultos les hemos de poner límites y ahí es donde hay muchísimo trabajo por hacer. […]”
LETICIA RUBIO: … ¿Cuáles son las palabras que debemos tener siempre, como educadores, como padres, presentes en nuestro lenguaje con los niños, en nuestras relaciones con ellos?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] yo potenciaría el desarrollo y la presencia en la educación de palabras como “alegría”, “amor”, “compasión”, “armonía”, “equilibrio”, “paz interior”, “sosiego”, “gozo” y “felicidad”, ¿por qué no? Hay muchísimas de estas palabras, incluyendo también “solidaridad” y “empatía”, que en la medida que las utilizamos, solamente utilizarlas, saber lo que significan y ponerlas en práctica, esto ya es entrenamiento emocional”.
Artículo recomendado:
Analfabetismo emocional: cuando a nuestro cerebro le falta corazón
LETICIA RUBIO: … ¿cómo, si como adultos no hemos sabido hacerlo o no hemos aprendido, podemos ayudar a nuestros hijos a que ellos sí lo hagan, a que desde pequeñitos aprendan a gestionar sus emociones?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] Lo mejor que podemos hacer es enseñárselo a alguien y, por lo tanto, los primeros destinatarios de la educación emocional debería ser el profesorado en primer lugar, las familias, padres y madres en segundo lugar, los estudiantes en tercer lugar y la sociedad en general. Porque el desarrollo de las competencias emocionales dura toda la vida, pero en temas emocionales no nos han enseñado prácticamente nada. Yo cursé la carrera de Psicología, de Pedagogía, soy doctor en Ciencias de la Educación y nunca me explicaron lo que era una emoción”.
LETICIA RUBIO: … uno de los temas que le preocupa es la violencia. ¿Por qué le preocupa tanto? ¿Y cómo podemos, desde la inteligencia emocional, desde la educación emocional, ayudar a los niños a resolver estas habilidades negativas que han aprendido?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] una parte muy importante de la violencia que hay en el mundo, […] se origina en la ira que no somos capaces de regular de forma apropiada. Cuando hablamos de ira, hablamos de una familia de emociones que incluye rabia, enojo, enfado, furia, cólera, indignación, odio, etc.[…]. Con educación se pueden lograr efectos importantes, todavía nos queda muchísimo por avanzar, pero los datos nos indican que, si nos lo proponemos y lo hacemos bien, en el siglo XXI, podríamos reducir la violencia casi al mínimo”.
UNA EDUCACIÓN EMOCIONAL PARA LA CONVIVENCIA Y EL BIENESTAR (ENTREVISTA COMPLETA 42´ 14”))
LETICIA RUBIO: … te he oído hablar de que una persona resiliente es como un corcho. ¿Me podrías explicar un poquito este tema?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] Ante las adversidades, hay dos opciones: una, que desgraciadamente afecta a muchas personas, que es hundirse, así, hundirse moralmente, emocionalmente; otra es aprender de la experiencia. La situación de hundirse puede llevar a quejarse, a criticar, a maldecir y, evidentemente, experimentar el malestar emocional. La opción de aprovechar los errores, las adversidades y los retos para aprender, es una opción personal. […] Es una opción personal que tiene que ver con la actitud positiva ante la vida, […] resiliencia [es], la capacidad de superar las adversidades más fuertes que ni siquiera nos atrevemos a imaginar y poder ver aspectos positivos. Yo sé que en este año de pandemia ha habido familias, personas que lo han pasado muy mal, que han destinado mucha resiliencia para la cual a veces no estábamos preparados. Algunos lo han afrontado muy bien y otros no tan bien. ¿Qué diferencia hay entre unos y otros? Competencias emocionales”.
LETICIA RUBIO: … creo que es un aspecto muy importante que los niños aprendan a frustrarse y aprendan a superarse en su día a día, con sus cosas más básicas,
RAFAEL BISQUERRA: “Aumentar la tolerancia a la frustración es uno de los objetivos de la educación emocional, […] desde pequeños, no nos queda más remedio, poner límites, controlar la impulsividad y aumentar la tolerancia a la frustración. […] los padres a veces somos víctimas del chantaje emocional y, actualmente, tenemos una tendencia a caer en la sobreprotección y en evitar frustraciones que son un impedimento para desarrollar la competencia emocional de la tolerancia a la frustración y todo esto hay que educarlo, tanto en la familia como en el centro educativo. […] el desarrollo de la autonomía emocional, de aprender a gestionarse por sí mismo. Y esto es un desarrollo muy largo, porque las personas pueden caer fácilmente en una dependencia emocional”.
Artículo relacionado:
¿Cómo educar en empatía para reducir la violencia escolar y social?
LETICIA RUBIO: … ¿Cuáles son las emociones o cuántas emociones hay? ¿Cuáles son las más importantes para ti?
RAFAEL BISQUERRA: “[…] nosotros hacemos un planteamiento para la educación. […] planteamos las emociones sociales, las emociones que se aprenden, que se rigen con emociones morales, donde están la empatía, la vergüenza, la culpa, la compasión, la familia del amor, que es algo realmente extraordinario y que a veces tengo la sensación que la palabra “amor” está muy ausente en la práctica educativa, […] mucha gente confunde qué es la felicidad con lo que me provoca la felicidad […] los observadores podrán experimentar emociones distintas, pero esto no es la felicidad, estos son los estímulos, los acontecimientos que pueden afectar, pero lo que más le afecta es el trabajo interior y el bienestar emocional, el bienestar subjetivo, que es la felicidad, es resultado de un trabajo personal donde actualmente se distingue […] El bienestar hedónico es el bienestar proporcionado por los sentidos: […] el bienestar eudemónico es el resultado de un trabajo interior, de buscar un sentido a nuestra vida, de adoptar compromisos, de sentir que lo que estás haciendo es contribuir al bienestar general, que es la puesta en práctica de las fortalezas personales y de las virtudes. Y saber que la investigación en el campo de la psicología positiva ha aportado evidencias de cómo este bienestar, que es prácticamente un trabajo interior de consciencia, es lo más sublime que podemos alcanzar por lo que conocemos. […]”
La transcripción completa de este diálogo lo puede Usted leer aquí: ¿QUÉ PUEDE HACER LA EDUCACIÓN PARA PREVENIR LA VIOLENCIA?
Esta publicación corresponde a SERIE DE VIDEOS: APRENDAMOS JUNTOS, PARA SUMAR POR LA EDUCACIÓN
“Para mí, uno de los objetivos principales de la educación emocional es la prevención de la violencia, porque una parte muy importante de la violencia que hay en el mundo se origina en la ira que no somos capaces de regular de forma apropiada”.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO CMF