“En el emocionante camino de la educación de tus hijos, a menudo te encuentras con desafíos que requieren soluciones inmediatas. Si sientes que este año escolar es crucial y necesitas desesperadamente encontrar formas efectivas de ayudar a tu hijo a alcanzar el éxito académico, entonces estás en el lugar adecuado. ‘Es ahora o nunca: 5 estrategias para salvar el año escolar de tu hijo’ es tu guía completa para enfrentar y superar los obstáculos que puedan estar afectando el rendimiento de tu hijo en la escuela.
A lo largo de estas páginas, descubrirás consejos prácticos y estrategias probadas que te ayudarán a convertir este año en un punto de inflexión en la educación de tu hijo. Prepárate para la transformación, porque juntos exploraremos las claves para desbloquear el potencial de tu hijo y garantizar un año escolar exitoso. ¡El momento de actuar es ahora!”
Falta poco más de dos meses para que acabe el año y en los colegios uno de cada 10 alumnos está con problemas de rendimiento, mientras que las empresas de clases particulares han aumentado su demanda hasta en un 100 por ciento. ¿Cuánto exigir o castigar? ¿Vale la pena recurrir a profesores privados o dar premios? Expertos entregan consejos para lograr resultados sin estresar a tu hijo.
Compartimos con fines educativos – pastorales la publicación del portal Bio Bio Chile, en donde la experta Verónica Navarrete nos cuenta que es lo que debemos hacer para salvar el año escolar.
Cómo salvar el año académico: Experta explica las claves para repuntar en el colegio
Empezó el segundo semestre de clases y hay muchos alumnos y padres abrumados por el bajo rendimiento obtenido. No sólo las notas del primer semestre no fueron las mejores, sino que se suma la sensación de no haber consolidado los aprendizajes requeridos.
Sin embargo, no todo está perdido. La Psicóloga Clínica Infanto juvenil y Coordinadora Académica de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Verónica Navarrete, dice que es importante tener en cuenta que todavía es tiempo de repuntar.
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“Para esto es necesario, en primer término, tener clara cuál es la causa del bajo rendimiento del alumno y de acuerdo a eso programar un plan de trabajo que permita mejorar el rendimiento académico. En este aspecto, es fundamental el apoyo de los padres que deben acompañar las diversas estrategias generadas para esto desde el colegio”, indica.
La experta plantea que entre las diversas causas, una de las más comunes es el la falta de un adecuado hábito de estudio. “Es decir, el escolar estudia sólo para las evaluaciones formales, ejercita la materia sólo a través de las tareas obligatorias, hay escaso repaso en la casa, estudia basado en la memoria y con escasa comprensión, o le falta dedicar el tiempo adecuado al estudio”, explicita.
Otra causa es la baja motivación por la asignatura. “Esto nace principalmente porque el escolar no le encuentra sentido a lo estudiado ni sabe cómo aplicarlo. Suele darse en metodologías de enseñanza donde hay escasa participación del estudiante o con clases poco atractivas, en experiencias repetidas de fracaso y donde habitualmente se suma la asociación del estudio con castigo o desagrado”, advierte.
La psicóloga también explica que el bajo rendimiento se puede deber a un pobre desarrollo de las habilidades básicas requeridas para el aprendizaje, tales como la capacidad de atención, la comprensión lectora, poder de análisis y síntesis, y dominio de las operaciones básicas, entre otras.
No obstante, el aspecto emocional es un fuerte componente de los logros académicos. “Entre los aspectos emocionales que pueden interferir sobre la capacidad de aprendizaje de un niño están las problemáticas a nivel familiar, la baja autoestima que lo hace sentirse incapaz, escasas habilidades sociales o timidez, baja integración con los pares que no le permiten participar o preguntar si tiene dudas, por nombrar algunas”, comenta.
Una vez teniendo claro qué es lo que está interfiriendo en el aprendizaje del alumno, la especialista sugiere que el estudiante junto a su familia programe un plan de apoyo para mejorar su rendimiento. “En este sentido, se debe explicar al niño qué se va hacer y qué se espera que él haga para lograr el objetivo. Por tal razón, es recomendable plantearse objetivos claros y posibles de ser alcanzados por el niño”, propone.
También hay que tener claro que existen algunos casos donde se requerirá la derivación a un especialista, por ejemplo en procesos importantes de duelo, de experiencias traumáticas o cuando las dificultades de aprendizaje aparecen de forma sostenida en el tiempo, a pesar de haberse implementado medidas de apoyo.
Ahí la ayuda especializada puede favorecer la realización de diagnósticos oportunos y tratamientos efectivos que permitan potenciar el aprendizaje de los niños.
Para concluir, la experta de la Universidad del Pacífico señala que uno de los aspectos centrales es derribar el mito de que el fracaso escolar se debe únicamente a la flojera del niño. “Entender que el proceso de aprendizaje depende no sólo de él, sino que también del apoyo y las condiciones que entregan su familia y colegio para que éste se desarrolle, es la clave para salir adelante”, afirma.
5 ESTRATEGIAS PARA SALVAR EL AÑO ESCOLAR
Falta poco más de dos meses para que acabe el año y en los colegios uno de cada 10 alumnos está con problemas de rendimiento, mientras que las empresas de clases particulares han aumentado su demanda hasta en un 100 por ciento. ¿Cuánto exigir o castigar? ¿Vale la pena recurrir a profesores privados o dar premios? Expertos entregan consejos para lograr resultados sin estresar a los hijos.
- Reúnete con su Tutor y/o profesores: infórmate acerca de la forma en la que puedes ayudar a tu niño a lograr el mayor éxito posible en el colegio.
- Crea una rutina de estudio: para ello establece un horario y un espacio fijo para hacer las tareas escolares y para el estudio.
- Realiza una evaluación especializada a fin de determinar las causas del bajo rendimiento o dificultades en el desempeño.
- Conoce los temas que se trabajan en último bimestre.
- Establece junto a tus hijos metas alcanzables.
1. REVISAR EL MÉTODO DE APRENDIZAJE SEMANALMENTE
Antes de iniciar cualquier estrategia, los propios padres deben elaborar un diagnóstico del problema. Hay que partir conversando con el profesor y observar el método de estudio del niño. Eso puede ayudar a determinar si hay déficit atencional, el niño está desmotivado o si sólo falta método de estudio. En este último caso, o si existe una rutina que no da resultados, padres e hijos debieran sentarse a revisarla. Lo ideal es anotar, en una hoja de cuaderno, las horas dedicadas al estudio al día y las observaciones respectivas: por ejemplo, si el horario inicial era de dos horas al día, pero se trabajó realmente una hora. El viernes se chequea y el niño se da cuenta qué hay que mejorar. En todo caso, la peor estrategia es usar los castigos o los premios. Ambos instrumentalizan el aprendizaje (los niños estudian sólo para recibir algo o evitarse un castigo). En cambio, hay que hacerles ver el sentido de aprender: por ejemplo, que los niños entiendan la utilidad que tiene el aprender cierta materia.
2. ESTUDIO: ENTRE 30 MINUTOS Y DOS HORAS AL DÍA
Media hora al día para los alumnos de básica y no más de dos horas, en caso de los de media, es el tiempo recomendado de estudio en casa. Gran parte de ese tiempo debiera estar enfocado en repasar la materia pasada durante el día. “Un niño que repasa la materia nueva el mismo día que se la pasaron, recuerda al mes el 90% de los contenidos. Si toma el cuaderno un día después, recuerda sólo el 20 por ciento, y a los 15 días, el 10 por ciento”, dice Natalia Salas, sicóloga del Centro de Desarrollo Cognitivo de la UDP. Eso sí, con períodos de descanso entremedio: 20 segundos para los más chicos y de 10 minutos para los grandes. Claro que antes de hacer las tareas, los niños deberían tener media hora de relajo, a la llegada del colegio. Para ello, lo ideal son los juegos al aire libre, que estimulan la liberación de endorfinas, lo que contribuye luego a una mayor concentración. La televisión o el computador no se recomiendan, ya que obligan a mantener la atención y no permiten el descanso.
3. PROFESOR PARTICULAR SÓLO PARA UNA MATERIA
No se aconseja recurrir a profesores particulares ante la primera dificultad. “Si un niño necesita profesor cuatro días a la semana, es el colegio el que no lo ha hecho bien”, dice Josefina Santa Cruz, académica de la Facultad de Educación de la UC. Tampoco se trata de que los padres se aprendan la materia, agrega Verónica Pérez, sicóloga del colegio San Ignacio El Bosque. Ellos deben estudiar con el menor hasta tercero básico. Después, estudiar juntos atenta contra la autonomía y la confianza en sí del niño.
4. LAS ASIGNATURAS COMPLICADAS
Matemáticas, física y lenguaje son los ramos que más complican a los escolares. También los cursos de séptimo y octavo básico y primero medio. Esto, ya que las materias tienen un nivel de abstracción mayor y requieren que los jóvenes sepan inferir, deducir y discriminar. En lenguaje, el principal problema es la mala comprensión lectora. “Los ejercicios como las siete diferencias o sopa de letras mejoran la concentración y elevan la comprensión lectora”, dice la sicopedagoga Lucía Casanova. En matemáticas, las dificultades son falta de razonamiento lógico o de abstracción. Aquí, hay que nivelar contenidos o recurrir a sicopedagogos.
5. CUÁNDO ES PREFERIBLE DAR POR PERDIDA LA BATALLA
“¿Decirle que no se esfuerce más? Eso, jamás”, dice Casanova. Aunque hay casos en los que conviene no presionar este año, sino el próximo. Como cuando hay dos o más asignaturas rojas, un déficit atencional no tratado o situaciones familiares conflictivas. “En matemáticas y física es indispensable manejar los contenidos anteriores para comprender los que vienen. Por ello, si no se solucionan los problemas, el hacer pasar de curso al alumno puede ser más perjudicial”, dice Canti Escobar, sicopedagoga.
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