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Aprendizaje basado en la resolución de problemas

El Aprendizaje basado en la resolución de problemas (ABRP) es un enfoque educativo que se centra en el desarrollo de habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico en los estudiantes. En lugar de simplemente transmitir conocimientos de manera pasiva, este enfoque promueve que los estudiantes sean participantes activos en su propio aprendizaje, enfrentándolos a situaciones reales o simuladas que requieren que utilicen sus conocimientos y habilidades para resolver problemas.

El Aprendizaje basado en la resolución de problemas es una metodología educativa que pone énfasis en la capacidad de los estudiantes para abordar y resolver situaciones problemáticas de manera activa y reflexiva. En lugar de simplemente recibir información y memorizar hechos, los estudiantes se involucran en la identificación y análisis de problemas, generando estrategias y buscando soluciones viables. A través de este enfoque, se busca promover el pensamiento crítico, la creatividad y el razonamiento lógico.

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¿Qué es el Aprendizaje basado en la resolución de problemas?

El aprendizaje basado en la resolución de problemas (ABP) es una metodología de enseñanza que coloca al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje. En el ABP, los estudiantes trabajan en grupos para resolver problemas abiertos, desafiantes y relevantes del mundo real. Para ello, deben utilizar sus conocimientos, habilidades y recursos para encontrar soluciones.

El ABP tiene una serie de ventajas educativas, entre las que se incluyen:

  • Favorece el aprendizaje activo y autónomo de los estudiantes.
  • Desarrolla las habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y colaboración.
  • Prepara a los estudiantes para la vida real.

10 pasos para aplicarlo

En su afán por llevar esta metodología a la clase de forma sencilla, se propone estos diez pasos:

1. Planificación.

Definir los objetivos y las competencias que deben adquirir los alumnos, elegir el problema de la vida real en el que basarse para llevarlo a cabo y establecer el tiempo de entrega y los criterios de evaluación.

2. Organización de los grupos.

El siguiente paso consiste en dividir a los alumnos en equipos de 5 a 8 personas, asignando los papeles de moderador y secretario a dos de los integrantes del grupo.

3. Presentación del problema y aclaración de términos.

El docente plantea el problema a los alumnos y resuelve cualquier duda que puedan tener. Además, les indica el tiempo de entrega y los criterios de evaluación.

4. Definición del problema. 

Los equipos dialogan para identificar el problema, mientras el profesor adquiere el rol de tutor o guía.

5. Lluvia de ideas.

Cada alumno expone sus conocimientos sobre el caso, anotando y respetando todas las ideas para su posterior evaluación.

6. Planteamiento de respuestas e hipótesis.

Una vez estructurado el problema, los estudiantes deben exponer los conocimientos adquiridos en clase, relacionar ideas y plantear posibles respuestas, dando su opinión de forma ordenada. En este punto, el docente debe cuestionar las propuestas para que sus alumnos puedan descartar las hipótesis fallidas.

7. Formulación de los objetivos de aprendizaje.

Durante este diálogo irán surgiendo conceptos y dilemas que los alumnos serán incapaces de resolver. Es en este momento cuando deben formularse los objetivos de aprendizaje y definir las estrategias. El profesor, en todo momento, debe mantener su papel de guía y animarles a ser creativos.

8. Investigación.

A través de libros, revistas, diarios, páginas de Internet, entrevistas a expertos, experimentos o la realización de estudios de campo y maquetas, los alumnos adquirirán los datos y conocimientos necesarios para afrontar el problema.

9. Síntesis y presentación.

Ponen en común la información recopilada, la sintetizan y desarrollan una respuesta al problema en el formato que consideren más adecuado. Después, se presenta la solución ante el resto de la clase.

10. Evaluación y autoevaluación.

El docente evaluará el trabajo de los alumnos y les animará a evaluarse tanto a ellos mismos como a sus compañeros, lo que les ayudará a desarrollar un espíritu de autocrítica.

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Cómo implementarlo

Al implementar el ABRP en el aula, el docente debe considerar varios aspectos para garantizar una experiencia efectiva y evitar errores comunes:

1. Selección de problemas adecuados:

Es esencial elegir problemas que sean relevantes para los estudiantes y estén relacionados con los objetivos de aprendizaje. Los problemas deben ser desafiantes pero alcanzables, lo que significa que los estudiantes deben tener las habilidades y conocimientos necesarios para abordarlos.

2. Fomentar la colaboración:

El ABRP fomenta la colaboración entre los estudiantes, ya que les permite trabajar juntos para resolver problemas. El docente debe establecer un ambiente de trabajo colaborativo donde los estudiantes puedan discutir ideas, intercambiar perspectivas y construir conocimiento de manera conjunta.

3. Rol del docente:

El docente actúa como un facilitador y guía en el ABRP. En lugar de proporcionar respuestas directas, el docente debe plantear preguntas reflexivas, brindar orientación y apoyo, y ayudar a los estudiantes a desarrollar estrategias de resolución de problemas. También es importante estar atento al progreso de los estudiantes y ofrecer retroalimentación constructiva.

4. Reflexión y metacognición:

El ABRP implica que los estudiantes reflexionen sobre su proceso de resolución de problemas y examinen su propio pensamiento. El docente debe fomentar la metacognición, alentando a los estudiantes a considerar cómo abordaron el problema, qué estrategias utilizaron y cómo podrían mejorar en el futuro.

5. Evaluación auténtica:

La evaluación en el ABRP se centra en la capacidad de los estudiantes para resolver problemas de manera efectiva, más que en la memorización de hechos. El docente debe utilizar métodos de evaluación auténtica, como proyectos, presentaciones o informes, que reflejen las habilidades y conocimientos adquiridos a través de la resolución de problemas.

Al aplicar el ABRP, los docentes deben evitar algunos errores comunes, como:

No proporcionar suficiente estructura:

Si bien es importante permitir la exploración y la autonomía, también es necesario brindar una estructura clara para el aprendizaje. Los estudiantes deben comprender los objetivos y las expectativas, así como recibir orientación adecuada.

Ignorar el proceso de resolución de problemas:

No se trata solo de encontrar la respuesta correcta, sino de comprender cómo se llega a ella. El docente debe prestar atención al proceso de resolución de problemas de los estudiantes y ayudarles a desarrollar estrategias efectivas.

No adaptar los problemas al nivel de los estudiantes:

Los problemas seleccionados deben estar en consonancia con el nivel de habilidades y conocimientos de los estudiantes. Es fundamental adaptar los desafíos para garantizar que sean alcanzables pero aún desafiantes.

No fomentar la colaboración:

El ABRP se basa en el trabajo en equipo y la colaboración entre los estudiantes. El docente debe fomentar activamente la participación y el intercambio de ideas entre los estudiantes, y evitar que algunos estudiantes dominen la resolución de problemas sin permitir la participación de los demás.

No ofrecer retroalimentación efectiva:

La retroalimentación es fundamental para el aprendizaje en el ABRP. El docente debe proporcionar retroalimentación oportuna y específica que ayude a los estudiantes a comprender sus fortalezas y áreas de mejora, así como brindar orientación sobre estrategias alternativas o conceptos mal entendidos.

No enfocarse en habilidades de pensamiento crítico:

El ABRP se trata de desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas. El docente debe asegurarse de que los problemas planteados desafíen a los estudiantes a pensar de manera analítica, evaluar información, formular hipótesis y tomar decisiones fundamentadas.

Limitar el tiempo de resolución de problemas:

Los problemas complejos pueden requerir tiempo y perseverancia para ser resueltos. El docente debe asignar suficiente tiempo para que los estudiantes trabajen en la resolución de problemas y evite apresurar el proceso.

No conectar el ABRP con el currículo:

El ABRP debe estar vinculado al currículo escolar y los objetivos de aprendizaje establecidos. El docente debe identificar cómo los problemas seleccionados pueden abordar los contenidos curriculares y asegurarse de que haya coherencia entre ambos.

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El Aprendizaje basado en la resolución de problemas es un enfoque educativo que fomenta el desarrollo de habilidades de resolución de problemas y pensamiento crítico en los estudiantes. Para implementarlo de manera efectiva, el docente debe considerar la selección adecuada de problemas, fomentar la colaboración, actuar como facilitador, promover la reflexión y la metacognición, utilizar métodos de evaluación auténtica y evitar errores comunes como la falta de estructura, la falta de colaboración y la falta de enfoque en habilidades críticas de pensamiento.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Educación 3.0

ENLACE DE LECTURA: ABRP: UNA EXPERIENCIA PRÁCTICA



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