Cada libro nos deja un tesoro, una enseñanza o una emoción que siempre traemos a la memoria cuando pasamos por malos momentos o cuando sentimos una alegría desbordante.
Los asiduos lectores siempre recuerdan algún cuento o novela que los ha marcado por estas sensaciones, y quizás, uno de los más nombrados ha sido El Principito, una obra escrita para los niños pero que traspasa generaciones.
Su autor, Antoine de Saint-Exupéry, plasmó en su obra parte de sus vivencias y las convirtió en enseñanzas sin tiempo ni lugar. Como aviador, tuvo la oportunidad de viajar por todo el mundo, en ocasiones por placer y otras obligado por las guerras.
A partir de esta dualidad descubrió que cada ser humano, sin importar religión o color de piel, escondía bajo sus ropas e ideologías un tesoro único en el universo: el poder del amor y el valor de lo simple de la vida.
Te invitamos a conocer y reflexionar a través de estas frases de su obra maestra y puedan ayudar a nuestros estudiantes a ser mejores seres humanos.
Compartimos con fines educativos – pastorales la publicación del portal Cultura Colectiva y esperamos que sea de gran utilidad.
10 enseñanzas de «El Principito» que puedes seguir todos los días para ser mejor persona
1. “Lo esencial es invisible para los ojos”
El primer mandamiento, quizá el más importante, nos demuestra que lo valioso de la vida no se toca ni se mide, tampoco se paga con dinero. Este enunciado era el antídoto de todo el veneno que motivó a las guerras. Hoy en día también es valioso rescatarlo, cuando olvidamos que el dinero, la droga del mundo, nunca podrá darnos la felicidad perpetua.
2. Valorar la simplicidad de las cosas
Antes de crecer y necesitar objetos superfluos para sentir que alcanzamos la plenitud, fuimos inocentes infantes que encontrábamos la alegría y la belleza en el mundo natural, en lo simple. No hay nada más bello que un cobrizo atardecer, el cantar de las aves al amanecer y la felicidad de hacer nuevos amigos.
3. Uno siempre es responsable de lo que domestica
“Yo no te necesito, tú tampoco tienes la necesidad de mí, pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo”, le dijo el Principito a su amigo el zorro.
4. Conócete a ti mismo para saber hasta dónde puedes llegar
En este decálogo de enseñanzas también nos incita a hacer ejercicio de autocrítica. «Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un sabio».
5. Valora el amor de los demás como tu vida misma
Alejado de su mundo, el Principito recuerda a la flor que abandonó en su planeta y se lamenta por ello. “Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras, me perfumaba, me iluminaba. Debí haberla adivinado de su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla”.
6. “Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección”.
Amor no significa admirar, como si el otro fuera un objeto reluciente del cual extraemos belleza y confort. Amar es construir, es encontrar a alguien para hacer equipo y resistir valientemente los golpes de la vida, sin dejar de tener en común la misma meta.
7. El dinero te ciega de la belleza
“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo: ‘Soy un hombre serio, soy un hombre serio’, lo que le hace hincharse de orgullo. ¡Pero eso no es un hombre, es un hongo!», dijo el Principito».
8. No valores a la gente por lo que tiene, sino por lo que es
«A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan lo esencial del mismo. Nunca preguntan: ‘¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con esos detalles creen conocerte”.
9. Lo más brillante de la vida no se compra con dinero
Durante el encuentro del Principito con el hombre de negocios, le pregunta sobre qué hace con todas las estrellas que posee. “Nada, sólo las poseo», le responde el financiero. «Y ¿para qué te sirve poseer las estrellas?», le dice el héroe ficticio. —Me sirve para ser más rico. Para comprar más estrellas si alguien las encuentra. —Pero, ¿cómo se pueden poseer las estrellas?.
10. Todas nuestras acciones tienen consecuencias
«Nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, o no, a una rosa». Todo lo que sucede al otro lado del mundo, de una u otra manera,termina por afectarnos.
Tras haber leído estas 10 enseñanzas, te mostramos que lo más importante en la vida no lo encuentras en las cosas materiales ni artificiales, sino en el amor.
AUDIO DEL PRINCIPITO
«En lo particular me gusta esta versión y la recomiendo, no sólo por la forma en que han resumido el libro, sino por que los diálogos están bien realizados, la música de fondo es tan bella que me hace emocionar y te relaciona muy rápido con la novela.
Creo que la dedicatoria que le hace Antoine de Saint Exupery a Léon Werth en este libro, es una de las más hermosas que se haya escrito. No olviden que para leer «Le petit prince» o «El principito» no existe edad. (Jorge Mauricio Borja Ramírez).»
Este contenido ha sido publicado originalmente por Cultura Colectiva en la siguiente dirección: culturacolectiva.com