Hoy quiero hacer una reflexión sobre lo que considero pasa con algunas situaciones sociales; que día tras día muestran la falta de educación en la que viven sumidas las familias en el mundo y que ponen de manifiesto que, para poder construir sociedades sanas, mejores y donde sea posible vivir; debemos primero sanar y formar desde lo que no tenemos, desconocemos, pero ante todo de lo que no sentimos.
En unos casos construir, en otros casos transformar y en otros fortalecer el tejido familiar, es a lo que están llamados los adultos. A veces es lamentable, que personas que en la mayoría de los casos se supone que son adultas (bueno, no sé estadísticamente cuánto porcentaje de padres son adolescentes y cuántos adultos); formen familia para no ejercer su responsabilidad de la manera debida; con fallas en valores, tolerancia, respeto por el otro y por lo otro y un montón de cosas más.
En Colombia, son muchos los casos de adultos y familias irresponsables, que definitivamente creen que se trata de tener hijos y ya, y dejan a la sociedad y en especial a la escuela la responsabilidad de proporcionar a sus hijos todo lo necesario.
Hoy, yo no soy Argentina y estamos un poco lejos del país; pero siguiendo el caso de Fernando, es evidente que estamos mal a nivel mundial en temas como salud mental, solidaridad, respeto, valores, construcción de un tejido familiar fuerte. Y es triste que gente (jóvenes) quiten la vida de alguien por “bobadas”.
Es lo mismo que ocurre en el Chocó, y en Quibdó en particular, una ciudad de Colombia; dónde se ha destruido la sana convivencia y la seguridad de sus habitantes. Y sí, la escuela debe y está llamada a aportar, ya que éste es un espacio que ayuda en la formación del ser de las personas, por eso es muy importante la contribución que las instituciones educativas pueden hacer para construir una sociedad mejor.
Pero también, en la casa los padres deben hacer su mejor “papel”; sus hijos se merecen que los padres estén seguros antes de, que tengan el valor de poner reglas y límites claros; y que sobretodo establezcan las jerarquías dentro de la familia ya que no pueden ser presos de la violencia filio parental, que cuando toma fuerzas no tiene límites.
Son muchas las cosas por decir; y no tengo hijos, no; pero sé que no es así como se construye familia y también sé que, si hicieran lo que les toca, sería diferente.
 Autor: Maria Victoria Mena Romaña, ciudadana Colombiana, nacida en Quibdó – Chocó. |
.
