[Jorge López Guzmán] Cómo transformar las clases en únicas e irrepetibles

La neurociencia ha demostrado que una de las mejores formas para que el cerebro aprenda es cuando se emociona y divierte. Muchas de las cátedras que se dan en las escuelas y colegios han perdido su esencia de ser únicas e irrepetibles, a pasar a ser aburridas y monótonas, por lo que docentes y estudiantes se encuentran en constantes desafíos por apropiar conocimiento que posteriormente va a ser evaluado mediante un examen u otro método coercitivo que permita ser el resultado de lo aprendido o desaprendido durante un tiempo determinado.

Por lo tanto, los docentes deben ser cada día más creativos, buscar la forma de que por más compleja y complicada que sea una temática, pueda ser emocionante y divertida dentro y fuera de las aulas. Ya que uno de los mayores factores de deserción escolar es que los estudiantes perciben que lo que aprenden no tiene ninguna aplicabilidad en su cotidianidad y contexto.

En este sentido, cada clase debe servir como escenario de vinculación del conocimiento a la realidad, entendiendo que no hay mayor virtud de un docente que hacer de sus clases únicas e irrepetibles, y no porque nadie las entienda por la complejidad del lenguaje o porque no tengan ningún valor simbólico para sus estudiantes. En este sentido, establecer una clase como única e irrepetible deberá como mínimo contemplar tres aspectos:

  1. Vincular a los estudiantes en todo momento en la clase, o sea que la temática que se esté trabajando tenga un enfoque participativo, donde no solo el estudiante trabaje en grupos o salga al tablero, sino que pueda interactuar con su entorno más cercano de acuerdo a la temática. Conllevando a que el proceso de aprendizaje sea horizontal, más que vertical, y los estudiantes tengan la posibilidad de generar sus propias hipótesis y conclusiones desde la interacción social que generen, ya sea con un objeto, una institución, una persona o un ser vivo.
  2. Trabajar interdisciplinarmente las temáticas es algo que permitirá al docente poder innovar y además presentarle al estudiante desde una disciplina distinta un fenómeno específico. Poder trabajar desde el teatro, la música, la pintura, el deporte, temas de la física, la química, la biología, las ciencias sociales, entre otras disciplinas. Al lograr la interdisciplinariedad los docentes podrán lograr que los estudiantes hayan comprendido que el conocimiento no es fragmentario, sino asociativo, permitiéndoles comprender, analizar e investigar desde varias miradas acordes a sus necesidades y gustos.
  3. Construir cualquier tipo de idea, objeto o experimento como resultado de la temática trabajada, será la mejor forma de comprender el conocimiento más allá de las aulas, teniendo en cuenta que puede ser con la utilización de objetos sin algún costo que se encuentren en los entornos de las escuelas o colegios, permitiendo que los estudiantes se apropien el conocimiento no solo conceptualmente, sino empíricamente. En donde el docente deberá tener el ingenio para que cada temática pueda representarse al final de una u otra forma, puede ser con un prototipo, una obra de teatro, un juego didáctico, un baile, una canción, un poema, una pintura, entre muchas otras innovaciones que pueden ser el resultado del trabajo entre los estudiantes y docentes.

Todo lo que se ha expuesto en este artículo puede ser realizado desde cualquier área del conocimiento, cualquier tipo de escuela o colegio, con herramientas tecnológicas o sin ellas. Lo único que se necesita es la disposición del docente para volver sus clases únicas e irrepetibles y que sus estudiantes se emocionen y diviertan, volviendo las aulas de clases un lugar alegría y júbilo.

NOTA DE REDACCIÓN: La Web del Maestro CMF publica los textos originales de su autor, no necesariamente coincide con lo expuesto en el tema, no se hace responsable de las opiniones expresadas, y no promociona ningún producto, servicio, marca o empresa. Sugerimos a nuestros lectores conocer la identidad de la fuente o de su autor, para tener mayores elementos de juicio y la pertinencia a su realidad educativa.

Autor: Jorge A. López-Guzmán, ciudadano colombiano, nacido en Popayán (Cauca).
Es Antropólogo, Politólogo, Especialista y Magíster en Gobierno y Políticas Públicas, actualmente Doctorando en Antropología. La mayoría de sus publicaciones han sido de orden académico en las que se encuentran artículos publicados en revistas de Colombia, Ecuador, Chile, México, Perú y Estados Unidos, también ha incursionado en la escritura creativa a través de cuentos, ensayos y poesía en prosa por los cuales ha recibido distintos reconocimientos.
E-mail: [email protected]



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