El frasco de la felicidad para desarrollar el pensamiento positivo en niños

Curiosamente, una de las frases más bonitas y recurrentes de la genial reina del suspense Agatha Christie nada tiene que ver con el misterio. La escritora consideraba que “una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz”. Por eso hoy vamos a ver cómo la técnica del frasco de la felicidad puede ayudar a pequeños y mayores a alcanzar tal logro.

No siempre es fácil pensar en positivo, especialmente para los adultos que lo hacemos mucho. En este sentido, parece que los niños lo hacen de una manera más natural, todavía inocentes, con ganas de jugar, de reír, de divertirse… De ahí que cualquier técnica para que disfruten y disfrutemos un poco más, facilitando el crecimiento pleno, merezca la pena. ¿Sabes en qué consiste la técnica del frasco de la felicidad?

A continuación compartimos con fines educativos la publicación del blog Educa Peques donde dan a conocer algunos tips para tomar en cuenta a la hora de poner en práctica esta importante idea.

El frasco de la felicidad: Entrenar el cerebro para pensar en positivo

A menudo, las personas nos centramos en las cosas negativas que nos ocurren. Nuestro cerebro está demasiado ocupado llevando a cabo las tareas del día a día y pasamos por alto lo positivo, en cambio cuando algo negativo nos ocurre saltan las alarmas. Esta es una tendencia muy común y hace que nuestro cerebro se programe en negativo, y esto también les sucede a los niños. Entrenar el cerebro para que piense en positivo es muy importante y va a impulsar la sensación de felicidad, para ello tenemos un excelente recurso: El frasco de la felicidad de Elsa Punset que podemos emplear con los más pequeños.

La educación emocionalmente inteligente enseña al niño a tolerar la frustración y a comprender y aceptar que los demás también tienen necesidades y derechos. Elsa Punset.

Pensamientos positivos

La importancia de pensar en positivo

El día está lleno de situaciones a las que tenemos que enfrentarnos, no podemos evitar las situaciones que nos ocurren, pero si podemos entrenar nuestro modo de interpretar las situaciones para que nos ayude a buscar soluciones. Habitualmente vivimos rodeados de estrés, que no nos deja pensar tranquilamente y que dirige nuestros pensamientos hacía lo negativo. Educar el cerebro para empezar a pensar en positivo, teniendo una visión real de las situaciones que nos ocurren que nos permita enfrentarnos a ellas empleando nuestros recursos.

Educar a los niños para que su cerebro se programe en positivo y aprendan a pensar en positivo es esencial en el mundo actual. A través del pensamiento positivo podrán ser más felices y cambiar su mundo, haciendo su vida mucho más sencilla.

No se trata de cambiar las circunstancias que nos ocurren, ya que eso supone un esfuerzo enorme y no podemos controlar todo lo que nos ocurre, se trata de centrarnos en nosotros mismos en nuestra actitud y nuestra manera de ver e interpretar eso que nos ocurre.

El pensamiento positivo se convierte así en una poderosa herramienta para la felicidad.

El Frasco de la felicidad de Elsa Punset

Aprender a pensar en positivo es cosa de todos, se trata dejar de funcionar con el piloto automático y empezar a prestar atención a todos los detalles del entorno que nos rodea. Educar a los niños para un cerebro positivo es algo muy importante y podemos comenzar desde un primer momento, es mucho más sencillo de lo que puede parecer, para ello podemos utilizar la técnica del “bote de la felicidad” de Elsa Punset.

El “frasco de la Felicidad” es una dinámica para desarrollar en familia, de gran utilidad y múltiples ventajas.

  • Se trata de buscar un bote transparente de cristal o plástico, lo importante es que se pueda ver lo que hay en el interior.
  • Cada noche, cada uno de los miembros de la familia debe escribir en una nota lo bueno que le ha pasado durante el día e introducir la nota en el “bote de la felicidad”. Seguro que son muchas las cosas buenas o positivas que ocurren durante el día, pero estamos acostumbrados a poner el piloto automático y no prestamos atención, por eso puede que al principio nos cueste anotar lo positivo del día. Algunos ejemplos son: un baño de espuma, el chiste que me ha contado mi amigo, la amabilidad del vecino que me ha abierto la puerta, etc.
  • La dinámica consiste en identificar las alegrías diarias, hacerlo por la noche nos ayuda a irnos a la cama con buenas sensaciones.
  • Si aprendemos desde niños a pensar en positivo, estaremos educando el cerebro para ser un cerebro en positivo.
  • De vez en cuando podemos abrir el bote y leer las cosas positivas lo que nos ayudará a tener una visión positiva de lo que nos rodea y de nuestro día a día.
Vídeo educativo: El frasco de la felicidad

No basta con pensar, ni siquiera con pensar positivamente. ¡Hay que ponerse manos a la obra! Elsa Punset.

Este contenido ha sido publicado originalmente por EDUCA PEQUES en la siguiente dirección: educapeques.com



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