Maestros al servicio de la educación

[Alexander Ortiz] No te dejes engañar por tu cerebro. Engáñalo tú a él

¿Estás lista para soltar lo que tanto crees de ti y del entorno?
¿Estás lista para ver la verdad?
Ok. Entonces juguemos a que ya soltaste todo.
Entonces nos queda solo este momento.
¿Puedo intentar conocerte solo con la información de este instante?
Es decir, ¿sin pasado, ni futuro? ¿Puedo?
Esto significa que no te preguntaré tu parentesco, no me interesa, y tampoco me interesa lo que haces. Me interesa lo que sabes y lo que sirves. O sea, quiero saborearte y servirte.

¿Qué opinas?

¿Estas listo/a para ser saboreado/a, pues no me interesa lo que haces si no lo que sientes?

Entonces hablaremos de lo que crees y de lo que no crees.

¿Qué opinas?

Mejor siente, vivencia, experimenta, vive. Si hablas de lo que crees y no crees, ahí mismo comienza la danza de las nociones y creencias, y te pierdes en el bosque conceptual.

Pareciera que no hay otra forma de vivir. Somos seres vivos lenguajeantes. Vivimos en el lenguaje. Es nuestro modo de vivir. Pero debemos saber que las palabras y conceptos no son las cosas que nombramos.

Realmente es lo único que nos diferencia de los animales no humanos: el lenguaje, el signo. Somos configuraciones lingüísticas. Pero no debemos limitarnos al lenguaje y lo que escasamente puede simbolizar de la experiencia. Las historias no pueden explicar nada.

Siento que te enojas por lo que expreso. ¿Por qué te da fastidio lo que expreso?

¿Te puedo responder desde la mente y lo que creo? No sabría cómo darte un por qué desde la sensación.

El lenguaje sígnico es insuficiente para describir la experiencia. Solo nos queda entonces el vivir, el experienciar, el vivenciar, sin explicarlo, sin describirlo, solo sintiéndolo.

Aunque estoy conectado con el fastidio para responderte.

Fastidio es solo un concepto. ¿Cómo sabes que lo que sientes es fastidio? ¿Por qué lo llamas así?

Deja que tu cerebro te hable y escúchalo honestamente. Pregúntale a tu cerebro: ¿Por qué me da fastidio? Y espera a que los pensamientos ideas o conclusiones emerjan.

A veces, mirarnos a los ojos es la única respuesta que necesitamos para ese sentir profundo. Sin embargo la experiencia dada por los sentidos también es limitante. Entonces aparece la meditación donde todo es unidad y se acaban las incógnitas. El trabajo ha iniciado…..

Uff. Volví a los comentarios, sentí la amargura de mi mandíbula y sabes qué idea se me vino: de algún modo me reconozco en ser entrometida e intelectualoide, sabelotodo, metiendo la cucharada cuando no me lo piden. Y siento rechazo quizá hacia esa parte que no me había permitido ver. Pero la conversación es pública. Quise expresarme. Ahora siento algo de culpa.

¿Por qué crees que una persona actuaría de esa manera metida e intelectualoide?

Sigue mirando tu espejo, no te distraigas.

Si quieres recuerda que yo estoy conociéndote y una forma de conocerte es entender como usas las palabras, pues serán esas palabras las que usarás para simbolizarte.

Cada vez que lo he hecho quería que me miraran, me sonrieran, *me aprobarán*, quería sentir que era importante para la o las personas de la conversación.  Como si por ser más sabelotodo fuera digna de más amor.  Uff

¿Por qué querías que te miraran? Deja que tu cerebro responda, no lo limites.

Para sentirme importante y reconocido, experimentar una sensación de llenura en el vacío de no existir en el grupo. En algunos momentos para tener la razón.

¿Por qué quieres sentirte importante y reconocido?

¿Por qué te gusta experimentar una sensación de llenura en el vacío de no existir en el grupo?

¿Para qué quieres tener la razón?

¿Tú dices que las personas metiches e intelectuales se comportan así para sentirse así?

He observado algo. Es que recibir reconocimiento, que me hagan un gesto de aprobación, genera un subidón de energía, no sé cómo más explicártelo. Es placentero. Yo te hablo de lo que me pasa a mí. No puedo generalizarlo a todos los metiches.

¿Por qué te gusta sentir ese placer?

Me hace sentir vivo, que existo.

Para estar realmente vivos y existir, debemos formatear nuestro disco duro.

Primero, vamos a poner ciertos contextos:

  1. Tú no eres tu cerebro, tu cerebro es un órgano y es lo que llamaremos disco duro, es lo que vamos a formatear.
  2. Formatear el disco duro significa que vamos a cambiar completamente la relación que tienes con el disco duro y sistema operativo. ¿Qué quiere decir esto? Que el problema no es del disco duro ni del sistema operativo. El problema has sido tú, que no leyó el manual de instrucciones, y estás utilizando las cualidades de este maravilloso sistema equivocadamente y sin darte cuenta en tu contra.
  3. El cerebro cumple a cabalidad su misión. Tratar de enviarte conclusiones (ideas, pensamientos, creencias) y te puede enviar muchísimas en un solo instante. Todas las conclusiones que te envía son el resultado de un análisis que hace de la realidad en la cual usa también información que le creíste en ocasiones anteriores. Ahí está la raíz del asunto.
  4. Le creíste mucho a tu cerebro y tu cerebro simplemente al ver que le crees una idea te la sigue repitiendo.
  5. Es importante que para reeducar tu relación con el cerebro sueltes todo lo que sabes y comprendas que tú eres aquello que puede elegir y además aquello que puede prestar atención al ser completo, holístico, no solo prestar atención a tus pensamientos y creencias.

¿Entendiste y compartes lo anterior?

¿Por qué es importante entender esto en estos tiempos?

Tu equivocada forma de manejar el cuerpo biológico hace que estés desconectado de tu naturaleza, y al estar desconectado de tu naturaleza estás desconectado de la naturaleza de todas las cosas.

Nosotros somos un mamífero que está usando de manera incorrecta nuestra característica especial: estar consciente de estar consciente. Es decir, darse cuenta de que se puede dar cuenta. Esa característica y otras más las estamos usando mal y eso provoca nuestra desconexión con la madre naturaleza y sus simples y sabias maneras de resolver la evolución.

La idea es pasar de un modelo competitivo, Ser desconectado y que se siente solo y asustado, a Ser colaborativo, que siente lo que sucede a su alrededor y sabe moverse con el movimiento de la naturaleza y no lucha, pues al estar conectado con su naturaleza vuelve a comprender algo que es muy simple y que lo perdimos en medio de muchas creencias: definitivamente nos vamos a morir.

Cuando un cerebro entrenado entiende eso comienza a vivir eternamente el momento presente. Para eso debes morir en el presente. ¿Qué debe morir? Todas las ideas que tienes de ti mismo, ideas que has construido sobre ti, para que puedas ver lo que hay debajo de tu personalidad, esa que te vas cambiando según con quien vas interactuando. Libre de tu personalidad podrás conocerte y experimentar la libertad absoluta de caminar sobre esta naturaleza que te cuida y que está diseñada para que cualquier ser sobre ella proponga ideas que mejoren la experiencia que se está expresando.

¿Me entiendes? ¿Lo compartes?

Bien. Ahora voy a verificar algo.

¿Sabes sentir tus emociones?

¿Te has dado cuenta que eso que llamamos emociones son como energías intensas ya sean cómodas o incomodas que se sienten en nuestro interior?

¿Sabes prestarles atención?

¿Sabes llevar tu atención a ese punto?

Es más. ¿Sabes que tienes la propiedad y capacidad de poner tu atención donde tú quieras mientras sepas qué es lo único que en realidad puedes elegir?

Estas preguntas son para conocerte porque no sé cómo gestionas tus emociones.

Entonces vamos a comenzar a formatear la forma en cómo te relacionas con tu cerebro.

Insisto otra vez: eres tú quien debe cambiar, no tu cerebro, él es perfecto.

Debes cambiar tu manera de relacionarte con él. Así que repite en voz alta:

YO NO PIENSO

YO NO TENGO IDEAS

YO NO CREO

YO NO SACO CONCLUSIONES

TODO ESO LO HACE MI CEREBRO

YO SIMPLEMENTE LE CREO.

Mientras lo dices, pon atención en tu respiración, en las energías que se despiertan en tu cuerpo.

Juguemos. Respira, presta atención al aire entrando y saliendo desde tu abdomen, no desde el pecho. Intenta relajar la respiración y demás, cerciórate que tu abdomen y garganta estén relajadas, luego siente tu energía, tu plano emocional, no busques una emoción en específico, solo siente y no prestes atención a nada más por unos segundos. Luego dile a tu cerebro que te envíe un pensamiento. Cuando tengas el pensamiento escríbelo en una hoja.

Juguemos. Fíjate en el movimiento extraño que es prestar atención a un pensamiento en vez de lucharlo, negarlo, creerlo y/o intensificarlo. Los pensamientos solo son conclusiones que el cerebro envía para que tú los uses o los deseches.

Paz, tranquilidad, sosiego, amor, aceptación. ¿Eso sientes?

¿O sientes tristeza, angustia, temor, ansiedad, miedo, ira, rabia, depresión, estrés?

¿Qué estás sintiendo? Dime. Escríbelo.

Cada vez que sientas aflicción, observa qué pensamiento está enviando tu cerebro y préstale atención. Disuélvelo. No quedes atrapado/a en ese pensamiento. Déjalo ir. No lo compres.

Si sigues practicando comenzarás a llegar a los pensamientos inconscientes. Por ejemplo, hoy llegue a uno. Mi cerebro me envío esta idea profunda y yo la creí y aún la creo pero ya la vi. Esta es la idea: “Debes descubrir la verdad” “hay algo por descubrir”.

Como creí esa idea el cerebro se dio cuenta que la creí y comenzó a enviarme muchas ideas que sostuvieran esa posible realidad que le creí. Entonces ideas como: Busca un maestro, medita, atiende tu interior, deja de mentirte a ti mismo, eres un alma, existe la reencarnación, nacimos del bing bang etc. etc., son ideas o conclusiones que mi cerebro ha tomado del exterior y me ha lanzado y yo me las creí todas. ¿Me entiendes?

Ahora estoy atendiendo la posibilidad de que no hay nada que descubrir y mi cerebro y mi sistema reaccionan y estoy atendiendo pasivamente esa reacción hasta que mi cerebro deje de luchar y comience a mirar la otra realidad que se ha negado a ver por qué yo lo mal acostumbré. ¿Si me explico?

Igual que le creemos al cerebro, él nos cree a nosotros. Entonces la estrategia es no dejarnos engañar por el cerebro, más bien engañarlo nosotros a él.

Usaste muchas palabras que sus símbolos pueden llevarnos al error. Es simple. Contempla tu cerebro como un computador que te envía cuentos de pensamientos para que tú decidas qué hacer con ellos. Tú tienes dos opciones: desecharlos o aceptarlos. Para eso debes practicar, cuestionar todo lo que crees. Pues no es que lo que creas es una posibilidad que el cerebro te envío y tú la creíste, es al contrario: como la creíste el cerebro dice: Ok, está usando esa idea que envié, significa que le debo enviar más ideas que le facilite transitar esa realidad.

Entiendo. A lo tú le llamas cerebro es en realidad la mente. Porque el cerebro no genera pensamientos. El cerebro es solo células, neuronas, moléculas. Los pensamientos son generados por nuestra mente. Debemos aquietar nuestra mente.

Esta conversación es para formatear el disco duro. Uno de los puntos que acordamos era soltar todo lo que sabias. Así que si quieres formatear el disco duro, te sugiero soltar lo que sabes o si así lo deseas cuestionarlo. “Debemos aquietar nuestra mente” es una idea que el cerebro te envío. ¿Puedes preguntarle a tu cerebro por qué te envío esa idea?

En ese punto estamos. Porque no hay otra forma de comunicarlo que no sea con conceptos. Todos los usamos. Tú los usas. El cerebro te envía estas ideas y las expresas. Estoy tratando de comprender y lograr comunicarme sin ideas y sin conceptos.

El cerebro es un computador que está diseñado para que subsistas y que tengas un presente apacible. Sin embargo como no sabemos usarlo, el cerebro se acostumbró a hacer cosas para las cuales no está diseñado pero que las puede hacer por error del usuario.

El cerebro puede recordar e imaginar. Pero son funciones exclusivas para sostener un presente apacible. ¿Dónde está el error? Nosotros le recibimos ideas al cerebro sobre el pasado o sobre el futuro y éste al ver que nos encanta quedarnos pegados en esas ideas que nos envía, pues simplemente piensa que estos pensamientos que no son del presente sirven, ya que no los desechamos, y así nuestro cerebro nos continua enviando pensamientos del pasado y del futuro, que casi siempre son nocivos.

Para continuar, es necesario que sueltes todo lo que sabes y comprendas esto. Todo lo que crees fue una idea que llegó del exterior y tu cerebro te la envió y tú la creíste sin cuestionar nada. Para formatear el cerebro ya expresé que lo que haremos es formatear tu relación con tu cerebro y ese formateo consiste justamente en que a partir de hoy cuestionarás todos tus pensamientos. Y es muy fácil pues siempre le harás dos preguntas a las ideas, pensamientos, imágenes o creencias que el cerebro te envíe. Para eso es importante que entrenes tu capacidad de prestar atención y dejes de actuar como si tú pensaras, recordaras o imaginaras, pues eso no lo haces tú, lo hace el órgano llamado cerebro. Sé que puede sonar humillante pero es la realidad. Por favor no me creas nada, cuestióname, pero te invito a que pruebes, inténtalo, es muy rápido y fácil darse cuenta la lógica de lo que estoy diciendo.

Entonces. Debes tener siempre esta nueva actitud. Cuestionarás todos tus pensamientos hasta que tu cerebro vuelva a tener la costumbre de enviarte información en tiempo presente. Donde recordar e imaginar solo serán herramientas para vivir tu momento presente lo más apacible (subsistencia) y no será una herramienta que te mantenga alejado de tu momento presente, sino envuelto en ideas o imágenes de eventos que aún no suceden o que ya sucedieron pero que en el instante presente no están sucediendo y te pierdes constantemente el presente que siempre está contenido de toda la información que necesitas para recordar realmente quien eres. El pasado está lleno de recuerdo e ilusión y el futuro solo seguirá siendo sostenido por esa ilusión, a través de imaginaciones y visualizaciones.

Las dos preguntas a las que debes someter a tu cerebro después de cada idea, pensamiento o conclusión son las siguientes:

  • ¿Este pensamiento contiene pasado o futuro? Si la respuesta es sí. Deséchalo, pídele un siguiente pensamiento al cerebro. Recuerda que tu actitud es la de tomar el mejor pensamiento. ¿Cuál es el mejor pensamiento?, el que supere positivamente las dos respuestas. Para eso cuando dialogues con tu cerebro debes estar poniendo atención a tu respiración y a tu sentir o plano emocional. Pero solo presta atención a la energía, no le pongas nombre pues ese será un nombre que el cerebro te enviará. Si el pensamiento trae futuro o pasado lo desechas y esperas hasta que el próximo pensamiento sea del presente.
  • Si el pensamiento es del presente le haces el segundo cuestionamiento. ¿Este pensamiento cómo me hace sentir? ¿Estoy cómodo o incómodo? Y si la respuesta es incómodo también desechas ese pensamiento y obligas al cerebro hasta que te envíe pensamientos cómodos.

¡Cuidado, mucho cuidado!, el pensamiento “todo va a estar bien” es un pensamiento de futuro. El pensamiento “todo está bien” es un pensamiento del presente pero es muy abierto y general, le debes seguir preguntando al cerebro por qué piensa que todo está bien, hasta que llegues a los pensamientos verdaderos que no has podido escuchar porque has estado sumergido en las creencias que esta época y contexto te otorgaron. ¿Me entiendes?

Siempre debes cuestionar a tu cerebro con las siguientes dos preguntas y desechar todo lo que te envíe que no cumpla con la característica de ser un pensamiento de presente y que se sienta cómodo.

Reitero: pregúntate “¿Este pensamiento, idea, imagen, contiene pasado o futuro?

Si no contiene pasado ni futuro, entonces pregunta ¿este pensamiento me hace sentir cómoda o incómoda? Y desechas los pensamientos incómodos.

Tal vez pienses que lo que estamos haciendo es obligarnos a pensar positivo. Y es al contrario: el cerebro es neutral. Por ejemplo, cuando te ponen un yeso, el cerebro entiende que esa parte ya no la estás usando, él no sabe que en unos días volverás a usarlo, entonces deja de enviar proteínas a esa parte del cuerpo. Por eso es que cuando te sacas el yeso, se seca la parte del cuerpo que estuvo enyesada, se adelgaza, y debes rehabilitarla, y el cerebro entiende que sí se va a usar y vuelve a enviar proteína, es porque el cerebro solo vive en el instante presente, pero lo tenemos confundido creyéndole lo que le hemos acostumbrado a analizar sin ser eso lo verdaderamente importante.

Tu cerebro está dividido en muchas partes, voy a simplificarlas en dos para este efecto. Una parte analiza el presente y te lanza una idea, si tú crees esa idea otra parte de tu cerebro se la dice a tu sistema entero, sobre todo al sistema emocional. Recuerda que la palabra emoción viene de erótico, que significa: antes del movimiento, por tanto la emoción es una energía que el cerebro envía a tu sistema nervioso para que el cuerpo actúe como debe actuar después que tú creíste el pensamiento.

Voy a darte un ejemplo: estás frente a la pintura de la Mona Lisa y tu cerebro te envía el siguiente pensamiento: que afortunada eres de poder estar frente a esta gran pintura. Creíste ese pensamiento y la otra parte de tu cerebro envío la señales correspondiente y tú te sentiste feliz, cómoda, orgullosa de ti, tranquila, esperanzada. Pero de repente escuchas a los guardias decirse entre ellos que la pintura no es la original. Ahora tu cerebro que tiene nueva información del presente te envía el siguiente pensamiento: nos robaron y nos vieron la cara de ingenuos, perdimos el dinero. Y como le crees a ese pensamiento la otra parte de tu cerebro envía las señales a tu sistema para que se sienta “decepcionado” y actúe en consecuencia. ¿Se entiende? Esa es la famosa conversación que hay en tu cerebro y que cuando la hagas consciente en tu día a día te permitirá ver otra parte de tu cerebro que guarda pensamientos raíces, pensamientos base, que son el cimiento de tu comportamiento, y que son en definitiva los que debes contemplar y cambiar.

NOTA DE REDACCIÓN: La Web del Maestro CMF publica los textos originales de su autor, no necesariamente coincide con lo expuesto en el tema, y no se hace responsable de las opiniones expresadas.


Autor:
Alexander Ortiz Ocaña, ciudadano cubano-colombiano.
Universidad del Magdalena Santa Marta, Colombia
Doctor en Ciencias Pedagógicas, Universidad Pedagógica de Holguín, Cuba. Doctor Honoris Causa en Iberoamérica, Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa (CIHCE), Lima. Perú. Magíster en Gestión Educativa en Iberoamérica, CIHCE, Lima, Perú. Magíster en Pedagogía Profesional, Universidad Pedagógica y Tecnológica de la Habana. Licenciado en Educación.
Correo electrónico: [email protected] / [email protected]

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